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miércoles, diciembre 11, 2024

Educación, fantasma del pasado

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– La más grave traición política de la señora Cristina Fernández, no la constituyen su convicción anti-democrática y la codicia por la suma del poder, sino no haber dicho, hecho, propuesto nada para solucionar la constante destrucción de la educación argentina.

– «What’s the difference between a bright, inquisitive five-years-old, and a dull, stupid nineteen-year-old? Fourteen years of the British educational system». (Bertrand Russell).

– «Los pobres no pueden darse el lujo de ser ignorantes». (Antonio Gramsci).

En pocos días, harán 51 años de la muerte de Bertrand Russell, uno de los pensadores (y matemáticos) más influyentes – e interesantes – del sXX. Su mejor perfil era el no pertenecer a ninguna casta, partido, ideología, magia religiosa, salvo su permanente búsqueda de la razón.
Premio Nobél de Literatura en 1950, por la profundidad de sus textos y su humanismo, Russell fue un liberal en el sentido más originario de la palabra. Su otra gran virtud, fue la convicción de que solo la educación salva a la humanidad; coincidiendo así con alguien en las antípodas geográficas pero de perfecta sintonía con respecto al valor de la educación, Domingo Faustino Sarmiento.
Insatisfecho con la educación de corte vertical y autoritario vigente en su época, con su esposa Dora decidieron abrir su propia escuela: Beacon Hill (Colina del Faro), en la que educar a sus dos hijos. Un centro con carácter experimental, con pocos alumnos, internos y externos, en plena naturaleza. Una experiencia que Russell dirigió desde 1927 hasta 1934, continuada de ahí en más por su esposa.
La propuesta de Russell se resume en diez ideas básicas.
1) Oposición decidida a los métodos de enseñanza que no se fundaran en el desarrollo de la inteligencia, la libertad e independencia de criterio del futuro ciudadano. O sea, lo opuesto al sistema educativo de ese tiempo, en manos del estado y de la religión: futuros ciudadanos sometidos al adoctrinamiento y la propaganda. El estado por fomentar un falso nacionalismo, belicista y con escaso espacio para el derecho a pensar individualmente; la Iglesia, por perpetuar la obediencia al dogma y la superstición. “El nacionalismo y el cristianismo se imponen así en las mentes de los ciudadanos desde su más tierna infancia, cuando aún no tienen la oportunidad de pensar por su cuenta. El ‘rebaño’ tiende así al conformismo”. (Años después, por sus posición pacifista y ante la perspectiva de la IIGM, fue expulsado del Trinity College de la Universidad de Cambridge).
2) Educación sin exclusiones y enseñanza de la democracia. “Es deseable como experimento que los padres tengan la oportunidad de ensayar nuevos métodos. Pero estos métodos debieran ensayarse con el fin de que llegaran a universalizarse en caso de éxito, en vez de relegarse al beneficio de unos pocos”. Por eso ponía como ejemplo las escuelas infantiles en los barrios más pobres impulsados por Maria Montessori, de la cual fue un fiel estudioso y admirador.
3) Russell dedicó muchas páginas al concepto de utilidad, sobre sus diversas acepciones, tanto en los procesos como en los resultados, contraponiéndolo a la educación como “ornamento”. La belleza vinculada a la ética a través del conocimiento. Para que se entendiera, citaba a Shakespeare: “La comprensión de Hamlet puede no ser de gran utilidad práctica, pero da al hombre un dominio mental imprescindible, que lo convierte en mejor ejemplar humano. Y este último conocimiento es el que prefiere quien arguye que la utilidad no es el único fin de la educación”. o sea, como sostiene otro pensador, actual, Nuccio Ordine, en su reciente libro «La utilidad de lo inútil».
4) La ambición de conocer fundada en la curiosidad, sumada a la más amplia libertad. “El espíritu científico exige, en primer término, el deseo de encontrar la verdad; cuanto más ardiente sea este deseo, mejor, ya que supone cualidades intelectuales” como la observación sin dogmas, el rigor en el método, la disciplina investigativa, la paciencia y la concentración. Y sin que esta aventura intelectual abrume al alumno, sino que lo estimule y provoque. “Hagamos que la relación del conocimiento con la vida real sea palpable para los alumnos, y hagámosles comprender cómo puede transformarse el mundo por medio del conocimiento”.
