Nuevamente, como en el pasado colonial, Salta, Jujuy y Tucumán serían los conejillos de Indias, y objetos de unitarias decisiones gubernamentales desde Buenos Aires en materia de suministro eléctrico al Noroeste.
En efecto, la Secretaría de Energía de la Nación, dependiente del superministro DE VIDO, hombre K de la primera hora, planifican desconectar al Norte Argentino del S.I.N. (Sistema Interconectado Nacional) y dejar que CHILE provea el abastecimiento energético, con todas las implicancias e incertidumbres que ello conlleva, siempre en detrimento exclusivo de los usuarios y consumidores: aumento sorpresivo de tarifas, cortes súbitos de energía, grandes y pequeños apagones, etc. etc.
Figuerense, un apagón o corte de suministro en Chile, equivaldría a otro similar en el norte argentino. ¿Y a quiénes se podría reclamar, por parte del usuario norteño, una acción de resarcimiento patrimonial? ¿A Chile, a De Vido, o al Gobierno Provincial por su impericia o imprevisión?
Son preguntas sin respuestas aún. Lo cierto y lo que no cuentan los grandes medios respecto del SIN que representa una estructura de poder sin rostro humano y con aval oficial y que deciden por millones de argentinos, pretendiendo a esta altura de los tiempos, simular y ocultar sus fallas y yerros, concretizadas a través de desinversión financiera crónica, males y vicios de organización desde sus inicios, todo en un contexto de un mercado eléctrico desregulado y regalado a precio vil en la década noventista, por la rata de La Rioja y su nefasta corte de adulones y traidores a la patria.
Esto que se está gestando hoy, tendría una explicación semántica: es tiempo electoral y el gobierno nacional prevé un eventual debacle del sistema eléctrico argentino, razón por la cual prefiere tener a oscuras a tres millones de usuarios del norte que a veinte millones y calentitos consumidores del Gran Buenos Aires y Provincias cercanas.
De consentir eso, no habría posibilidad alguna de reelección para el oficialismo el Octubre del corriente año. Con unos o varios apagones repetidos les representaría millones de votos anti K, los cuales quine sabe a dónde irían a parar?. A los gerontes y grandes promotores del terrible afano financiero económico conocido como la crisis del 2001.
Pero yendo a la cuestión técnica, en el año 2000 por Resolución Nº 174 de la Secretaria de Energía de la Nación, bajo el sórdido neoliberal imperante, es creado el SIN, iniciándose así la privatización de empresas del Estado vinculado al Sistema Eléctrico Argentino.
Ese mercado mayorista se lo entregan a empresas privadas, la cual se agrupa a una compañía administradora del mercado mayorista eléctrico S.A, llamado CAMMESA, la cual quedó integrada por cuatro asociaciones privadas y la propia Secretaria de Energía de la Nación, o lo que es lo mismo: PONER A LOS ZORROS A CUIDAR EL GALLINERO Y LA COMIDA SOMOS NOSOTROS: LOS USUARIOS Y CONSUMIDORES ARGENTINOS.
Los grandes apagones en Caracas, California y en otras regiones de gran densidad problacional y elevado status social, siempre causan grandes convulsiones y cambios de humor en las sociedades a nivel global, las que tienen por consecuencia cambios de Gabinetes o de gobierno.
Es lo más parecido a las catástrofes o desastres naturales.
¿SALTA VOLVERÁ A LAS PENUMBRAS COMO HACE MEDIO SIGLO ATRÁS…? O tendrá que resurgir uno o varios émulos de Güemes y sus montoneras. ¿O quizás la reencarnación de Felipe Varela y sus Gauchos mal entrazados y con sed, dispuestos a invadir Buenos Aires y otras provincias argentinas con energía eléctrica, por aquel dicho popular que dice “SI LA LUZ SE CORTA…SE CORTA EL AGUA”. Y ALLI SÍ, FUNDAR LA REPÚBLICA DEL NOROESTE ARGENTINO COMO EN TIEMPOS PRECONSTITUCIONALES…¿HABRÁ LLEGADO LA HORA?
– El autor es Periodista – Columnista Político
Setiembre de 2011: ¿Salta no recibirá más energía del S.I.N. y quedaría el Norte a oscuras?
Cada vez es menos de locos pensar en la posibilidad de una separación política, entre una o más provincias del noroeste, de Buenos Aires. O mejor dicho, de todo lo que abarca el «Distrito Electoral Buenos Aires». Desde siempre existió, y cada vez más, el centralismo agobiante del puerto. Desde 1810. Desde el fraude que resultó ser la Revolución de Mayo para el llamado ‘interior’ del país. Los que más pagaron el pato fueron los altoperuanos. El mito de la ‘Patria Argentina’ es el invento más sagaz del puerto y de su política hegemónica, desde Bernardino Rivadavia hasta Cristina Kirchner. Quizás el principal artífice de la consolidación para siempre de esa hegemonía fue el ni más ni menos «defensor de la nacionalidad» don Juan Manuel de Rosas. Todo un mito. Todo un ‘blef’. Nuestra verdadera patria no es la misma patria que la del Distrito Electoral Buenos Aires. No seamos ciegos. No sé si la secesión es el mejor remedio. Pero no creo descabellado estudiarla mejor.