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domingo, noviembre 24, 2024

La Navidad de los Marx

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¿Duendes, hadas o espectros? ¿El encantamiento o el terror?

“… Un hada nos sigue; es el duende del comunismo …”
Karl Heinrich Mordejái Marx Levy

Un espectro recorre Europa: el fantasma del comunismo
Laura Marx

Las hijas de la descendiente de von Westphalen, solían comentar que, en los escasos días en que no sufrían necesidades…, iban a un campo, luego de haber fugado del Soho, tugurio de Londres del Siglo XIX en el que se le aniquiló tanto, tanto la existencia a Marx, que una de sus últimas oraciones fue que la vida era lucha o una porquería, y Jenny, que hubiera elegido morir, estar junto a sus 3 hijos fallecidos en esa “favela”, que seguir respirando –así y todo, encontramos quienes se nombran en las universidades, que escupen que el que amaba las hadas, era un mantenido burgués (hay que ser realmente, malditos…).

Durante el camino y entre los árboles, de las sombras de sus hojas –a ese admirador de Engels, lo acompañarán las sombras…–, les narraba historias. Cuentos fantásticos. Wonderous stories…

A los leninistas, que no están informados ni de la Semiótica ni del Psicoanálisis, hablar de duendes y hadas, los conduce a encogerse de sesos y de hombros.

Probablemente, el sintagma original de El Manifiesto, que además de haber sido articulado por una mujer (dato que las feministas talibanes aprovechan para vomitar que el escritor de El capital era patriarcal y machista, por haberse “apropiado” la frase sin esparcir el nombre de esa brillante mujer…), fue la oración que citamos antes de la de Laura, o bien, la de Laura [me sorprende que las feministas leninistas, no se enfurezcan con la conducción de los Partidos que responden a Uliánov, dado que casualmente, son varones y por lo que me anoticié, los dirigentes de los citados Partidos, no son precisamente, femeninos, en el sentido de ser atravesados por un devenir femenino (que no es un devenir mujer, puesto que hay varones que, por su marginalidad, son femeninos, una minoría, sin ser biológicamente, mujeres… –por eso, el feminismo está allende el género y no únicamente, por lo que cincelo, sino porque existe agresividad de mujer a mujer, de mujer a varón, de mujer a niñas, etc., y no sólo “violencia de género de varón a mujer”). Sea lo que fuere, el cambio que efectuó la hija de Marx, después de la muerte de su padre, está confirmado; lo otro, la frase poética, puede ser una especulación…

¿Y?… Fijémonos en la oración de Laura.

El espectro del comunismo, no vaga por el mundo, sino por una parte de él; Europa. El sintagma es pues, eurocentrista, etnocentrista y se vincula con lo que deconstruyó Jackie Elyah, el argelino, judío, beduino, magrebí, afrancesado a los machetazos, de quien no puedo hablar ni escribir…: el Logocentrismo, el Fonocentrismo, el Homeopatocentrismo o el ser de “la misma sangre”, el pertenecer a una “familia”, e. g., marxista o leninista; el Topocentrismo o la asignación a un lugar preciso (f. i., una patria; la Patria Socialista –¡meu Deus!), etc.

Se trata de un fantasma que provoca espanto, terror.

Laura, con la formidable alteración que concretó de la presunta oración, dio pie para que Il’ich concibiera la revolución en lo peor de la tradición jacobina; que entendiera que la “dictadura del proletariado” era una dictadura y de las más horribles. Que entre el capitalismo y el socialismo había un “período de transición”, el cual NO EXISTE, puesto que la transición acontece entre el orden burgués y el comunismo, la cual es el socialismo; que había un Estado Obrero; que ese Estado era manejado por un Partido. Que, aparte de continuar la brega entre las clases, se suprimían las conquistas proletarias arrancadas con lágrimas, tales como el derecho de reunión, la libertad de culto, el derecho de huelga (sí; en el socialismo de Marx, había derecho al paro…), la libertad de viajar o de desplazamiento; etc., etc.

O sea, Laura y Vladimir optaron por los espectros, por una Navidad de fantasmas, de hosanna al degüello.

El eterno solitario, el ignorado por siempre, incluso por su amigo, que lo hizo engelsiano y él mismo, hasta determinada escala, se convirtió en marxista…, eligió la Navidad de las hadas, del encantamiento, de los duendes.

Porque el hada del comunismo, no nos persigue, sino que nos sigue; de cerca o de lejos, mas, no nos acosa. Recorre el planeta, a causa de que el duende del comunismo no está anclado en Europa, como en el sintagma de Laura.

No obstante, ésa es una parte de la historia.

La otra es que Marx, si bien co fundó el Partido Comunista en 1848, lo disolvió en 1852 Y DESDE ENTONCES, HASTA SU DECESO, JAMÁS, NUNCA, SE AFILIÓ A PARTIDO ALGUNO o simpatizó con semejante estructura. Con el joven Engels, estaba de acuerdo en que un Partido es una reata de burros… Con las décadas y luego de la muerte del nieto de Levy, el oriundo de Wuppertal se acercó demasiado a los Partidos, dándole aire a Il’ich, para que elaborase la locura del Partido de vanguardia.

