LONCOPUÉ (AZ), 21-02-12- La Asociación de Vecinos Autoconvocados de Loncopué (AVAL) salió a cuestionar con fuerza a los legisladores neuquinos que apoyan la megaminería en sintonía con la postura del gobierno nacional. La organización fue uno de los pilares de la resistencia que impidió la puesta en marcha de la mina de cobre en el vecino paraje de Campana Mahuida.
«Ayer el diputado provincial (Rodolfo) Canini -MUN- impulsaba una ley de prohibición de la megaminería y se sacaba fotos con los vecinos de Loncopué. Ahora, cercano al ‘Kristinismo’, reclama que en los acuerdos con las compañías mineras participe la Nación y además pega otro golpe de timón en sus discursos de ayer para terminar adhiriendo a la teoría que en el pasado le cuestionaba al ex diputado provincial Goncalves: los utópicos «controles» por parte del Estado cómplice de las mineras», sostuvo el abogado y vocero de AVAL, Cristian Hendrickse.
«El diputado provincial (Pablo) Todero, del justicialismo, cuestiona individualmente la minería a cielo abierto, sin embargo el FPV provincial, como sus organizaciones locales, no se han animado a hacer institucionalmente ninguna declaración partidaria que contraríe la política nacional del Kristinismo en el tema minero, ni mucho menos existió manifestación por la cruenta represión a ambientalistas en el norte, lo que fuera objeto de repudio hasta por organizaciones tan conservadoras como el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, pero que para el FpV pareciera que ‘no veo, no oigo, no escucho'», añadió el vocero a través de un comunicado de prensa.
«Cuando el FpV y demás instituciones partidarias extreman sus esfuerzos de cooptación de nuestras asambleas de vecinos autoconvocados, se hace más imperioso conservar la identidad social y apartidaria de las asambleas. Discursos como diálogo, responsabilidad, controles, no se condicen con la dura represión y judicialización que sufren los ambientalistas a lo largo de esta Nación bajo la ley antiterrorista y el «Proyecto X», continuó Hendrickse.
Finalmente recomendó a los políticos que «no vengan a sacarse fotos con nosotros ni a hacerse amigos nuestros. Hagan las leyes que exigen los pueblos para que se respete su estilo de vida y renuncien ya a ser simple operadores funcionales de los concentradores de capital».