El creciente número de casos de pederastia ha redoblado los esfuerzos de Roma por mantener alejado al Papa del escándalo.
El Vaticano está rompiendo su silencio sobre un tema considerado tabú durante mucho tiempo: la pederastia.
Además, tras las denuncias de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos en Alemania y otras partes del mundo, el papa Benedicto XVI se ha visto involucrado indirectamente en el escándalo.
«En los cuatro años que llevo informando desde el Vaticano, no he visto una crisis tan grave que afecte la credibilidad del líder de la organización internacional más grande del planeta: la Iglesia Católica Romana», comentó David Willey, corresponsal de la BBC en Roma.
En las últimas semanas, el pontífice ha tenido que lidiar con acusaciones muy serias, documentadas por el gobierno irlandés, sobre el comportamiento sistemático de líderes de la Iglesia que han ocultado casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos.
El papa ha estado muy ocupado escribiendo nuevas instrucciones a sacerdotes y fieles de la Irlanda católica sobre cómo prevenir y castigar estos casos.
No obstante, no ha sido la investigación de las autoridades irlandesas lo que ha sacudido a la cúpula de la iglesia, sino los escándalos de abuso sexual y maltrato a menores de la tierra natal de benedicto XVI, Alemania, incluyendo uno en el mismo pueblo donde enseñó en la universidad y donde su hermano dirigía un famoso coro de niños.
¿Informado o no?
Sus antecedentes como arzobispo de Munich a fines de la década de los años 70 y principios de los 80 están siendo escudriñados sin piedad por la prensa internacional.
¿Estaba o no estaba informado Joseph Ratzinger de los casos de abusos sexuales en su propia diócesis?
Si la respuesta es afirmativa, ¿por qué no actuó con disciplina y retiró a los implicados de sus cargos?, ¿por qué no informó a la policía?
Según Willey, en Alemania se ha admitido que los abusos por parte de sacerdotes se encubrieron, de la misma forma que sucedió en otros países donde salieron a la luz pública casos similares.
Sin embargo, el Vaticano ha dicho con insistencia que esta hipótesis, en lo que le concierne al Papa, es «falsa y difamatoria».
Lo que nos lleva a la otra posible respuesta a la pregunta: no. De ser así, parece legítimo preguntar si el arzobispo Ratzinger, cargo que tenía entonces, estaba cumpliendo con su trabajo.
«Como es de esperar, el departamento de relaciones públicas del Vaticano ha estado trabajando a destajo para desviar del pontífice toda crítica personal», dijo Willey.
Un prelado alemán cargó con la culpa de Munich. La versión del Vaticano es que Benedicto XVI no tuvo conocimiento de un preocupante y bien documentado caso que ha dominado los titulares durante varios días.
Un escándalo que, sumado a las múltiples denuncias de abusos sexuales en otras partes del mundo, ha hecho que católicos de muchos países hagan preguntas sobre un tema que tradicionalmente ha sido tabú en el Vaticano.
Monseñor Charles Scicluna, un afable sacerdote de Malta con autoridad en el Vaticano (ostenta el título de Promotor de la Justicia), ofreció una larga entrevista sobre cómo el centro de operaciones en Roma ha estado reaccionando al creciente número de casos de abusos de clérigos reportados al Papa durante la última década.
«Él dijo que su escritorio está abarrotado de acusaciones de delitos sexuales contra menores por parte de sacerdotes, sobre todo de Estados Unidos en 2003 y 2004», aseguró Scicluna.
El entonces cardenal Ratzinger era jefe del departamento responsable de disciplinar seriamente a clérigos denunciados en todo el mundo.
Ratzinger ha demostrado «sabiduría y coraje» manejando estos casos, aseguró monseñor Scicluna.
El religioso también ofreció estadísticas de las acciones que la iglesia ha tomado en el pasado. La Oficina Santa recibió 3.000 casos de sacerdotes católicos denunciados por sus obispos a Roma. Los expedientes incluían delitos sexuales.
El 10% de eso casos (o 300 curas) eran, según Scicluna, incidentes de pederastia. El resto, aclaró, tenían que ver con la violación del celibato tanto en actos homosexuales como heterosexuales.
Scicluna admitió que 300 era un número alto, pero agregó que «el fenómeno no está tan extendido como se ha hecho creer».
«Mal interpretado»
Hay quienes consideran que algunas de las excusas que ha ofrecido el Vaticano son cuanto menos «pobres».
Por ejemplo, el padre Frederico Lombardi, portavoz oficial de la Santa Sede, indicó que el problema de la pederastia no es exclusivo de las instituciones de la Iglesia Católica.
También negó que Ratzinger haya levantado en 2001 un «muro de silencio» cuando firmó un documento oficial del Vaticano en el que le pedía a obispos de todo el mundo que guardaran secreto sobre los detalles de los casos de mala conducta informados a Roma.
Según Scicluna, se ha malinterpretado el texto. «A la iglesia no le gusta hacer propaganda de la justicia, pero nunca ha prohibido denunciar los crímenes a las autoridades civiles».
Incluso en Italia están surgiendo acusaciones de pederastia: unas 80, de acuerdo con los fiscales.
En uno de los casos, el sacerdote se defendió basándose en que sinceramente creía que no era pecado tener relaciones sexuales.
«Toda la polémica sobre el sacerdocio y el sexo está siendo discutida de una forma que no se ha hecho antes», explicó Willey. «Por primera vez, importantes figuras católicas están empezando a hacer un llamado público para que se reexamine la norma del celibato pastoral».
Algunos se han retractado, claramente bajo instrucciones de Roma, pero la tendencia no tiene equívoco. «El punto de inflexión se ha producido este año debido a la incapacidad del Vaticano de contener la marea de escándalos», apuntó el corresponsal de la BBC.
– BBC Mundo.com – 10.03.10