Casi con un mensaje ecologista si se quiere, en donde los enamorados por Cupido descartan el automóvil, imponen un vehículo mágico de dos ruedas. El teatro Negro de Jiří Srnec vuelve a levantar el aplazo de los truchos de «Los sueños del doctor Frankestein», una imitación que se presentó en el Teatro Provincial de Salta.
Si oyen los nombres de Michael Kocourek y Pavel Toman, estos son los que se hacen pasar por el Teatro Negro de Praga (y lo supimos el año pasado), es una advertencia a los espectadores de buena fe que conocen este Teatro de parte de los verdaderos artistas de este arte. Andan pasando malos momentos los del Original Teatro Negro de Praga porque en Argentina, los truchex, se han apropiado del nombre. El problema es que los espectáculos no poseen la misma calidad artística. Los originales son de muy buenos a excelentes mientras que los otros, son mediocres. Por otro lado, apropiarse del nombre implica también apropiarse de la trayectoria del grupo de Jiří Srnec.
Anoche, en el Teatro del Huerto, se presentaron con la obra “La bicicleta voladora”. Se trata de un espectáculo muy bueno, trasvasado por un Arte Naif que no deja de ser sorprendente y técnicamente bien llevado. Se presenta una historia de amor entre el dueño de la bicicleta y una damisela de cabellos dorados (anteriores protagonistas del espectáculo que vimos durante el 2009), ambos muy dúctiles, cuyos padres se oponen al noviazgo e intentan casarla con un muchachito poseedor de un vehículo de cuatro ruedas.
Este espectáculo se divide en dos partes, con un intervalo de 15 minutos, en una historia ambientada en Praga, año 1890. Utilizan gran cantidad de objetos que permite la demostración mágica del efecto provocado por el teatro negro. Detalles como las lágrimas de Cupido que caen al piso o las vuelteretas de un simpático perrito, hacen a la construcción de una obra bellísima. Quizá por la misma ingenuidad de la historia y por la invención de un mundo color de rosa en donde al enamorado lo acompaña lo mágico, no alcanza el brillo de la excelencia total. El exquisito baile de los faroles verdes (que formaban parte de una escena de su anterior espectáculo, pero con cambios) produce ese encantamiento en el que es posible “animar” objetos que producen cierta ambientación sobre la nocturnidad. La cabeza flotando, es una novedosa demostración, como cuando la pierna del ciclista anda por un lado luego de una caída. En la segunda parte hubo una falla técnica del sonido que necesitó un corte y cierre de telón. El público perdonó el detalle por la calidad de las imágenes que había vivido hasta allí y aplaudió el regreso de los artistas al escenario (deben ser Michael Kocourek y Pavel Toman- pensé). Con normal desenvolvimiento continuó el espectáculo, en el que se agudizó la magia a través de los tórtolos nadando en el mar. Imaginen qué belleza.
Finalmente, tras artilugios del novio no deseado, el amor triunfa y vuelan por el cielo en una gran aventura con una bicicleta voladora alucinante.
Para ser un espectáculo de tan alto vuelo artístico, no convocó al público, quizás aturdidos por el monstruo verde que llenó el Teatro Provincial y del cual varios salieron quejándose.
– Notas relacionadas:
De Praga, el original teatro negro este jueves
http://www.salta21.com/De-Praga-el-original-teatro-negro,3650.html
– (Crítica a su espectáculo anterior)
Metáfora dramática y mímica con el Teatro Negro de Jiří Srnec
http://salta21.com/Metafora-dramatica-y-mimica-con-el.html
De Praga el Original Teatro Negro de Jiri Srnec llega a Salta
http://www.salta21.com/De-Praga-el-Original-Teatro-Negro.html
Los truchos
http://www.salta21.com/El-Teatro-Negro-de-Praga-busco.html