Fiesta del arco iris, triunfo gay y derrota de la Santa Inquisición

La nieve acompaña este festejo en Salta
Carlos.
Estoy totalmente de acuerdo con Ud., que tolerancia no significa hacer de todo, ni falta de límites. La “tolerancia” está muy bien definida como: “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.”.-
También concuerdo en la defensa de los valores. Ahora, cuando hablamos de la “familia”, no podemos dejar de tener en cuenta que existen distintos tipos de “familias”, dentro del género “familia”. Hay familias con mamá y papá, con mamá sola, o con papá solo, o con mamá y mamá, o con papá y papá, y etc., etc., etc. (y espero sepa tolerar mi gusto por los etcéteras).
Ahora, partir de la idea o concepto de que la homosexualidad es una enfermedad no es tolerable, y ahí sí le planteo un límite a sus palabras (Por supuesto que si Ud., quiere respetarlo o no, estará dentro de su capacidad de tolerancia). Si todavía existen quienes ponen a los homosexuales dentro de grupos de altos riesgos para contraer enfermedades, por el solo hecho de ser homosexual, se debe a la intolerancia, al prejuicio, a una discriminación aberrante, o en todo caso a una maliciosa ignorancia. Ud., podrá incluir en grupos de altos riesgos a los promiscuos, homosexuales o heterosexuales. La promiscuidad no es privativa de los homosexuales. Como tampoco lo es la posibilidad de establecer una pareja estable o única.
Yo soy HOMOSEXUAL, Ud., evidentemente no. ¿Y solo por eso Ud., está mejor posicionado? ¿Solo porque yo tengo relaciones sexuales con un hombre y Ud., con una mujer, uno está “arriba” y otro “abajo”? ¿Debajo de qué? ¿De la condición humana, de la dignidad como persona, del respeto a un semejante? ¿Y si todo estos valores, esencias humanas, sociales, culturas, de convivencia (y todos los etcéteras), no es importante, qué es lo más importante, Carlos?
¿Y por qué prejuzga o presupone que la homosexualidad es todo “sexo”?
Por supuesto que la ley se equivoca, si es una construcción humana, y como tal perfectible. Pero ¿por qué se equivoca esta ley? ¿Por reconocer que la homosexualidad no es un argumento, por sí solo, para discriminar, para impedir que yo o cualquier otra persona gay, lesbiana, pueda legalmente casarse, conformar una familia, adoptar un hijo?
Me parece muy bien que me respete, como yo pretendo respetarlo a Ud. Es elemental, de lo contrario, no hay diálogo posible. Ni Ud., ni yo, nos hacemos una concesión o gracia, es nuestro elemental deber como seres humanos, como personas.
Ud., tiene derecho de educar a sus hijos como mejor piense, quiera o pueda. Y yo también tengo ese derecho (no me lo da ni me lo quita ser homosexual).
Y si la vida me da la oportunidad, me gustaría decirle a mi hijo que busque ser la mejor persona posible, de la misma manera en que trato de serlo yo, y predicar con mi ejemplo (con mis virtudes y muchísimos defectos). Le enseñaría que nadie elije ser heterosexual u homosexual (NADIE SE HACE HOMOSEXUAL, así como nadie se HACE HETEROSEXUAL), y que eso no me hace superior ni inferior a nadie, que no es motivo para discriminar o prejuzgar a nadie. Le diría que sea solidario, tolerante, que su capacidad de amar esté siempre por sobre el odio.
Y, REITERO, todo esto que estamos hablando, pensando y debatiendo, tiene como única forma de tratarse y definirse, la POLÍTICA. Era, es y será una cuestión política, en todas sus acepciones y sentidos. De otra forma no sería una cuestión humana y social.
Sigo expresando mi FELIZIDAD, mi ALEGRÍA y ENTUSIASMO ya que el matrimonio entre personas del mismo sexo es LEY, es posible, es legal, y es UN GRAN AVANCE DE LOS ARGENTINOS, podamos o no entenderlo. Ahora sigo la lucha para que lo vivamos con tolerancia y con amor.
Un respetuoso como feliz saludo.
Dalilo Vica.

La nieve acompaña este festejo en Salta
Con la sexualidad se nace, y se nace heterosexuales salvo algún tipo de desviación (no quiero sonarte discriminador, no discrimino a quienes nacen por ej. con una enfermedad congénita por el hecho de dar cuenta de tal cosa), después, por propia historia, alguien puede decidir ser homosexual, pero no es la máxima aspiración de la naturaleza y continuidad de la especia, puedo elegir drogarme, matar, despreciar, y no será lo mejor.

Muy estimado Dalilo, te respeto y creo respetas mi punto de vista, mayoritario también creo en nuestra sociedad. Respetemos a los homosexuales, no significa tratar el tema en escuelas y en la sociedad como simples elecciones de vida. Existen muchas estructuras de familia, es verdad, y siempre hay varones y mujeres, y de esa unión (con o sin amor) nacemos los seres humanos. Familias existen de muchas características, lo q no implica q la unión gay se llame «matrimonio» ni tampoco q puedan adoptar. Aparentemente sos un homosexual no promiscuo, y no es lo q abunda, abunda la promiscuidad en homo y hetero, y no creo nos conduzca a mejorar como país. Me parece justo hablar de temas mucho más importantes en nuestro país, y no desviar la atención hacia este tipo de temas, y en eso sí sientanse usados.

