Llega la obra a Salta el viernes 25 y el sábado 26 de abril a las 22 hs. en el Teatro del Huerto. Linda Peretz alcanza el record histórico para espectáculo unipersonal-monólogo, en la historia del Teatro Argentino. Luego de ocho años en cartel, con funciones realizadas en ocho países (Argentina, Chile, Uruguay, España, Venezuela, Brasil, Colombia y México) y visto por 450.000 espectadores, ha marcado un hito en la historia del género.
Linda Peretz bate un récord histórico
Linda Peretz ha realizado más de dos mil funciones en 8 años.
La actriz Linda Peretz puso un sello femenino a la tradición monologuista del teatro argentino al batir un récord histórico con su unipersonal No seré feliz pero tengo marido.
El libro de Viviana Gómez Thorpe, adaptado para escena por Manuel González Gil, logró revivir los lauros ganados por la celebrada Niní Marshall con su agudo análisis de nuestra realidad social.
Desde sus comienzos en los peores momentos de 2001, cuando el país estallaba, llegó a los escenarios como una ráfaga de aire fresco y de esa manera fue reconocido poco a poco por los espectadores porteños.
Ya en 2002 y con el antecedente de la buena crítica argentina, la actriz fue invitada a realizar dos semanas de funciones en el céntrico Teatro Muñoz Seca de Madrid, pero la repercusión de público y prensa obligó a extender la temporada por tres meses y a repetir las actuaciones en 2003. En 2004 fue estrenada en temporada del Teatro Capitol de Barcelona.
Hasta el estreno de “No seré feliz…” hacía más de dos décadas que no se presentaba en España una compañía argentina en forma privada. A partir de ese momento siguieron el mismo camino, desde 2003, Tanguera, Art y Made in Lanús, entre otras.
Mientras tanto Linda Peretz y su creación siguió por otros rumbos abriendo nuevos mercados internacionales, sin abandonar durante los 8 años la temporada marplatense, donde recibió el premio Estrella de Mar como Mejor Unipersonal, y atendiendo también las presentaciones en el interior del país.
En 2005 el Distrito Federal de México albergó este producto nacional en el Gran Teatro México y, tal como ocurrió en España, se prolongó durante tres meses la temporada prevista y se repitió en 2006. En 2007 fue estrenada en Monterrey.
La Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro de México distinguió a Linda como la Mejor Actriz de Monólogo de la temporada.
No seré feliz pero tengo marido ha realizado una función en plena calle de la ciudad de La Plata para 3.000 personas en marzo de 2005 con la finalidad de recaudar fondos para el incendiado teatro La Nona.
Más de 130 teatros argentinos recibieron sobre su escenario esta propuesta, mientras se prepara para el lanzamiento en 2009 en Estados Unidos para públicos latinos, en español, y el estreno en París, en idioma francés, en 2010.
“No seré feliz pero tengo marido”, resultó ser uno de los éxitos editoriales más importantes de los últimos tiempos en Argentina. Apenas el libro se expuso en las librerías porteñas, el público se volcó masivamente a comprarlo atraído, tal vez, por su sugerente título, o por la mordacidad e ironía de su autora: Viviana Gómez Thorpe. La misma ya había dado pruebas de su talento y sagacidad en la observación de las conductas femeninas, a través de su carrera de periodista. La adaptación teatral como su dirección fue confiada a Manuel González Gil.
Para el rol protagónico fue elegida una actriz con el talento y trayectoria necesarios para encarar tamaña aventura: hacer un espectáculo que incluya al público en una especie de foro con activa participación desde la platea.
Linda Peretz, que es de quien se trata, intervino en más de cuarenta películas y conocidas obras teatrales como «El preceptor», «Los 120 días de Sodoma», «Popeye y Olivia» entre otras, convirtiendo desde hace 8 años un singular suceso con este material.
La puesta en escena prestó atención a la presencia del marido en cuestión, sobre la cual su abnegada y amante esposa desata su catarata verbal.
Al elegir una pintora, como profesión de la protagonista, el adaptador propone un constante intercambio de la artista con su obra, provocando de esta forma un chisporroteo dramático de mucho humor y de gran agilidad escénica. La pintura del marido se convierte, de esta forma, en un personaje más que se incorpora a la dramaturgia de la obra y se transforma en un antagonista ideal para el desarrollo de la historia que se cuenta.
Los ágiles e ingeniosos diálogos que Viviana Gómez Thorpe propone en su libro, son rescatados ampliamente en la adaptación y en la puesta en escena y jugados por la actriz protagónica como si verdaderamente se tratara de una obra con varios personajes, ya que el marido, los hijos, la abuela, sus amigas y sus parientes tienen cabida en el escenario y lo pueblan con sus voces como si estuviesen presentes.
Es una imperdible realización para todo público que también participa activamente en la propuesta porque logra ver reflejadas las realidades de todas las parejas y transformarlas en una suma reconfortante de ingenio, comprensión, talento y exquisito humor.
Linda Peretz nos ofrece desde el escenario una serie de fórmulas para mantener una sólida relación de pareja. Una mujer tras 27 años de matrimonio decide rever muchas situaciones de su vida conyugal, algunas con humoradas y otras en tono nostálgico
El año 2008 encuentra a “No seré feliz pero tengo marido” en su 8º año de representaciones ininterrumpidas sumando más de 450.000 espectadores no sólo en nuestro país, sino con un recorrido más que elocuente por otros 7 países.
