(Corresponsal de Salta 21) Al subir ayer a un taxi en la estación para dirigirme a un hotel que me había recomendado gente macanuda en el tren, al constatar mi cara de bisoño “turista”, se intercambiaron las consabidas palabras adecuadas en estos casos: ¿de dónde vienes?; ¿te quedarás mucho tiempo en Oruro?; etc.
La confianza así entablada, me dio la ocasión para hacer mi tarea de corresponsal y le pregunté al taxista, en tono aprobatorio de mi lado (como para que el conductor se animara a explayarse…), qué opinaba del nuevo período presidencial. Contestó que le parecía muy bueno y que si Evo (otra vez, esa falta de distancia con el “Sr. Presidente”…) gobernaba igual que en su primer mandato, todo estaría medianamente bien. Se comprueba aquí, que no siempre el aserto psicoanalítico, tanto de Freud como de Lacan, respecto a que gobernar es imposible, es verdadero. Los ciudadanos no eligen a sus funcionarios para luego desconocerlos y criticarlos; en Bolivia, se los vota para que gobiernen obedeciendo, tal cual profería el Sub “Marcos” (cuya experiencia no fracasó, como alucina la mayoría de las izquierdas latinoamericanas y del mundo –están en Chiapas, protegidos por un cerco armado y mientras no sean militarmente, derrotados, pues han vencido…).
Sin embargo, el amable y condescendiente taxista, me confesó que uno de los desafíos no menores de Evo, era el de la superación del racismo. La Constitución boliviana, que es una de las más avanzadas de la época, que consagra un Estado plurinacional, indígena y plurilingüe, exacerbó en la derecha, el racismo contra sus propios compatriotas. Al sur, en Tupiza, Villazón, ese fenómeno asoma imperceptible, pero a medida que nos acercamos a La Paz y/o Santa Cruz, recrudece y se vuelve preocupantemente, explícito (con pintadas, f. e.). Por supuesto, el racismo en ese caso, es el “índice” de algo más profundo y que se vincula con los intereses poderosos que la Constitución aludida puso en jaque.
En primera instancia, le quitó el dominio a la propiedad privada de orientación capitalista, al consagrar una miríada de clases de propiedad, que van desde las posesiones de una ONG, a la “tradicional” campesina y a las formas colectivas de propiedad indígena. Todos esos tipos de propiedad, adquirieron raigambre constitucional y “compiten” con la “clásica” propiedad privada burguesa que había sido hasta antes de Evo, hegemónica.
En segundo lugar, la citada propiedad es limitada por consideraciones de naturaleza social y de respeto a la biosfera. Se constriñe la sed de lucro insaciable del capital y se obliga a los empresarios a realizar inversiones en la comunidad donde se asienten. Se pone freno a la depredación de recursos, no renovables y renovables.
En tercera instancia, se establece que los recursos naturales estratégicos son propiedad del Estado y aquellos que atenten contra eso, actuando como lo hizo el inefable Menem, son traidores a la Patria y juzgados como tales.
En cuarto término, los latifundios deben ser productivos y no pueden excederse de 10 mil hectáreas.
A grandes rasgos entonces, estos son algunos de los factores que hicieron eclosionar un furioso racismo que siempre estuvo, pero que ahora con Evo, se volvió perceptible.
El conductor apuntó que lo triste es que los racistas contra sus propios conciudadanos, no son sólo los económicamente privilegiados o acomodados, sino también los pobres. El racismo se convirtió pues, en una faceta más de una guerra de excluidos contra marginados, de pobres contra pobres, lo que es una forma muy hábil e inteligente, que encontró el sistema para dividir a un pueblo que aprendió a no avergonzarse de sí mismo y de sus tradiciones indígenas. Veremos qué sucede en el futuro; ojalá Evo pueda sortear la tram(p)a del odio racial, que es un “enemigo” soterrado y que hace un trabajo de zapa contra lo bueno que pudiera conseguirse en independencia, soberanía y auto gobierno.
Me quedan unas horas más en Oruro; el jueves a la mañana, voy camino a La Paz, a entrevistarme, primero, con una funcionaria del área rural y, después que ella haga los enlaces necesarios, con el Sr. Presidente, el Sr. Vice, con ambos o con algún político de envergadura, si la suerte nos acompaña, como hasta hoy.
Oruro-dividida x racismo?
Esto nos hace frase algunos hermanos comentarios de otras latitudes, que porteños y puneños, que sureños – que norteños, que rural – que citadino, que judío o Alemán, siempre trataron de DISTRAERNOS y justificar nuestra desgracia, que por culpa de Dios, de este y otro, ese es EL MODELO NEOLIBERAL, así se sustenta, es como siempre se manejo a los pueblos, DIVIDE Y GOBERNARAS.