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lunes, noviembre 25, 2024

Crónica del malestar por las rutas de regreso a Salta

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Reflexión sobre lo sucedido el martes 8 de marzo de 2011 (quizás los homenajes radiales de ese día dieron el tono “sufrido” a la jornada) cuando regresábamos de Córdoba a Salta.

Anoticiados por los medios del corte de la ruta entre Metán y Rosario de la Frontera salimos tempranísimo para actuar según las informaciones que, con ingenuidad, creímos nos proveerían los puestos camineros de la ruta 9. Ante la ausencia de ellas nos comunicamos con familiares y amigos para ver qué decisión tomábamos; hasta las 12 del mediodía, cuando estábamos en la provincia de Santiago del Estero, todo parecía indicar que pasaríamos, en cuentagotas, de un lado a otro del camino. Por eso seguimos hasta llegar al puesto de control de Cabeza de Buey donde nos desalentaron y sugirieron que regresáramos a Tucumán a pernoctar porque “ni siquiera hay alojamiento en R de la F”. Sin respetar la sugerencia, seguimos hasta avistar la larga cola de gente que hacía horas esperaba la apertura de la valla. (Consideración aparte merece la mala onda de la gente, la escasa receptividad a las preguntas, ¿quizás por el calor y los carteles de propaganda política a Olmedo?)

Los policías que custodiaban la valla aludida informaban que al día siguiente, miércoles 9 de marzo, abrirían el paso. A la pregunta de si era posible que lo hicieran ese mismo día, la respuesta fue “puede ser a la noche, pero no es seguro”. Tomamos, entonces, la decisión de llegar a Salta por la ruta 34 (atravesar Santiago del Estero por otra ruta, enterarnos de los estragos de la pobreza y de la soja, sortear los pozos y la ausencia de señalización alguna) para arribar a la localidad de Joaquín V. González y de allí a Metán. Sabíamos que el camino era luengo pero la improbable apertura del paso por la ruta 9 nos daba esperanzas de dormir esa misma noche en nuestra camita. Ya casi llegando a Metán (3 de la madrugada) nos enteramos de que habían abierto el paso a las 20 horas.

Corolario: no existe una política de información en nuestro noroeste ni organizaciones civiles y policiales al servicio del ciudadano para brindarle solución a sus inquietudes. ¿Por qué no hubo información precisa acerca de la hora de apertura del paso? Sí existió, por parte de los que controlan las rutas y la gente que por ella circula, una suerte de tremendismo: “ya no hay qué comer en Rosario de la Frontera”, suponemos que para alentar el regreso a Tucumán y la descongestión de la ruta. Pero información sobre qué tarea realizaban en ese momento y, minuto a minuto, precisiones sobre la hora del paso (a pesar de ver muchos niños y mujeres en la larga fila de autos y camionetas varada en el camino), certezas sobre el estado de la ruta alternativa (Tintina, Monte Quemado, Taco Pozo, Tolloche, Joaquín V González, Metán) NO HUBO.

Debemos trabajar para recrear lazos de solidaridad que fluyan en ocasiones como estas, en las que necesitamos del otro para vivir.

PD: ninguna radio de la zona daba cuenta de qué estaba pasando en la ruta ni el estado del trabajo de los operarios. ¡Amén de los programas horripilantes!

Susana A. C. Rodríguez

– Foto de La Gaceta: (derrumbe del terraplén norte) puente sobre el río Las Cañas, 10 kilómetros al norte de Rosario de la Frontera.

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