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domingo, noviembre 24, 2024

Fragmentaciones

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Con respecto a la columna “Cacerolandia o el final de la época», del día martes 25 del corriente escrita por Juan Pedro Manghera” me permito y con permiso el siguiente aporte…

Las manifestaciones son legítimas y legales en la medida que no joda a los demás. Existe la fuerte tendencia a generalizar el problema de una clase o sector social a todos y no es así…pero los gobernantes cometen frecuentemente el error de descuidar partes de nuestra sociedad que no pueden mejorar o que no simpatizan por diferencias ideológicas, xenofóbicas, religiosas o las que fueren. Terrible falta de tacto para el ejercicio democrático del poder que da como resultado la fragmentación de este y la consiguiente caída de lo que se creyó hacer con fuerte cimientos, estables y permanentes para la historia de nuestro ispa.

No se han producido cambios irreversibles para los argentinos, esto es sólo una ilusión de aquellos que perdieron objetividad sobre la lectura de la vida social por la miopía que les causa la identificación existencial con alguna ideología. Se logró apenas un poco más de conciencia y convivencia cívica, de refrescar la memoria para crecer en justicia (que sigue siendo parcial y obsecuente al contexto político e histórico más que al derecho equitativo). La verdad que los argentinos seguimos metidos en el fuego cruzado producido por la dialéctica de las ideologías que, por otra parte, son motorizadas por el interés económico de algunos.

Venimos de una ola neo capitalista desde mitad del siglo pasado hasta la caída de la Coalición Cívica, transitamos la ola neo socialista K y actualmente vivimos una forma híbrida de gobierno que es interpretada por los «unos» y por los «otros» como una actuación débil y con la máxima anticipación, los carroñeros quieren llevarse su parte en vez de apuntalar el bien Nacional.

Concertar, pactar, aliarse son estrategias primeras que todo ciudadano debería tener en su memoria y conciencia para el ejercicio sano de la democracia y para la búsqueda de la justicia objetivamente…esto de seguro traerá para toda la cultura nacional el bien común. Más claro: tenemos que dejarnos de joder con la dialéctica de las ideologías que sólo acarrean resentimiento, injusticia y violencia para hacer ejercicio de la dialéctica como diálogo en búsqueda de la verdad para todos. Verdad que lleva en sí misma cambios profundos y estables que realmente nos favorecen a todos.

La tan anhelada justicia social no se logra imponiéndola sobre algunos o sobre aquellos que en definitiva se endiablan para poder lograr tan alto objetivo. Se construye entre todos y el avance más pequeño que se logre perdurará como un beneficio para la posteridad. En algún momento los oligarcas, burgueses, ruralistas, industriales, comerciantes, clase media, pobres, excluidos y demás tendremos que darnos las manos para destrabar tremendas falencias sociales que se indican como por ejemplo en la descarada violencia (robos, de género, familiar, etc…), corrupción administrativa, negociados sin el más mínimo pudor ético (tratas de personas, prostitución infantil, mercado de órganos, droga, por nombrar algo) desidia por la vida ( aborto, suicidios, eutanasia, etc…), exclusión y autoexclusión…esto y lo demás se resuelve estando mínimamente de acuerdo en las bases y principios.

Hugo Luis Daher

– Nota de relación:

Cacerolandia o el final de la época

http://www.salta21.com/Cacerolandia-o-el-final-de-la.html

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