– Por: Emilio Marín (LA ARENA)
Para la derecha y la centro-derecha argentina, como Mauricio Macri, Jorge Sobisch, Elisa Carrió y otros políticos, el presidente venezolano es el malo de la película. Pero a su vez esos dirigentes estuvieron en Expoagro, donde se encomiaron las compras de Caracas.
Los políticos del costado derecho del espectro usan la figura de Chávez para cuestionar a Cristina Fernández de Kirchner. ‘Los Kirchner son rehenes de Chávez’, disparó la Carrió y esa misma apreciación fue tapa de la revista Noticias. Macri, por su parte, en las contadas ocasiones en que salió del libreto municipalista que asumió desde la campaña porteña, golpeó lo que juzga como excesiva relación con Venezuela. A su juicio había que escaparle a ese ‘abrazo del oso’ y, en cambio, sintonizar la onda de Chile, México y en, todo caso, Brasil.
Esos países ‘políticamente correctos’ para la derecha argentina, le fueron sugeridos por uno de sus ideólogos, Mariano Grondona. En su columna en ‘tribuna de doctrina’ (9/3) insistió en que hay que seguir el modelo de Brasil, Chile y México. De ese modo Argentina podría ubicarse ‘en un nivel español en el curso de una generación’. Según Grondona hay que escaparles a los ‘gobiernos más o menos chavistas que insisten en anacrónicas demagogias de corto plazo’.
Una pequeña digresión: esos políticos y comunicadores en realidad son defensores de los gobiernos más pro-estadounidenses de la región, como el de Alvaro Uribe y los centroamericanos que firmaron acuerdos de libre comercio con Washington. Por razones obvias, luego de la invasión colombiana a Ecuador, silenciaron su admiración por ese modelo.
Los medios que son voceros de esos puntos de vista políticos, tales como ‘La Nación’, han destilado veneno contra el gobierno de Chávez por todos los motivos imaginables. Han criticado su acercamiento a Cuba e Irán, sus reformas constitucionales, su nacionalización petrolera, sus discursos contra George Bush en la ONU, la no renovación de la frecuencia al canal golpista RCTV, la mediación humanitaria en Colombia, etc.
Y coherente con esa valoración de Chávez como el peor gobernante de Latinoamérica, supuestamente desestabilizador de la democracia en su país y todo el continente, han cuestionado que el gobierno de Néstor Kirchner primero y el de Cristina después mantuvieran con él una relación estrecha. Al abanico de críticas a ese vínculo se sumó durante la última campaña electoral Roberto Lavagna, diciendo que la incorporación de Venezuela al Mercosur iba a degradar su contenido democrático. ¿Lo seguirá pensando ahora que convino con Kirchner su reingreso al Partido Justicialista?
Para desesperación de todo ese sector opositor-conservador, la jefa de Estado viajó a Caracas antes de pasar por Haití y República Dominicana, en la primera semana del mes, y firmó nuevos acuerdos comerciales. La síntesis de los mismos podría ser la fórmula ‘petróleo por alimentos’, según la cual la república bolivariana venderá más fueloil y gasoil según necesite nuestro país. El combustible nombrado en primer término servirá para las centrales térmicas y ahorrar gas A su vez los alimentos argentinos serán útiles para mitigar en parte el desabastecimiento que un sector de la industria y comercio de aquel país provocan para desgastar la figura del mandatario.
Beneficios para la gente
Mal que les pese a los derechosos citados, de la relación con Venezuela se desprendieron muchos beneficios para el pueblo argentino, como el citado trueque por energía que permitió que el año pasado hubiera menos cortes de electricidad y en consecuencia menos suspensiones de obreros en fábricas afectadas.
Chávez también encargó dos barcos tanqueros y la reparación de otros cuatro buques, lo que colaboró para la reactivación de Astilleros Río Santiago de Ensenada. El establecimiento se había salvado de la furia privatizadora de aquellos intereses menemistas y macristas gracias a la resistencia de su personal, en los ’90. Ahora tiene trabajo para sus 2.600 obreros y técnicos, y podría sumar otros 1.700 para cumplir con aquellos trabajos, que han sufrido varias demoras por obstáculos de la parte argentina, traducidos en dos o tres cambios de las máximas autoridades de ARS.