Tinelli cortando la pollerita está muy feliz, y varios programas muestran cosas «poco educativas» y también salen muy felices, al menos en aparencia, la sonrisa marketinera siempre presente, en este caso tu felicidad no es la mía, no me alegro de q nos acusen de retrógrados (la homosexualidad tiene siglos de existencia, entonces?…), conservadores (conservemos la decadencia q es lo q está de moda!!), discriminadores (cuando muchas veces también nos insultaron por este punto de vista).

Vamos a terminar defendiendo la prostitución como un trabajo digno y formativo!!! Y regulando la trata de blancas como monotributistas…, hay cosas q no son correctas, te invito a analizarlas también, más allá de tu «felicidad».

La frio sigue acompañando el festejo.
Estimado Carlos.
Aceptando con agrado su invitación, trataré de dejar mi “felicidad” más allá de mis comentarios y análisis. Me va a costar, por obvias razones, y porque estoy seguro que con ella no hiero ni ofendo a nadie. Sería ofensivo si mi felicidad estaría fundada en que se aprobó una ley que deja impune a asesinos y torturados como fue la de “obediencia debida y punto final”, y este no es el caso ni tiene la más mínima semejanza. Como tampoco encuentro semejanza o relación para decir que con todo esto que está pasando vamos a terminar defendiendo la prostitución como un trabajo digo y formativo. O que se regulará la trata de blancas (que dicho sea de paso, es también un expresión discriminadora, como si la mayoría de las víctimas de esta aberración fueran blancas, y no negras, o morochas, o trigueñas, o del color de piel que sea, por lo menos en nuestra región).
Si hay algo que esta ley hace, es PONER LÍMITES, impedir desde su texto que se discrimine por la orientación sexual, sexo o sexualidad, para contraer matrimonio.
Las personas nacemos con nuestra “genitalidad” definida (y no siempre, porque tenemos que tomar en cuenta casos de “hermafroditas”). Esto define nuestro sexo o género (términos acuñados cultural-social e históricamente, no naturalmente), pero no nuestra “sexualidad” u “orientación sexual”.
Y eso de que nacemos “heterosexuales” salvo “alguna desviación” no solo me suena a discriminación, ES UNA DISCRIMINACIÓN, INJUSTA, DOGMÁTICA, PREJUICIOSA E ILEGAL. Sí, ilegal, porque existen leyes que ponen límites a este tipo de conductas.
Una cosa es “elegir” y otra cosa es reconocerse y “asumirse” (frente a uno mismo y frente a los demás) como homo o hetero.
Yo desde chiquito, desde que tengo memoria, me atraían “sexualmente” las personas de mi mismo sexo (o genitalidad). Nunca me sentí atraído en ese sentido por una mujer. Y eso, aunque a Ud., le cueste entenderlo o creerlo, no lo elegí.
Ud, Carlos, ¿eligió se heterosexual? Lo más seguro que no. Y si me dice sí, eso podría implicar que, previamente a su elección, sintió atracción sexual tanto por hombres como por mujeres, y tal vez, por su propia historia, o porque como no es la máxima aspiración de la naturaleza y la continuidad de la especia, eligió ser heterosexual. Podría ser ese su caso, más no por ello se puede decir que son todos así.
Ahora, Ud., también pone a la homosexualidad (como “elección”), en el mismo nivel de consideración que la drogadicción, que matar y que despreciar, y eso TAMBIÈN ES UNA DISCRIMINACIÓN. Ahí si existe una indeterminación o confusión de límites.
La DROGADICCIÓN, para el que la sufre y padece como víctima, es una enfermedad.
MATAR, por lo que se infiere de su discurso, esta referido al delito, “matar a otra persona”, al crimen, uno de los peores, si no el peor.
Y DESPRECIAR, es equiparable a discriminar, descalificar, menospreciar.
Entonces, “elegir ser homosexual”, según Ud., ¿es igual o equivalente a DROGARSE, MATAR O DESPRECIAR? ¿Esa es su concepción?
Ni yo, ni nadie que conozca, propone tratar la homosexualidad en las escuelas y en la sociedad como una simple elección de vida. Porque NO ES UNA ELECCIÓN.
Lo que sí es una elección “de vida”, es si nos sentimos y nos creemos superiores, mejores, mayoritarios, naturales, normales o sanos por encima de otras personas (en este caso de las homosexuales), y que eso no justifica y da derecho a discriminar, a descalificar y menospreciar.
Y no me siento usado por nadie, y si “ser usados” valió para que se sancione esta ley, QUE ME USEN MIL VECES.
Si Ud., Carlos fue insultado por exponer sus puntos de vistas y pareceres, permítame solidarizarme y repudiar esas actitudes, como mínimo, intolerantes, de las cuales conozco “un tanto poco y montón”.
Lamento que no comparta mi felicidad. No la puedo dejar de lado, porque costó demasiada lucha, dolor y sacrificio (de homosexuales y heterosexuales), para alcanzar igualdad de derechos y posibilidades, y es justo sentirla y disfrutarla.
A mí si me gustaría compartir su felicidad de hacer ese mejor país que Ud., y muchos, anhelamos.
Un cordial y afectuoso saludo.
Dalilo Vica. (El Desviado)