El paro se cumplió el día viernes, con una jornada que incluyó repudios a Virgilio Choque, movilización por las calles céntricas y acto en Plaza 9 de julio por el asesinato del docente neuquino Carlos Fuentealba.
En la «cara» de Virgilio Choque, esto es en su gremio, los docentes se apostaron para hacer discursos en los que habló Estela Ortega, presidenta de Asamblea Provincial Docente, Claudio Del Plá y otros profesores. Expresaron el repudio por la falta de solidaridad del gremio de Choque, que supuestamente representa a la docencia pero responde al gobierno de turno (antes al romerismo); y a CTERA, por la falta de apoyo a la medida que fue anunciada por ATEN en Neuquén, seguida por Salta.
El paro se cumplió pese a las confusas declaraciones de Choque quien anunció a la prensa salteña en medios oficalistas, que se trataba de una jornada de reflexión en las escuelas, con lo que distorsionó o al menos pretendió hacerlo, la medida de fuerza en protesta por el crimen del docente de Neuquén.
El porcentaje de adhesión fue más alto que el del 1° de abril por La noche de las tizas y se habla de un promedio del 70 %.
Por el docente Fuentealba, se elevaron palabras de justicia, y se puso en evidencia su fusilamiento durante la lucha por el reclamo salarial.
La docencia salteña, en Asamblea, estimó conveniente la votación de este paro que exige resarcimiento de parte del gobierno en reclamo de justicia por las represiones a los maestros.
La lucha, durante el conflicto del 2007, se nacionalizó en una expresión de dolor por Carlos Fuentealba y hoy es la bandera de la dignificación por el salario del trabajador de la educación.
Su muerte pasará a la historia de la injusticia y de las páginas negras de una forma de terrorismo instaurado en la democracia.