5) Independencia y cooperación. Russel sostenía la más amplia independencia asociada a la cooperación, sacando provecho de la sociabilidad humana. Ni aislamiento intelectual ni homogeneidad de la masa, que no conducen a ninguna parte. “Donde haya competencia debe haber independencia. Pero el hombre no debe ser un erizo rodeado de púas para mantenerse siempre a distancia. La mayor parte de nuestras actividades ordinarias debieran ser cooperativas y la cooperación debe tener una base instintiva. Sin embargo, todos debiéramos capacitarnos para pensar por nosotros mismos en nuestra especialidad”.
6) Fundamental, entender que la disciplina debe ser un hábito y no una obligación. Hábitos mentales que fomenten el deseo de saber. Una vez más se inspira en Maria Montessori y su pedagogía científica. “Cuando envié a un hijo mío de tres años a una escuela Montessori, pude notar que inmediatamente se hizo más disciplinado, y que aceptaba de buen grado las reglas de la escuela. Pero no experimentaba sentimiento alguno de obligación externa: las reglas eran como las de un juego y eran obedecidas como un placer. Antiguamente se creía que a los niños no les interesaba aprender, y que sólo se decidían a estudiar atemorizándoles. Hoy se ha averiguado que la culpa no era de los niños, sino de los pedagogos”.
7) Quien terminaría siendo premiado con el Nobél de literatura, tenía en claro que «…a nada conduce, al enseñar literatura, que los niños aprendan fechas, nombres, obras, etc. Todo eso ya se puede encontrar en cualquier manual». Pero si era partidario de la memorización para asumir y familiarizar al educando con pasajes de la gran literatura, para entenderlos y gozar de su significado. Teniendo en cuenta que los ejercicios de memorización contribuyen al desarrollo del pensamiento. Obviamente, cada escuela contando con una buena biblioteca.
8) Historia y geografía. La historia debe conocerse en todos sus aspectos y contradicciones. Apreciar la realidad sin esconder sus tragedias. “Yo he conocido a algunos pacifistas que querían que la historia se enseñase sin mencionar las guerras y creían que los niños debían vivir, durante el mayor tiempo posible, ignorando la crueldad del mundo. Pero no puedo elogiar ‘la virtud fugitiva y enclaustrada’, producto de la ausencia de conocimiento”. La geografía, es la fascinación siempre útil por los viajes y el conocimiento de otras culturas.
9) La conquista de la felicidad. …Título de uno de sus libros más emblemáticos, fue un principio que aplicó en su escuela y teorizó en sus escritos. La búsqueda de la felicidad como oposición y remedio de las principales causas de la infelicidad: mala salud, pobreza, vida sexual insatisfactoria, a través de la universalización de todos los derechos democráticos para superar prejuicios, la represión sexual, la falsa moral. Russell, que conocía a fondo la obra de Freud y, aun sin coincidir del todo con el experimentador austríaco, le fue útil para enseñar a superar los abismos emocionales provocados por la ignorancia sobre la propia y general sexualidad. En cuanto a la «posesión», decía que saber “…carecer de alguna de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad”.
10) Ningún adoctrinamiento. Debate libre para ejercitar a la mente en el uso de la propia libertad. «Lo que se necesita no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar, que es exactamente lo contrario”. La búsqueda de la verdad, el debate libre, la apreciación de las diferencias y contradicciones, como instrumentos para conocerse a sí mismos y las eventuales diferencias con los demás. «El maestro no puede tomar partido, aun cuando sus convicciones fueran muy enérgicas. Cuando la mayor parte de los alumnos se pronuncian en un sentido, el maestro debe saber contradecirles, tan sólo para avivar la discusión. De otro modo, su actuación se reduciría a corregir equivocaciones en cuanto a los hechos. Así los alumnos verían en la discusión un medio de averiguar la verdad y no una contienda para obtener una victoria retórica”.

Fin. Volver a leer la definición y citas puestas al principio.

Bertrand Russell en su escuela de Beacon Hill, rodeado de sus alegres «colegas».

– Luciano Tanto

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