En nuestra entrevista, profundizamos aspectos relevantes de la superproducción independiente «Pavlov, 2 segundos antes del crimen» de Gustavo Ott, obra que se estrenará próximamente en Salta. Hicimos nuestro propio Retiro para hablar desde la intimidad de un hombre del teatro a partir de un proyecto espectacular.
Miguel Astudillo trabaja a la par del director Luis Caram, asiste y produce, prueba y opina, inventa y fabrica, hace relaciones públicas y nos da su tiempo para hablar de «Pavlov…» desde adentro, desde su lugar junto al resto del equipo.
La obra de Ott con tres premios por su dramaturgia, fue estrenada primeramente en Venezuela en el año 1991, luego recorrió distintos festivales internacionales y en mayo de 1995, en Washington, fue representada por la Compañía de Teatro Gala, oportunidad en la que Luis Caram hizo el papel de Mauricio, uno de los personajes del policial.
El deber se une al placer en la belleza. Quizá por eso también, este recreo con Miguel tiene esa sensación de un festejo más que de un anticipo y de una espera, más que de una noticia. Y hay tanto más para evocar…
De utopías y mundos posibles
Miguel: quiero comenzar por algún lado entonces creo que por el principio es mejor… El Retiro Producciones, ¿es un nombre que tiene que ver con un pasaje en la vida de Buenos Aires, un «lugar» especial para hacer teatro… una ocurrencia…?
– El Retiro nace en El Galpón como un sitio que tenía la finalidad de permitir el desarrollo de actividades artísticas y culturales en un pueblo donde es muy dificil el desarrollo de cualquier actividad de este tipo. Como una especie de taller, de atelier. Allí, un grupo de artistas locales desarrollábamos nuestras actividades de pintura, escultura, escritura. Con Luis Caram estábamos recién llegados de Buenos Aires, y El Retiro nos pareció un nombre adecuado. Cuando empezamos con el diseño de producción de «La Pasión» , decidimos comenzar a firmar nuestros proyectos con el nombre del taller. Así fue como El Retiro se convierte en el nombre que identifica todas las actividades que emprendimos desde entonces.
Salen al ruedo, vos y Luis Caram junto a un elenco de actores invitados, a partir del nombre de una «productora» y no de un grupo. ¿Tiene que ver con una mirada propia o con influencias de experiencias en otros lugares del mundo…?
– Tiene que ver con que nosotros no tenemos un grupo propio de actores, no somos formadores. Yo ni siquiera soy actor. Nuestra intención no es crear otro grupo más, sino «aprovechar» los talentos que ya existen en la escena salteña y convocarlos para obtener lo mejor que cada uno puede dar para cada proyecto. Inclusive trabajamos con directores invitados. Así fue con «Nos hubiéramos amado tanto» , y así va a ser con «Ligero de equipaje» , que se estrenará proximamente. Creemos que esto es muy enriquecedor para todos; actores, directores, productores. La diversidad alimenta. Quizás en un futuro tengamos un grupo propio, que surja espontáneamente y que se forme con aquellos artistas con los que tengamos mayor afinidad, quién sabe, pero sin perder el espíritu de El Retiro, que es el de la pluralidad.
Esta idea de una superproducción de teatro independiente parece tener varios pilares: actores de talento, una gran inversión en la puesta, un texto exitoso y un gran trabajo de marketing, todo un proyecto escénico de gran envergadura. ¿Cuáles son las metas que se propusieron más allá de llegar al escenario? ¿Tendrá que ver quizá, con algo relacionadao a una misión teatral?
– Cuando llegué a Salta y comencé a ver teatro local, me pasaron dos cosas: una fue la sensación de que había un potencial enorme en los artistas que no era respondido con la misma entrega por el público. Hay un público que asiste habitualmente al teatro. Somos casi siempre los mismos. Lo segundo, es que me dio la impresión de que también hay otro público, que por varias razones consume eventos artísticos… pero foráneos. Gente que no ve un elenco local pero paga, y mucho, por ver producciones -a veces mediocres- que vengan de afuera. Fundamentalmente Buenos Aires.
Encarando una producción como lo estamos haciendo con «Pavlov…» , apuntamos a que todos se sientan atraidos a ver a los artistas locales, y se den cuenta que podemos estar a la altura de cualquier espectáculo de «afuera». Esa es la principal meta. Que la gente vaya a ver teatro. Y es una cadena: la gente va al teatro, las producciones ganan algo más de dinero, ese dinero permite realizaciones cada vez mejores, el público vuelve, los artistas están más felices, y así sigue la historia.
