“Guerra Fría en la selva”, titula el semanario alemán “Der Spiegel”, un análisis en el que sostiene que las provocaciones del presidente venezolano son en realidad una cortina para distraer la atención sobre los problemas internos que enfrenta.
“Aunque los puentes peatonales que mandó dinamitar el mandatario sudamericano eran estrechos, su efecto político ha sido explosivo”, explica a sus lectores. “Pese a su retórica belicista Chávez no necesita una guerra, se encuentra fuertemente presionado por una economía que se ha contraído más de lo esperado debido a la baja en las exportaciones de crudo. El país sufre una crisis energética y escasez de agua y electricidad por lo que sus adversarios no son los militares colombianos, sino la pérdida de confianza entre la población”, afirma la autora, Katharina Peters.
Venezuela reconoció haber detonado dos puentes peatonales fronterizos, argumentando que eran ilegales y que facilitaban el paso de grupos armados irregulares a su territorio. Desde que Colombia firmara con Estados Unidos un controvertido acuerdo militar hace días, el tono de Chávez es cada vez más estridente. El último episodio marca un nuevo mínimo en las tensas relaciones entre ambos países. “Chávez ha exhortado a los venezolanos a prepararse para una lucha armada en defensa de la patria al tiempo que lanza improperios contra el presidente colombiano llamándolo traidor y lacayo”, afirma el diario Taz de Berlín.
Bogotá llevará el caso ante la ONU y la OEA
El gobierno colombiano calificó el incidente de un acto agresivo y anunció que el grave hecho será informado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA). La Unión Europea manifestó el jueves su preocupación por las tensiones diplomáticas entre ambos países, a quienes exhortó a buscar soluciones y evitar acciones que empeoren la situación. En un comunicado emitido desde Bruselas, la presidencia en turno que ostenta Suecia exhortó a ambas partes a respetar el derecho internacional y los acuerdos bilaterales existentes.
Venezuela respondió que la situación de tensión que vive América del Sur es el resultado de la decisión del Gobierno de Estados Unidos de instalar siete bases militares en territorio colombiano, lo que representa una amenaza latente para la paz y la seguridad en la región. La Cancillería venezolana responsabilizó de la situación a Washington y a Bogotá y pidió a Bruselas que interceda para que la Casa Blanca desista de los planes que son el motivo de las crecientes tensiones entre los dos países sudamericanos.
Creciente carrera armamentista
La presencia militar estadounidense, que comprende hasta unos 800 soldados y 600 civiles que estarán estacionados durante la próxima década en siete bases militares en Colombia, es una provocación a juicio de Chávez y de otros gobernantes de la región. “No soy yo el que está llamando a una guerra, quien la está provocando es el imperio Yankee”, asegura.
El presidente venezolano está armado hasta los dientes, advierte Daniel Flemes, experto del Lateinamerika Institut con sede en Hamburgo. Desde el 2005, cuando firmó un contrato por 5.000 millones de dólares con Moscú, se ha hecho de un arsenal que comprende 55 helicópteros de combate y de transporte, así como 20 buques de guerra. En septiembre pasado Chávez viajó a Moscú donde hizo un pedido de 92 tanques de guerra. Colombia ha reaccionado fortaleciendo su ejército integrado por unos 254.000 soldados.
“La creciente tensión en Sudamérica es la consecuencia de la rivalidad latente entre Rusia y Estados Unidos, cuya presencia militar, firmada hace unos días a través de un tratado con Colombia, es una reacción al pacto millonario entre Caracas y Moscú”, advierte por su parte el diario Osnabrücker Zeitung en un comentario en el que añade que Colombia no tiene alternativa, pues necesita los dólares de los estadounidenses para combatir a los capos del narcotráfico.
Una región sin ley
El conflicto militar está programado de antemano y no se debe sólo a la rivalidad geopolítica de ambos países y sus aliados, “sino a los paramilitares que trafican con drogas y combustible desde hace años”, afirma el diario español El País. “Ni Alvaro Uribe ni Hugo Chávez saben como es el problema aquí. Ellos mismos han dejado avanzar a los paras y ahora quieren venir a meternos en una guerra”, se queja ante el periódico un taxista que tiene que pagar la contribución a los paracos, como se llaman a los grupos que imponen su ley en la frontera.
El diario Rheinischer Merkur relata la historia de un joven de 16 años, Jaime Steven Valencia Sanabria, asesinado por los soldados colombianos, que luego lo hicieron pasar por guerrillero para obtener las recompensas que otorga por la captura de combatientes el gobierno de Álvaro Uribe. Los familiares de las víctimas son luego amenazadas de muerte si denuncian los sucesos, una situación que tiene sumidas a las llamadas Madres de Soacha en una situación de desamparo. Es un negocio lucrativo, dice el diario, y profundamente arraigado en el conflicto que enfrenta desde hace 50 años al gobierno, la guerrilla y a los paramilitares, que han convertido el territorio en una zona donde no hay ley que valga.
