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lunes, noviembre 25, 2024

Del circo de los hermanos Podestá a la «tinellización» de la TV

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Crítico filoso de la tevé basura y observador permanente de los fenómenos culturales, Pablo Sirvén desmenuza el pasado y presente de los medios.

El Bicentenario es una buena excusa para repasar diferentes aspectos de la vida del país. Uno de ellos, y muy importante, es y ha sido el espectáculo. Pablo Sirvén lo analiza en el marco de su libro «Breve Historia del Espectáculo en la Argentina», que se enmarca en la colección Claves del Bicentenario que publica editorial El Ateneo.

Allí, el periodista repasa la danza, el nacimiento del circo y del teatro rioplatense con la familia Podestá, la música, el canto, la radio, el cine y la televisión que hicieron y hacen de la Argentina un faro cultural para Latinoamérica. No quedan afuera el tango, el folclore y el rock, las laureadas producciones del cine, el Teatro Colón y sus magníficas puestas, los shows de la calle Corrientes, enaltecieron a la cultura y el arte locales. También recorre las figuras más emblemáticas en la historia hasta llegar a la actualidad con la «tinellización» de la televisión.

También acaba de publicar junto a Carlos Ulanosvky, «¡Qué desastre la TV! (pero como me gusta)» de Editorial Emecé, donde los autores se meten de lleno en un tema que conocen: la influencia de la televisión y sus personajes en la casa de los argentinos.

Para el secretario de redacción de La Nación, la tele perdió su «monopolio» audiovisual: «Hay que revisar lo que era antes, con Pepe Biondi, por ejemplo: llegar a cincuenta puntos de rating y ahora ni siquiera una final de fútbol lo logra».

El fenómeno de la televisión local reside, según Sirvén, en su doble discurso. «Ya lo decía Discépolo, La Biblia y el Calefón. Cómo puede ser que una televisión tan berreta con programas de paneles, con chimentos escatológicos, a la noche con los periodísticos de noche reventada, la Policía en Acción. Esa misma televisión puede ser el cuarto exportador de formatos en el mundo». Un país de contrastes, sin dudas.

En Argentina «podés ser al mismo tiempo la misma persona, tener esta dualidad de grandeza y de histeria, todo unido», resalta. «A mí me da la sensación de que la televisión está como muy aplicada hacía lo miserable: por razones económicas, desbordó la cultura chimentera sobre toda la televisión, desbordó el tema de los programas clonados y los programas de archivo sólo reproducen lo malo, y acentuan la sensación de que todo es más horrible de lo que es».

En esa vorágine, Marcelo Tinelli – líder indiscutido de la televisión popular – se convirtió en «una nave madre» al conducir un programa «hegemónico» del que vive el resto de la televisión: «Es un gran productor con un GPS de las cosas que le gustan a la gente en el momento». Nadie, según el periodista, ha alcanzado ese nivel de popularidad y vigencia: «Yo no me acuerdo alguien que tenga veinte años seguidos de vigencia en lo más alto. Ha habido gente que ha estado mucho más tiempo en la televisión, como Mirtha Legrand, pero ha sido entrecortado y no ha estado siempre en la cúspide del rating».

– Perfil

– Nota relacionada:

Alberto Noé tajante: “El problema de la tinelización de la cultura”

http://www.salta21.com/Alberto-Noe-tajante-El-problema-de.html

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