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domingo, noviembre 24, 2024

Hacia un kirchnerismo destituyente: la conquista del poder

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“Para un peronista, no hay nada mejor que otro peronista” (J.D.P). ¿Será cierto?

Cristina, Moyano, Scioli, Mariotto son los protagonistas de la agenda mediática diaria. Como si la historia se repitiera, una vez más el enfrentamiento intrapartidario del peronismo tiende a proyectarse sobre el entramado social y político del país, dirimiendo en arenas extrapartidarias sus pujas internas. Crónica de enfrentamientos anunciados por la conquista del poder.

Primero fue la FUA, cuando el jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina avaló la creación de una Federación Universitaria paralela. La iniciativa fue de la agrupación La Cámpora, quien sólo posee la conducción de 10 centros de estudiantes a lo largo del país. Sumado a esto, Daniel Scioli le dio su apoyo a la línea más tradicional de la JUP, denominada “La Felipe Vallese” que integró el frente que quedó segundo. Por lo tanto, sabiéndose derrotados, no asistieron a la votación.

En este marco, organizaron un acto en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA al que acudieron sus máximos referentes como Andrés “El Cuervo” Larroque y Mariano Recalde– en el que presentaron un documento fundacional de una FUA paralela que no reconoce a la conducción de Franja Morada. Recordemos que el brazo universitario del partido radical, gano la votación con 290 cartones.

En este contexto, la respuesta no se hizo esperar y Emilio Cornaglia, nuevo presidente de la FUA declaró que “ningún Ministro ni Secretario del Gobierno puede pretender injerencia alguna sobre un gremio compuesto única y excluyentemente por estudiantes. La prepotencia de algunos pocos no podrá deslegitimar el movimiento estudiantil de la Argentina. FUA hay una sola, y es la de todos los estudiantes”. ¿Cómo puede un gobierno que se dice “nacional y popular” arremeter contra la elección democrática de miles de estudiantes universitarios de todo el país?

Esta fue una de las primeras señales de un kirchnerismo que ya no puede esconder las contradicciones y tensiones que acoge.

Pero, luego seria el turno de Daniel Scioli…

Semanas atrás, Cristina Fernández afirmaba “se acaba de consumar un golpe de Estado, fue un intento consumado porque hemos tenido otros intentos como el que sufrieron Evo Morales, Rafael Correa y, por supuesto, Manuel Zelaya, en Honduras” en relación a la destitución del presidente Lugo en Paraguay. Asimismo agregó, “esto es un ataque definitivo a las instituciones».

Héctor Tiberman, luego del acto en la Plaza de Mayo convocado por el líder de la CGT, declaró «hay intereses que quieren voltear a Cristina Fernández de Kirchner. Son los grupos económicos que se ven afectados por el modelo nacional y popular».

La pregunta sería: ¿y por casa como andamos? ¿Cómo pueden interpretarse las directas, que dejaron de ser indirectas, que lanza la mandataria contra el gobernador bonaerense? Si fuera como parece el gobierno k se ha convertido en destituyente. Los dichos del intendente de Lanus, Dario Díaz Pérez, no hacen más que confirmar lo que la presidenta y su gabinete vienen construyendo discursivamente cada vez que alzan la voz en público: quieren que Scioli abandone la gobernación de la provincia de Buenos Aires. ¿Por qué? La hipótesis más fuerte sostiene que este malestar presidencial se debe a los dichos públicos del gobernador semanas atrás, cuando manifestó sus pretensiones de ser presidente de los argentinos en el 2015.

Estas expresiones no habrían caído bien en el seno del kirchnerismo, que ve en Scioli el potencial sucesor en el liderazgo del peronismo. ¿ Esto no puede ser interpretado como un ataque a las instituciones similar a lo que sucedió en Paraguay?. Scioli fue elegido por el voto popular, apoyado por la mandataria que ahora frivoliza su accionar gubernamental enunciando que «pasa mucho tiempo con los Pimpinelas y poco tiempo trabajando”.