¿Por qué Pavlov…? ¿Cómo llegan al texto? ¿Quién tuvo tan «descabellada» y loca idea…?
– A mí me parecía que para poder cumplir nuestra meta, era necesario elegir muy bien el tipo de obra que ibamos a encarar. El género policial me pareció adecuado. Vos sabés que Luis había estrenado en Estados Unidos, «Pavlov…» en el teatro Gala hace unos cuantos años, como actor, en el papel de Mauricio -el personaje que interpreta Bernabé Bustos-. Me propuso este texto, lo leí, vi el video del Gala y punto. No había nada más que discutir. Es la obra perfecta. Ágil, divertida, muy inteligente, y encima Luis la conocía al dedillo.
Sé que este no es el primer trabajo de dirección de Luis (Caram) en este tipo de obras -sabemos que co-dirigió La Pasión- porque fundamentalmente es actor, entre sus facetas artísticas. ¿El quería dirigir esta «Pavlov…» por alguna razón particular?
– Creo que se sacó las ganas de hacer lo que él hubiera hecho con la obra en Estados Unidos.
¿Cómo es que unís tu pasión artística con algo tan «racional» y tan «científico», acaso tan mental, como es tu profesión de médico? ¿Cómo surgís al teatro?
– No sé muy bien… supongo que tiene que ver con esas cosas que hacés cuando sos más grande, y te podés sacar de encima los mandatos de tu niñez: «nene, tenés que ser ‘dotor’, o ingeniero, o abogado», y te la creés tanto que ni siquiera te planteás otras cosas. Siempre fui un «espectador» voraz. Consumía cine, teatro, pintura, música, pero siempre desde afuera. A veces me animaba a aprender alguna disciplina -estudié dibujo, pintura, música-… Y bueno… una vez tuve la oportunidad de meterme a la «cocina» de un espectáculo, y como tengo una personalidad fundamentalmente adicitva, no pude salir más (risas). Y es muy interesante lo que mi formación científica me aporta, fundamentalmente porque tengo herramientas de gestión, liderazgo, planificación de proyectos que resultan muy útiles en el momento de encarar un diseño de producción.
Cuando los encontré en el INT y vi que habían presentado este proyecto escénico, hice un comentario: «esto va a estar para alquilar balcones». Creo hoy lo mismo, y más aún por los avances que nos han hecho conocer. Tiene cierta mítica relacionada al cine… ¿Te parece? El tipo de trabajo…
– Si, sin duda. El género policial se presta para eso. Es bárbaro crear climas de suspenso con la luz, la música, son protagonistas que interactuan con los actores. Un silencio tenso cortado por un violín de Ennio Morricone, o una conversación terrible entre Mauricio (Bernabé) y su madre Consuelo (Carolina Beltrán), con un bolero de fondo… ¡Son increíbles!
¿Cómo dieron con el perfil de los actores? Es decir, dijeron… Guido tiene que ser tal, Miriam es Amanda… ¿Ya los conocían en escena o fue una inspiración?
– Las dos cosas. A muchos los conocíamos sobre el escenario. Pero la intuición en imprescindible. Y sin duda una enorme cuota de suerte. Fijáte que sólo dos actores que habían sido convocados inicialmente, no continuaron en el proyecto y tuvimos que pensar en reemplazantes. Y aquí es donde la suerte nos dio la mano más grande que alguna vez hayamos recibido. Porque fue así como llegamos a Miriam Díaz. Y estoy completamente seguro que la obra no hubiera alcanzado el nivel que hoy tiene si no hubiera sido así, porque el personaje de Miriam es central, interactúa con todos los demás y tiene que ser muy dúctil.
¿La estética del «comics» es una propuesta re-suya o la obra lo insinúa?
– Es nuestra propuesta.
¿Esas pelucas o «raros pienados» son una especie de motivo setentoso ligado a la historia o cómo opera entre los signos de la puesta?
– Si bien hemos jugado con el anacronismo en la puesta, está fuertemente orientada a la década de los 50, de los 60. Y tiene que ver con varias cosas. Por un lado el auge de los comics policiales data de esa época, por otro lado, es una época marcada por el diseño y la manufactura de excelencia -el estilo «vintage»-, que es una característica da nuestra producción. Tanto Luis como yo, somos enfermos por la estética.
