Nadie se iguala al mejor jugador del Mundial, al Rey, al mejor del mundo. Pero no solo es un gran futbolista, es un enorme ser humano cuya humildad es tan grande como su talento. Argentina llegaba a Qatar invicta, con 36 partidos ganados; y de arranque, perdió 2-1 contra Arabia Saudita. Fue el inicio de un camino de gloria. La anécdota fue presagio de una memoriosa final.
Atrajo a los muchachos a la gloria. Un Messi que disfrutó de cada partido, que reconoció a un Julián Álvarez que nacía entre los eternos, que esperó su momento, que no intentó brillar por cuenta propia, que trabajó en equipo, que respetó al técnico, que sacó de la galera los pases y los goles y que nos hizo una promesa mundial:
«No los vamos a dejar tirados».
Y lo cumplió.
Nos trajo la victoria, la Copa del Mundo. La Tercera. La alegría es Mundial.
Una final que fue para el infarto. Quién no perdió la garganta gritando, quién no lloró frente a la pantalla, quién no gritó goooooool hasta morir, quién no soñó…
Sueño cumplido y final perfecto.
Glorioso momento.
No iba a ser tan sencillo ganarle a una Francia que venía por el título, con un 10 que arremetía cuando podía, que fue el anotador de esta Copa por diferencia de un gol con nuestra estrella del fútbol mundial, argentino, el Capitán, el que le devolvió la ilusión al país, el que conquistó Qatar. No iba a ser tan sencillo y no lo fue, había que escribir la historia de la mejor manera, con dolor, con alegría, con la sensación de haber agotado las últimas fuerzas.
Técnicamente, sorprendió Scaloni con los cambios que hizo, con el equipo que armó. Esta selección se fue construyendo y dio batalla a cada equipo con tácticas y combinaciones impensadas. El 10 halló su territorio y fue de todos, el equipo jugó para la gente, como dijo el técnico. En la Selección hubo trabajo y constancia, pero sobre todo, fortaleza. Se bancaron todas las críticas, una por una. ¿Qué van a decir ahora? Todo comenzó con la Copa América hasta que al vencer a Brasil en 2021, las malas lenguas debieron guardarse. Renacieron al inicio de esta carrera hacia la gloria y esta noche, se sellan para siempre. Es la primera vez que el mismo conjunto gana la Copa del Mundo luego de obtener la Copa América. Histórico. Se cortó la racha luego de que Argentina con Messi perdiera una final, un jugador que se volvió a levantar una y otra vez para concretar su sueño de besar la Copa del Mundo, ejemplo de constancia y convicción, de perseverancia y de entrega a la albiceleste, que no siempre fue muy agradecida. Por eso insisto con la pregunta: ¿qué van a decir ahora? Que el debate se cierra, que el GOAT es argentino y se llama Lionel Andrés Messi Cuccitini.
Gracias Messi, gracias a todo el plantel. Gracias por esta alegría que hace doler el corazón.
Mis hijos, mi familia, esta cronista, siente en el pecho la camiseta y admiran profundamente al 10, al Capitán de Capitanes, a Lionel Messi, al consagrado, al one. Al que dejó en claro que el fútbol no solo es capacidad, es corazón, ese que late más fuerte que nunca…
Contra lo imposible.
Por un sueño ganado.
Los convocados de Scaloni
Arqueros:
Emiliano Martínez
Gerónimo Rulli
Franco Armani
Defensores:
Nahuel Molina
Gonzalo Montiel
Cristian Romero
Germán Pezzella
Nicolás Otamendi
Lisandro Martínez
Marcos Acuña
Nicolás Tagliafico
Juan Foyth
Mediocampistas:
Rodrigo De Paul
Leandro Paredes
Alexis Mac Allister
Guido Rodríguez
Alejandro Gómez
Enzo Fernández
Exequiel Palacios
Delanteros:
Ángel Di María
Lautaro Martínez
Julián Álvarez
Nicolás González
Joaquín Correa
Paulo Dybala
Lionel Messi
Messi festejó con la Copa
Messi abraza la Copa con 35 años de edad, tras haber transcurrido 36 años de la última vez que Argentina ganaba el Mundial, allá por 1986.
Muy hermoso