Scioli se niega a aceptar un enfrentamiento con Cristina y prefiere poner paños fríos a la situación. Así lo hizo, cuando en una conferencia de prensa que dio en la cuidad de la Plata se mostró conciliador. «Ayer conversé telefónicamente con la Presidenta. Como siempre, encontré predisposición para seguir trabajando juntos», sostuvo. Pero, aparentemente Cristina tiene más ganas de trabajar con el vicegobernador Gabriel Mariotto, quien viene dificultando la gestión del gobernador bonaerense desde el primer día.

Cobos fue catalogado y condenado públicamente por traidor y Mariotto ¿qué sería entonces?. Parece que el traje no se lo pone quien se lo merece, sino quien Cristina decide que se lo ponga.

Recientemente, la presidenta se reencontró con el gobernador y en cadena nacional, con tono de disgusto, expresó que “lo importante es trabajar, gestionar y no creer que la realidad se hace a partir de operaciones». Scioli se mantuvo en silencio y sólo cuando se sintió aludido, agachó la cabeza. Actitud muy esperable del dirigente que siguió a Menem, Duhalde y Néstor Kirchner, soportando humillaciones públicas en varias ocasiones. Pero, lo cierto es que le va bien en las encuestas, y esto al denominado “cristinismo” no le simpatiza para nada.

El sindicalista Hugo Moyano se refirió a esta disputa y afirmó que a Scioli “le están haciendo claramente un golpe de Estado encubierto». Además advirtió, que Buenos Aires hace muchos años que es inviable, refiriéndose a los severos problemas económicos por los que está atravesando la provincia. «Al no ayudar a pagar los salarios, es evidente que están buscando que Scioli se vaya», dijo.

Por su parte, la relación con Moyano empeora a pasos agigantados, especialmente luego que la mandataria se mostrara con miembros perteneciente al grupo “los gordos” que conforman a la CGT antimoyanista. En vistas del 2013, el sindicalista apuesta a Scioli o a De la Sota, pero aparentemente, tiene serias intenciones de crear un frente, con candidatos propios, para competir en las elecciones legislativas nacionales. Moyano podría encontrar terreno fértil para su plan electoral, en provincias como Chubut, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Salta. Efectivamente, en nuestra provincia avanzó fuertemente, ya que el dirigente camionero Jorge Guaymás controla el Frente Popular para la Victoria, con el cual se presentó en los últimos comicios provinciales.

Lejos quedaron aquellos “gloriosos” días en los que Hugo y Cristina se mostraban juntos compartiendo un proyecto en común. ¿Qué pasó? Y la respuesta no debe hacerse esperar: EL KIRCHNERISMO VA POR TODO y por lo tanto, hizo de lo “paralelo” su filosofía de existencia. FUA paralela, CTA paralela y ahora CGT paralela. La consiga es: los espacios que no se obtienen democráticamente, se consiguen a la fuerza. ¿Lo democrático?, bien gracias.

Lo más paradójico de esta situación es que Cristina es peronista, Moyano es peronista, Mariotto es peronista, Scioli es peronista o al menos así se reconocen públicamente.

En realidad, el problema es histórico y muchos que lo saben, miran para otro lado. El peronismo nunca ha sido democrático del todo, por el contrario, es de naturaleza autoritaria y muchas veces, se ha jactado de ello. Recordemos que surge en el seno de un golpe de estado. Quien negara esto, estaría negando la realidad y como bien decía el general Perón “La única verdad, es la realidad”.

Quien lleva una vida paralela, si la esposa no lo satisface acude a la amante de siempre. El peronismo razona y plantea: si el sistema democrático no satisface, en ciertas circunstancias, acudimos a lo destituyente, a lo paralelo y lo que haya que acudir. En otras épocas fueron las armas, esperemos que las canciones de La Cámpora de tenor armado sean solo una forma torpe de expresar su adhesión al gobierno k.

– La autora de esta nota es Columnista de Salta 21. Es Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación / UNSA. Investigadora del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional).

1 COMENTARIO

  1. Hacia un kirchnerismo destituyente: la conquista del poder
    Cristina y el Kirchnerismo dividieron primero a la CTA (que se perfilaba como una verdadera alternativa al patoterismo sindical), después dividieron a la CGT y ahora quieren hacerlo con la FUA. Teniendo «progresistas» de este tipo en el Gobierno para qué necesitamos gobiernos autoritarios de derecha?

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