FRAGMENTOS DE CRÍTICAS OBTENIDAS POR EL
ESPECTÁCULO EN ESPAÑA:
– EL PAÍS:
“…La obra es una mirada irónica y sarcástica sobre el matrimonio desde la óptica de la mujer…”
– ABC:
“…Hace que el público ría al reconocerse en los episodios narrados con eficacia y sentido escénico por esta estupenda actriz…”
– LA RAZÓN:
“…Todos los varones interpelados desde el proscenio, reconocen haber disfrutado con la función y haberse dado cuenta de que tienen que escuchar más a sus esposas…”
– GUIA DEL OCIO:
“…Linda Peretz es la única y excelente intérprete del espectáculo.
El resultado es un trabajo espléndido de Linda con mucha eficacia. Una simpatía arrolladora que transforma en escenario toda la sala y en actores a todo el público…”
– EL MUNDO:
“…No sé si “No seré feliz, pero tengo marido” será el espectáculo de mayores carcajadas desde que se inventó el matrimonio, pero es cierto que la gente se ríe mucho…”
– CULTURALIA: No seré feliz… Pero tengo marido. Sin Cuchillo y a la Cara.
¿Cuál es el secreto para que un montaje, llegue a Madrid en una segunda temporada consecutiva y coseche el mismo y rotundo éxito?
¿Tal vez, el secreto es la inexistencia de secretos. La claridad, la inteligencia y la cotidianeidad con la que “Nana” –Linda Peretz- nos desgrana, capítulo a capítulo, la novela de su fallido matrimonio, de su desganada convivencia, homicida de ilusiones, sin premeditación pero con alevosía y ensañamiento?
Tal vez fue éste, uno de los primeros monólogos o femeninas confesiones que llegaron a Madrid en forma de reivindicación elaborada y meditada cuidadosamente. En dos años, no ha perdido la originalidad, la frescura y agilidad que desprende a raudales esta gran actriz que, por otra parte y sin ningún afán peyorativo, utiliza micrófonos.
“No seré feliz… Pero tengo marido” nos recibe con un retrato colorista y detallado de un señor, Jorge, personaje aludido en todo momento, que nos empuja a una solidaridad sin ambages y espontánea, con la sufrida esposa que, a pesar de todo, se siente feliz.
Jorge es, como todo hombre, ya provengan los calificativos de su “gremio” o del “gremio femenino”: Simple, primitivo y sobre todo, aterrado a causa de una vejez que provoca, injusta, la huida de un atractivo físico y único… No son lo bastante inteligentes como para tener en cuenta el atractivo perenne e intemporal: El interior, la personalidad, el carácter y la seguridad en sí mismos. Viviana-Peretz se da cuenta de ello un poquito tarde… Justo en el momento en el que aparecen las voces que, sin piedad, agrandan este error que, de cualquier forma, hubiera nacido, hubiera crecido y se hubiera hecho hombre. Éstas, son las voces en off de sus padres y de su abuela; auténtico espíritu femenino que irá regalándonos frases lapidarias, ingeniosas definiciones, originales descripciones que, de forma inmediata, se ganan a un público ávido de risa y evasión.
Numerosas “Vivianas” y numerosos “Jorgitos” se sientan en las butacas del Teatro Muñoz Seca, deseando encontrar el color rosa con el cual cubrir la odiosa cotidianeidad que ha adocenado, con su inapetencia, los sueños e ilusiones con los que se comenzó a trazar el boceto de una convivencia que resultó ser la tumba del amor primero.
La protagonista opta, finalmente, por ser feliz; por carecer de marido y hallar en sí misma, el tesoro inmenso que la vida nos reserva. Linda Peretz ha querido poner de manifiesto la consiguiente exageración que toda comedia supone. Ni los hombres son tan simples, tan primitivos… Ni las féminas tan retorcidas.
¿Diferentes? Sí, por supuesto. ¿Complementarios? Desde Luego.
“No seré feliz… Pero tengo marido” supuso el inicio de una cadena solidaria que ha contado con infinidad de eslabones, más o menos sólidos, más o menos creativos, más o menos inteligentes, más o menos teatrales… Sin duda, se agradece la iniciativa, la reivindicación, la solidaridad, y nos desagrada, por ende, la repetición mecánica y la puesta en escena de la vida misma como si de un chiste sin gracia se tratase… Aunque éste, precisamente, no sea el caso.
MÉXICO, MAYO DE 2006
La Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro A.C. entrega a la Sra. Linda Peretz el premio MARGARITA GRALIA por su actuación el espectáculo.
– Ficha técnica:
Autora: Viviana Gómez Thórpe
Adaptación: Manuel González Gil
Actriz: Linda Peretz
Vestuario: Pepe Uría
Escenografía: Alberto Negrín
Iluminación: Manuel González Gil
Musicalización: Martín Bianchedi
Sonido: Juan Manuel Lazcano
Asistencia de dirección: Mariana Di Marco
Dirección: Manuel González Gil
