Como todos los años, el 1º de agosto es un día especial en La Caldera. Hombres, mujeres, jóvenes y niños rememoran la ancestral ceremonia de homenaje a la Madre Tierra, Pachamama.
Por eso, el viernes pasado, representantes de todas las intituciones sociales del pueblo se reunieron en el predio de los artesanos para agradecer los abundantes beneficios obtenidos y pedir por nuevas bendiciones. Este acto cultural tan enraizado en los pobladores de la zona fue dirigido por el conocido bagualero Severo Báez junto a los bagualeros del norte argentino.
Por otra parte, en el municipio, desde las 7 de la mañana se ofreció a todos los empleados y vecinos presentes el tradicional té de ruda: Las calles del pueblo tenían un color diferente en esa madrugada producto de los sahumerios encendiddos en todas las casas cuya idea principal es ahuyentar a los malos espiritus y «limpiar» los hogares para que sólo reine en ellos la arminía.
Al respecto, el intendente Mendaña, uno de los impulsores de esta celebración,indico que «para nosotros la Pachamama representa no solo una costumbre sino una verdadera bendidicón y por eso tenemos que agradecerle y cuidarla. Queremos que, además, este tipo de acto sea recordado y preservado en el tiempo por las generaciones venideras; por ello me siento muy contento con la presencia de los estudiantes que de a poco van entendiendo la mística de este homenaje».
Cebe recordar que la ceremonia consiste en abrir un mojón, en el mismo sitio del año anterior, para ofrendar a la madre tierra, las mejores comidas criollas, vino, chicha, charqui, cigarrillos y hojas de coca. Cada participante rindió su ofrenda repitiendo las clásicas palabras quechas «Pachamama, cusiya, cusiya» que significa Madre Tierra, ayúdame.
