Dialogar con Selva no tiene precio. Abierta, espontánea, criteriosa. Salta 21 la entrevistó telefónicamente antes de su presentación en Salta esta noche a las 22 hs. en el Teatro del Huerto con la obra “El precio”, dirigida por Helena Tritek.
La actriz comparte escenario con Arturo Puig, su esposo, con Pepe Novoa y Antonio Grimau, elenco que protagoniza la obra de Arthur Miller, hecho artístico que goza de muy buenas críticas desde su estreno en Buenos Aires.
Selva Alemán y las mujeres entre fuegos y sombras
¿Qué es lo que más te hace feliz de trabajar en teatro?
– La comunicación con el público en directo, hacer una historia que empieza y termina en el momento, que se hace sólo para ese presente… Es un hecho vivo y eso me parece muy atractivo.
Estás al lado de Pepe, de Arturo, de Antonio… ¿Sentís que se ha formado un equipo o que cada uno buscó su lugar en la obra?
– Vamos todos para el mismo lado. Todos hemos tenido el mismo objetivo y hemos trabajado juntos para la obra, para lograr lo que Miller propone.
En la dirección, ¿hay marcaciones? ¿Te dejás dirigir?
– Sí. Yo siempre pongo en el personaje todo lo que se me ocurre, lo comparto con mis compañeros y por supuesto con la directora. Apruebo las marcaciones y las acepto. Es muy importante que quien nos dirija nos escuche y que nos diga qué es lo mejor de cada uno para que eso le sirva a su interpretación. Y es fundamental que cada uno ponga su creatividad a la hora de componer un personaje. A medida que vamos ensayando, vamos estudiándolo más y hacemos nuevos descubrimientos. Eso te permite que el espectáculo esté muy vivo…
¿Cómo es ser la sombra de un hombre, en el caso de Esther, tu personaje en El precio?
– Para mí es muy incitante hacer este personaje porque vengo de hacer a dos mujeres muy fuertes, una es Martha en teatro con la obra “¿Quién teme a Virginia Woolf?” y otra es Gracia en televisión con “Malparida”, dos personalidades muy presentes, muy fuertes. Esther en “El precio” ha postergado su vida por el marido, dejó atrás sueños e ilusiones. Ella y Víctor son personas muy opacas en el mundo pudiendo haber sido brillantes. Esta sombra se rebela, pero no se rebela estertóreamente, sino que sucede…pasa… Ocurren tres hechos en la historia y se planta desde ahí, desde su lugar, no como lo hubiese hecho Martha o Gracia, sino desde Esther, se planta como ella.
¿Extrañás por momentos ser villana?
– No, en realidad no. Estamos acostumbrados a mudar de personajes, los creamos, los encarnamos, los hacemos y los abandonamos… La villana queda en la mente de los espectadores… La gente es la que imagina esos personajes.
Estás por ahora con El precio, ¿hay nuevos proyectos?
– Sí, hay proyectos dando vueltas. Estoy disponible para lo que viene.