Desde el lunes pasado más de 300 familias deben esperar 2 horas por un colectivo que les permita llegar a sus casas debido a un cambio en la frecuencia del recorrido de las unidades que ingresan al barrio Universidad Católica.
Ante el reclamo formal de los vecinos, la AMT envió al barrio inspectores que constataron las deficiencias en el nuevo servicio impuesto por SAETA. Por ello, el lunes a la tarde ordenó –mediante la Orden Regulatoria 05/11- restablecer de manera inmediata el servicio público de transporte de pasajeros tal como lo venía haciendo hasta el viernes pasado (Corredor 5 D). SAETA apeló la medida, por lo que ahora el Ente Regulador de Servicios Públicos deberá resolver qué sucede.
Mientras tanto, los habitantes de la barriada ubicada en la zona norte de la ciudad continúan esperando 2 horas para tomar un colectivo que les permita llegar a sus trabajos, escuelas, hospitales u otras zonas.
De acuerdo a lo informado desde SAETA a los distintos vecinos que se comunicaron con ésa sociedad, la medida fue adoptada debido a “la baja afluencia de pasajeros con la que contaba el Corredor 5 “D” y ofrecieron reducir las frecuencias en los “horarios pico” por lo que solicitaron a representantes del Centro Vecinal que establecieran un horario “ya que ellos no contaban con un estudio de horarios del servicio”.
Ante la falta de una solución, el presidente de SAETA se comprometió a reunirse el martes a la noche con los vecinos a fin de encontrar una salida, pero Sángari no concurrió a la cita.
Así las cosas, y hasta tanto SAETA no decida obedecer a la Autoridad Metropolitana del Transporte, las más de 300 familias del barrio Universidad Católica continuarán siendo rehenes de un servicio que debiera ser público, regular, no discriminativo e igualitario para todos los salteños.
El servicio 5 D
El servicio público de pasajeros para los habitantes del barrio Universidad Católica hasta el viernes pasado era prestado por el Corredor 5 D. El servicio iniciaba a las 6 de la mañana y finalizaba a las 22:45.
Dado que el barrio cuenta con un solo ingreso –se trata de una servidumbre de paso de más de un kilómetro y medio- el colectivo cumplía la función de acercar a las personas desde el barrio hasta la planta de Chachapollas y luego regresaba al barrio.
Gracias a un acuerdo con la Empresa ALE, los pasajeros del 5 D realizaban trasbordo a los corredores 5 A y 5 B sin tener que pagar otro boleto. Así, los habitantes de la zona norte podían llegar a la UNSA, al centro de la ciudad o al barrio Santa Ana abonando un solo boleto.
La frecuencia de este servicio era de 21 minutos: 7 minutos desde el barrio a Chachapollas, otros 7 minutos desde Chachapollas hasta el barrio y 7 minutos de descanso, siempre que no surgiera ningún imprevisto que alterara la frecuencia a 25/30 minutos.
Todo el recorrido es de 5.4 kilómetros, una distancia mínima y una frecuencia por debajo de la media para un servicio público de pasajeros que es un derecho de los ciudadanos. En efecto, la Constitución Nacional y Provincial consagran, en sus arts 42 y 31 respectivamente, el derecho de los consumidores y usuarios a la protección de su salud, seguridad y a condiciones de trato equitativo y digno, debiendo las autoridades prever la protección de esos derechos y a la calidad y eficiencia de los servicios públicos.