La segunda láctea argentina según niveles de ventas y producción, Sancor, estaba a punto de ser desnacionalizada en 2007, luego de verse endeudada y desfinanciada en buena medida por la crisis de 2001 y quizás también por malos manejos de su dirección. El comprador era el grupo Soros, por medio de su controlada Adecoagro, que ya tenía abrochada la adquisición a bajo precio. La cooperativa argentina dejaría de ser una y otra cosa.
Ante los pedidos de sectores cooperativos y posiblemente de la misma administración kirchnerista, Venezuela concedió un préstamo de 135 millones de dólares a entregar en varios tramos para que Sancor pudiera sanear sus deudas y seguir produciendo. El crédito se está pagando con leche en polvo.
Días atrás Ámbito Financiero denunció que Sancor había vendido con sobreprecios a Venezuela la tonelada de leche en polvo, a 4.800 dólares en vez de 4.400. Fue desmentido por el titular de CASA, Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, quien aseguró que los precios pagados fueron los correctos cuando esa medida del producto cuesta 5.000 dólares en el mercado internacional.
Volviendo al tema energético, luego que Chávez dispusiera la nacionalización de las explotaciones petroleras en la Faja del Orinoco, abrió para Argentina a través de Enarsa la posibilidad de explorar en forma conjunta con la estatal Pdvsa una de las áreas.
Asimismo, y esto es estratégico, el bolivariano propuso a varios de sus colegas el proyecto del Gasoducto del Sur, desde Venezuela a Argentina pasando por Brasil. Esta iniciativa fue demorada por la reticencia de esos gobiernos, y muy criticada por los medios que expresan a las multinacionales. Sin embargo, a favor de la idea está la estrechez de la provisión gasífera boliviana a Argentina y Brasil, que quedó de manifiesto en la reunión del mes pasado en Olivos entre los presidentes de ambos países más Evo Morales.
La aguda contradicción
Los beneficios de lo suscripto con Chávez son puestos en tela de juicio por los dirigentes de la derecha argentina, por razones obvias. Ellos están más cerca de Soros-Cresud-Adecoagro, que de una Sancor asociada a Venezuela. Esos privatistas no querían la reactivación del Astillero de Ensenada sino su venta a capitales privados. Y así de seguido.
Pero otros aspectos del vínculo con Caracas provocan ganancias también a los grupos monopolistas que son la base social de los partidos de derecha en nuestro país, y de todos modos los cuestionan.
Por ejemplo, el gobierno chavista ha comprado aproximadamente 5.500 millones de dólares en títulos argentinos, lo que alivia la situación del gobierno local. Con parte de ese dinero, los Kirchner pueden entregar subsidios patronales varios, por ejemplo a ganaderos, molinos, productores avícolas, incluso petroleras (dentro del plan Energía Total, ratificado por Cristina y Julio de Vido esta semana), etc.
‘La Nación’ y Clarín son los propietarios de Expoagro, que cerró el 8 de marzo último, con ventas por 170 millones de dólares según sus cálculos. En esa mega exposición, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), saludó la novedad de que ‘Venezuela adquirirá máquinas argentinas por 275 millones de dólares en los próximos meses’ (Clarín 8/3, ‘Euforia por nuevas ventas de ‘fierros’ agrícolas a Venezuela’).
La presidenta de Cafma, Roxana Negrini, puntualizó: ‘el 2007 ha sido un buen año, con una producción superior en un 10 o 15 por ciento, esto representa cifras cercanas a 800 millones de dólares, de los cuales un 20 por ciento está destinado al mercado externo, el principal lugar es Venezuela’ (‘La Nación’, 1/3).
Como es obvio, los dueños de la mayoría -no todas- de las empresas expositoras en esa gran feria son defensoras del capitalismo dependiente y en general se sienten ideológicamente más cerca de dirigentes como Macri. Sin embargo, aquellos empresarios están ganando mucho dinero con las ventas a Venezuela, mientras la dirigencia política afín al sector sigue despotricando contra las autoridades de ese país y apostando a mantenerlas fuera del Mercosur