Marzo por tres en el MAC

El viernes 4 de marzo, a las 20, quedarán inauguradas tres muestras en el Museo de Arte Contemporáneo de Salta (Zuviría 90): Príncipe en el precipicio de Rosemarie Allers, Lo cotidiano de 12 artistas, muestra colectiva y Trayectoria de María Teresa López Jordán.

Príncipe en el precipicio, pinturas de Rosemarie Allers

Fermín Fèvre describe la obra de la artista: “Con vitalismo y tenacidad, Rosemarie Allers ha desarrollado una obra pictórica que tiene identidad y originalidad. Su lenguaje es la pintura que utiliza bajo una fuerte impronta gestual. Allí vuelca todo, con una gran intensidad, atrapada por la dinámica del gesto. Su expresionismo es vigoroso, vital. Hay en su accionar un efecto de catarsis. Allers deja en la pintura toda su vitalidad contenida. Todo está allí, en esos ritmos gestuales, en esa urgencia expresiva que pone en el color (…) La artista administra sus impulsos gestuales gracias a un sentido constructivo de la imagen muy incorporado a su creatividad. Sin desmedro de su espontaneidad elaborada, en cada obra una estructura compositiva sólida y comunicativa. Por todo eso, las pinturas de Rosemarie Allers se sustentan en el equilibrio que se sitúa entre la intuición y la racionalidad, haciendo de la expresión visual una creación imaginativa plena, cargada de intencionalidades y de ese juego de develamientos y ocultamientos propios del arte”.

Lo cotidiano de 12 artistas, muestra colectiva. Gestión independiente de Mercedes Ruiz de los Llanos y Esteban Drincovich

La muestra presenta doce poéticas individuales que pertenecen al mundo del arte y donde cada una se yergue desde sus propios cimientos para señalar lo cotidiano de una manera singular.

Lo cotidiano conlleva múltiples escenarios para su comprensión. En primer lugar, el entorno contemporáneo ineludible: la ciudad. No entendemos lo cotidiano y su sentido, sin mencionarla o, al menos, intentar describirla como foco esencial en el cual desarrolla su vida el individuo. Este individuo, que realiza múltiples recorridos diarios por diferentes escenarios citadinos, y que lo definen. En segundo lugar, en estos recorridos se suscitan encuentros con otros sujetos y con objetos y, el individuo queda sometido a estas situaciones. Dentro de estos escenarios, también se presentan ciertos modelos sociales construidos a partir de los medios masivos de comunicación, de la publicidad, de fragmentos.

De esta manera se van edificando historias de situaciones, de encuentros y desencuentros, de olvidos y de memorias.

Trayectoria, obras de María Teresa López Jordán. Curaduría de María Eugenia Pérez y Cecilia García Ruffini.

Teresa López Jordán busca el equilibrio, la armonía, la perfección en una pintura de esencias.

En su proceso el color va apareciendo en secuencias de superposiciones que intentan producir una vibración sutil en el ojo del que mira. Cada capa de color está meticulosamente elaborada y cada tono es la consecuencia de un trabajo de oficio en paleta, buscando el grado de intensidad ideal.

Los colores definitivos han sido tanteados uno a uno en lo que define Josef Albers como una búsqueda por contrastes simultáneos, donde se dominan las temperaturas de los colores entre sí al acercar sus valores en planos más o menos saturados que se modifican para eliminar los contrastes superfluos.

Esta dedicación al control del color la ha llevado a trabajar con una técnica de pincelada reducida, casi puntillista, donde cada pequeño toque contribuye a la propia definición de color.

En paralelo surgió como tema un universo de formas personales producto de infinitas decisiones, arrepentimientos y tiempo donde nada ha sido dejado al azar. Estas formas son sólidas y pertenecen a un mundo aparente sin puntos de fuga visibles ni límites, trasformadas conscientemente en partículas de color. Las figuras remiten a formas precolombinas o remotos juguetes de infancia o instrumentos musicales. Gozan de una cualidad ambigua. Son lugares extraños, personales, donde cabe pensar al paisaje surrealista.

En esta pintura dedicada, silenciosa, la autora se construye a sí misma en el momento que pinta y nos deja asomarnos por una única vez a su intenso mundo privado.

Las muestras se podrán visitar en los siguientes horarios de atención: martes a sábados, de 9 a 20 y domingos, de 16 a 20. Lunes, cerrado.