La norma, impulsada por el Frente Amplio, obtuvo 20 votos a favor sobre 31 senadores presentes y ya contaba con media sanción de Diputados desde agosto. Con esta decisión, Uruguay se suma a naciones como Canadá, Holanda, Nueva Zelanda y España.
La ley permitirá que un paciente mayor de edad, residente y psíquicamente apto pueda solicitar asistencia médica para morir en caso de padecer una enfermedad incurable o sufrimientos insoportables. El procedimiento requiere varias instancias médicas, la aprobación de dos profesionales y la posibilidad de arrepentimiento en cualquier etapa.
Podrán ofrecer el procedimiento la Administración de los Servicios de Salud del Estado, mutualistas y hospitales públicos, pero no las clínicas privadas. A efectos legales, la eutanasia será considerada una muerte natural.
Según una encuesta de la consultora Cifra, el 62% de los uruguayos apoya la legalización. El Colegio Médico participó en la redacción para garantizar seguridad tanto a pacientes como a profesionales, mientras que la Iglesia Católica expresó “tristeza” ante la aprobación.