El Escudo del DNI no es nuestro Escudo Nacional: ¿da lo mismo?

Nuestro documento de identidad tiene grabado en su tapa un escudo que no es el Argentino.

Aunque el día de la presentación del nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI) la Presidenta de la Nación anunció que habíamos salido de la “maldición gitana” que significaba que cada vez que se quería abordar un proyecto de DNI nuevo terminara en un escándalo o en una frustración, una nueva irregularidad apareció en los nuevos DNI. Esta irregularidad tiene que ver con el modelo de escudo que el mismo ostenta en su tapa, el cual, como veremos, no es nuestro Escudo Nacional.

La norma vigente en materia de símbolos nacionales es el decreto 10.302/44 –dictado por un gobierno de facto–, cuyo Art.5 dispone: «En adelante se adoptará como representación del escudo argentino, la reproducción fiel del Sello que usó la Soberana Asamblea General Constituyente de la Provincias Unidas del Río de la Plata, el mismo que ésta ordenó en sesión de 12 de marzo de 1813, usase el Poder Ejecutivo.» Es decir, que el Escudo Nacional debe ser la reproducción fiel del Sello de la Asamblea del Año XIII. Pues bien, en el Sello de la Asamblea, la rama de laurel diestra (a la izquierda del observador), más larga, consta de once verticilos de cuatro hojas cada uno, un verticilo de tres hojas y una hoja suelta, lo que da un total de cuarenta y ocho hojas: veintitrés por la parte interior y veinticinco por la exterior, mientras que la rama siniestra (a la derecha del observador), es más corta, consta de diez verticilos de cuatro hojas cada uno y una hoja suelta, lo que da un total de cuarenta y una hojas: veintiuna por la parte interior y veinte por la exterior. Ambas se tocan ligeramente en la parte superior y cubren la parte inferior de la faz del astro. Nada de esto sucede en el diseño de escudo del nuevo DNI, donde ambas ramas son iguales, no se tocan y ni siquiera llegan a alcanzar la cara del sol. En conclusión, por no ser una reproducción fiel del Sello de la Asamblea, el diseño de escudo de los nuevos DNI no cumple con la normativa vigente, por lo que no se trata del Escudo Nacional.

Podrá considerarse que se trata de una cuestión menor, cuando lo fundamental es –como lo destacó la Presidenta– «que todos se empadronen y que todos tengan identidad». Sin embargo, y como también lo remarcó la Jefa de Estado, «la identidad no es solamente un documento, es algo bastante más importante». Efectivamente, lo es. Pero no se trata sólo del derecho a la identidad individual sino también el derecho a la identidad colectiva, como Nación, identidad que también se pone de manifiesto en el diseño del nuevo DNI desde su mismo color, según lo expresó la Primera Mandataria: «elegí el color celeste y blanco porque son los colores de la bandera, los colores de todos los argentinos». La presencia del Preámbulo de la Constitución Nacional y de la flor del ceibo son expresiones en ese sentido. Es por ello que la presencia de un diseño de escudo incorrecto, nada menos que en la tapa de nuestro documento cívico más importante conspira, quizás no con la realización mas sí con la exteriorización del derecho a la identidad de los argentinos, puesto que todos llevaremos en el documento que nos identifica, un símbolo que no lo hace, porque no es nuestro Escudo Nacional.

Espero que las autoridades competentes tomen las medidas pertinentes en defensa de nuestros símbolos nacionales y del derecho a la identidad de los argentinos.

– Enviado por Rodolfo Aredes
– pepitoaredes@arnet.com.ar
– El artículo pertenece a Luciano Pezzano. (El Reverso)

P/D

El Escudo Nacional Argentino tiene su origen en el sello usado por la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813. Pero no se conoce decreto ni resolución de la misma imponiendo la adopción de dicho sello. La primera mención expresa data del 12 de marzo del mismo año, al disponerse que el Supremo Poder Ejecutivo o sea el Segundo Triunvirato usase el mismo sello que la Soberana Asamblea, con la única diferencia de la inscripción correspondiente alrededor de los atributos. Otro decreto, fechado el 27 de abril, asigna ya carácter de emblema nacional a ese sello al ordenar que las armas del rey fijadas en lugares públicos o que figuren en los escudos y banderas de algunas corporaciones sean sustituidas por las armas de la Asamblea.

No existe disposición que fije los colores del escudo nacional, pero ellos surgen de la natural coloración de sus atributos. El rayado horizontal que ostenta el cuartel superior del ovalo indica que se trata del color azul, conforme a las consuetudinarias leyes de la heráldica. Los colores nacionales argentinos, azul y blanco, constituyen, pues, los dos cuarteles del escudo, dividido por una línea horizontal en la parte media, y se ha entendido que debe ser azul del mismo matiz celeste que la bandera nacional. La pica es de color castaño, por ser su asta de madera; las manos son de color carne; el gorro frigio rojo, de acuerdo con la tradición de la Revolución Francesa; el sol es amarillo oro y los laureles verdes. La cinta que los ata lleva los colores nacionales

Tiene forma de elipse. Cortado de azul-celeste y plata (blanco). En la mitad inferior, se estrechan dos manos diestras, sosteniendo un asta que en la mitad azul-celeste sostiene un gorro frigio, símbolo de libertad. En la punta, un sol naciente (figurado, de oro) con veintiún rayos visibles rectos y flamígeros alternados. Dos ramas de laureles que forman corona sobre la cara del sol y se cruzan en la base, unidos con un moño con los colores de la Bandera Nacional.