Autora: Eva Usi
Editora: Emilia Rojas Sasse. FUENTE DEUTSCHE WELLE
22 de noviembre de 2009
América Latina con aroma a pólvora
No creo en los duendes, en los aparecidos, en el diablo, en los espiritus malignos, ni en los benignos, en los santos, en las santas, en las iglesias, ni en los hombres en general. Soy un incrèdulo. Tampoco nunca he creìdo en los mesiànicos, claro, y menos aùn en los mesiànicos. Ahora, si se trata de un militar-polìtico mesìanico; o sea, un militar metido a polìtico y, ademàs, mesiànico, (còmo Galtieri, o los demàs que tuvimos por aquì), no sòlo no les creo nada, sino que desconfìo absolutamente de ellos. Nunca creì, pues, en Chavez. De ahì que me habrìa gustado que sobre èste artìculo opine gente que sì cree en èl, de modo tal que (si puede) desmienta las afirmaciones de èstos alemanes (que no son ningunos dechados de virtudes tampoco). Como parece que nadie se atreve, opinarè yo. No discutirè cuestiones de ideologìa: que si Chavez es progresista o no, etc, etc. porquè demorarìa mucho. Sòlo tratarè de demostrar que Chavez miente y lo hace repetidamete. y lo harè con un argumento que ya alguna vez usè aquì. Para gente decente e inteligente, èso deberìa bastar. Empezarè diciendo que conozco bièn Venezuela, trabajè allà. Despues de un tiempo, uno percibe que se trata de un paìs diferente. Se tarda un poquito en percibir en que consiste la diferencia, pero, al final uno se dà cuenta que es lo que hace distinta a Venezuela: se trata de un paìs hinchado de plata. No es que es el paìs es muy un paìs rico, es algo màs: està hinchado de dinero; es decir, es màs que rico. Hay solo un puñado de paìses asì: Singapur, Suiza, Suecia, Lichtenstein, el Gran Ducado de Luxemburgo, USA y los Emiratos Arabes. Pero, las similitudes con èsos paìses se acaban pronto y ràpidamente aparecen las diferencias con Venezuela. Mientras que en los europèos y Singapur la gente vive bièn y casi no hay pobreza (los 5 primeros), en otros la hay pero reducida (en Kuwait, hay pobres, pero son todos extranjeros, kuwaitìes nativos practicamente ninguno), en la Venezuela de Chavez, despues de 12 años de Chavez (y de decenas de miles de millones de US$ por año por el petroleo) todavìa el 60 % de la poblaciòn es muy pobre. La tasa de criminalidad es tambièn increìblemente diferente: 17.000 asesinatos por año en Venezuela, una decima parte, o mucho menos, de èse nùmero en los otros paìses (salvo USA). 50 asesinatos por dia, y en aumento, no es chancaca. Algo anda mal, pues en la Venezuela de Chavez. Para entender cuàn mal anda èse paìs, hay que establecer un contexto teòrico, aunque èsto suene pedante. ¿Que significa en realidad que un pais este «inchado de plata»? Recordemos que la plata es el recurso que siempre falta, lo que nunca hay en exceso. La economìa (tanto capitalista como comunista) se define como la ciencia de còmo administrar los recursos escasos. O sea, es la ciencia de còmo administrar la poca plata de que disponen los paìses y las gentes. Un paìs «inchado de plata» es, por tanto, uno que no tiene èse problema. O sea, un paìs hinchado de plata no tiene casi nada que lo frene. Puede comprarlo todo (como hacen los àrabes). Ademàs, en èl las leyes clàsicas de la economìa no se aplican. Podrìa, por tanto, en tiempos extremadamente cortos, digamos 5 años, acabar con la pobreza, con la incultura y con la criminalidad. Un pais inchado de plata tampoco necesita endeudarse. Pero Venezuela no èsta solo inchada de dinero originado en el petroleo, es un paìs ubèrrimo. No tendrìa, pues, que importar masivamente alimentos. Posee tambièn una clase media profesional muy calificada. Pero eso no es todo. Segùn Chavez, con su gobierno y su Socialismo del Siglo XXI, Venezuela tendrìa todo el apoyo y el catalizador polìtico que le faltaba. Se habrìa completado el cìrculo y al paìs ya no necesitarìa de absolutamente nada màs para dar el gran salto. ¿Para què, entonces, hacer lo que hizo Galtieri aquì, o sea, pasarse la vida inventando enemigos externos? ¿Para què prestarse plata de la banca extranjera? Venezuela tiene una deuda externa galopante, una inflaciòn galopante, tasas negativas de crecimiento, criminalidad en aumento, salidas màsivas de dinero, corrupciòn galopante, militarizaciòn, con la consecuente pèrdidad de valores civiles, dependencia cada vez de potencias extranjeras (USA incluìda) y toda una sarta de otros males. ¿Todo serà boicot yanqui?