Y lo más importante: es la manera que elegimos para poner en primer plano el conflicto humano, la problemática social que aborda Gustavo Ott. Van a ver personajes tremendos, diciendo textos tremendos, en ambientes neutros, planos, monocromos. Elevamos al protagonista a primerísimo plano también desde lo estético.
¿Por qué trasladaron los ensayos a El Galpón?
– Porque es inspirador. Vos estuviste ahí, así que sabés de lo que hablo. Fue decisivo para todos. Apareció todo lo que queríamos ver de «Pavlov…» El Galpón vio nacer a El Retiro y volvimos al útero. Mucho espacio, sin distracciones, alejados de lo cotidiano, en una especie de «concentración» y convivencia geniales. Y ni hablar de la comida… también sabés de qué hablo (risas).
¿Tiene la obra algo de la manipulación mediática en el sentido de denuncia o de alerta y crítica?
– En realidad, que la obra se desarrolle en una emisora de radio y con un personaje que pertenece a los medios de comunicación, es una anécdota. La obra tiene un contenido de denuncia contra los «sujetos manipuladores» que están por todos lados: en los medios de comunicación, en la política, en las iglesias. En todos lados hay gente que se cree con derecho a manejar tu vida sin importar las consecuencias.
Estoy segura que nos van a seguir sorprendiendo y motivando… ¿Cómo están para el estreno Belén, Carito, el Negro, Miriam, Guido, Joti y Bernabé?
– Increíbles!, muy entusiasmados, filosísimos, cansados -son largos meses de ensayos intensivos-, y creo que felices.
Además hemos armado un equipo de producción alucinante. Dejáme que los nombre por favor: Minina Mini, Gonzalo Alanís, Marcelo Lobato, El JuanK Sarapura, Gloria Chilo, Celeste Butacaulia, Pablito Aguirre, Germán Rebak y Fernando Díaz, quien nos está dando una mano enorme en el tema de prensa.
Y Julien Guinet… qué onda…
– La mejor!! A Julien lo contactamos unos días antes de que se fuera a vivir a Francia por un año con su esposa, Juliana García. Vieron un ensayo -encima de los primeros-, y quedó pegado al proyecto. Se llevó mucho material y fue mandando vía internet los bocetos de los personajes y la idea de la ilustración del afiche. Los resultados están a la vista.
¿Te parece si cerramos con una anécdota sobre el elenco?
– Al ser un elenco tan numeroso y de tantos diversos orígenes y experiencias, todo el tiempo están pasando cosas, y eso es lo enriquecedor a lo que me refería al principio. No sé si tengo en mente algo en especial… lo que sí me sorprende, y no quiero dejar de decirlo, es la enorme confianza que tienen en la producción. Hay que animarse a actuar con la cara dibujada como un comic, con una peluca de dos kilos en la cabeza y tener la seguridad de que están haciendo algo de un nivel de excelencia. Ah! me acuerdo de una anécdota, Ensayábamos en casa, uno de los primeros ensayos, y el personaje dice: «… Por favor no me mate, todavía no…!!!!» y los vecinos, aterrados, no sabían qué hacer, si llamar al 911, a la comisaría o al SAMEC…
– Nota relacionada:
«Pavlov, dos segundos antes del crimen» llega en junio
http://www.salta21.com/Pavlov-dos-segundos-antes-del.html
Miguel Astudillo con Pavlov, 12 horas antes de la cita en el Hotel Design Suites
Sin duda.-Esta obra promete y mucho.- Espero que el público sepa honrar el esfuerzo y el talento de este equipo de trabajo fantástico, tanto en lo profesional como en lo personal.- Yo soy una de las actrices que no pudo estar en la obra por cuestiones personales, y coincido con Miguel, ganaron y mucho con las actrices que eligieron, las tres son un lujito.- Besotes a todos y mucha merde!!!!
Miguel Astudillo con Pavlov, 12 horas antes de la cita en el Hotel Design Suites
Nena de mi alma!!!!
No es para nada a vos a quien me refiero en la nota. Tu falta fue tremendamente difícil de cubrir.
Te adoramos y tenemos grandes proyectos que te incluyen
Besos
Miguel