Para los que no son dogmáticos, se pueden ubicar cartas donde el Marx “maduro”, en la jerga de Althusser, niega y reniega de los Partidos. Frente a la urgencia de organizar una herramienta que lo reemplazara, ideó, junto a otros, a pesar de ser un caminante de desiertos, la Internacional. Y si bien en los “Estatutos” se menciona a los Partidos, fue a raíz de que el nieto de Levy, tuvo que hacer concesiones para que se conservara lo medular de su Programa.
En los hechos y más allá de lo escrito, sucesos que también el Psicoanálisis y la Semiótica nos indican que pueden leerse…, la Internacional fue una organización policlasista, multisectorial y plurinacional. No fue un Partido y menos, como acabó con Uliánov, la Central de los Partidos “marxistas” del universo. However y ampliando la caracterización de la Internacional, podríamos aceptar, hasta alguna “cota”…, que era por igual, un albergue para una nebulosa de Partidos de todas las líneas.

Es que el suegro de Aveling había detectado que a la par de las clases, había otros segmentos sociales que eran inclasificables con la palabra “clase”, y que las clases y tales sectores integraban grupos. En consecuencia, la rebelión debía licuar las clases pero en simultáneo, al resto de los elementos de los conjuntos sociales. De lo contrario, se eliminarían las clases pero la supervivencia de los miembros de los grupos sociales, en lo nuclear, la presencia de los componentes de los conjuntos privilegiados, no ocasionaría que funcionen en calidad de clases, pero seguiría habiendo poder, dominio, jerarquía, división del trabajo, entre otros elementos que se tenían que diluir con la subversión hermosa, hermosa, de este socialismo.

NO ESTOY DISCUTIENDO SI ES POSIBLE O NO, HACER LA REVOLUCIÓN SIN UN PARTIDO O SIN FUERZAS ARMADAS, PORQUE ÉSTAS DEBEN LICUARSE ANTES DE INICIARSE EL LEVANTAMIENTO DE LAS MASAS…, sino la teoría.

De acuerdo al pensamiento del padre de Eleanor, lo que comenzó con Laura y acabó en la demencia de Stalin y Mao, pasando por Trotski y Vladimir, NO ES MARXISMO. Es leninismo y punto. Y punto.

¡Hasta cuándo tendré que repetir lo mismo, para que los leninistas se ajusten a la letra de quien dicen respetar, malversándola y atropellando su existencia, la vida, su frágil existencia! ¡Hasta cuándo!
Para usar una escritura que no me pertenece, podría amonestar:

“Esquivan un insecto y se tragan un puma.
¡Raza de víboras! Como leninistas, ¡no entran ni Uds. a las hipótesis de Marx, ni dejan que otros lo hagan y encima, esconden las llaves que permitirían abrir el corazón de su teoría!
Apenas respetan, los significantes de sus hipótesis, pero violan su sustancia”

Hay quienes derrochan tinta por la actualidad de las “teorías” de Mao, cuando ese político, asesinó a 50 millones, sin contar a los que masacró con la “revolución cultural” (para que imaginen la chifladura que detentaba, Argentina tiene en 2012, 45 millones, lo que le permitiría a Zedong, asesinar a otros 5 millones…, para alcanzar la cifra de la centuria pasada). Y por no hablar de Stalin, que me provoca náuseas.

Para retomar una frase de una película infantil, diré que “… mi bendición y maldición …” es ser un marxista no leninista.
Sin Partido, sin familia, sin coordenadas; sin Padre, sin estar castrado por Mandarines, con o sin bigotes, con o sin barba. Sin nada, más que con papelplumatinta.

En 1842, el joven Karl enunció:

“… las ideas que … (conquistan) … nuestra mente, que (seducen) nuestra convicción y que … (arrebatan) a nuestra consciencia … no son plausibles (de olvidarse), sin (quebrar) nuestro corazón, ( puesto que tales conceptos) son (hadas) que los hombres … (pueden hacer triunfar), entregándose (con toda el alma) a tales (duendes) …” De paso, subrayemos que la Historia no se chorrea por las palancas que son económicas, sino por una dialéctica intrincada entre la base –que no es lo económico en exclusiva…– y por la “Überbau”, superestructura o las ideas. El materialismo de Marx no era tan estólido como para soslayar la influencia de la “Überbau”, mas, no como un apéndice de la Basis, sino como una estructura supereestructurada tan esencial como la base. Por eso es una dialéctica, señores leninistas (habría que tratarlos directamente, de anti marxistas…).

El refinado empresario de Manchester, cerca de su deceso, gritará:

“… ningún Partido, de este u otro país, podrá obligarme a callar si decido hablar … (Me) gustaría (que) … Uds. sean … menos prusianos …” Esto es, menos autoritarios, fríos, verticalistas, dirigistas, creyentes en el Secretariado, apostadores ciegos por el periódico del Partido, sometidos al orden del Partido, etc., etc.

Lamentablemente, la embarra cuando alude al “Socialismo Científico”, lo que demuestra que eso es un alucinema de Engels y no de su sano admirador [tan tierno con él, que le confesó en una de sus misivas, que él, Engels, era más inteligente, rápido, certero, intuitivo que Marx… –por ello y por otras razones, el sepultado en 1883, porque en el fondo, fue aplastado por capas de escombros que tardaremos eones en sacar de su tumba, para observar los destellos maravillosos de una teoría sin fin ni final (a causa de que no fue terminada…), Marx fue engelsiano].

Romperé los silogismos con mi espada mosquetera, con un poema, vestido; como el florete de Cyrano, porque renuncié al Protocolo y en mi diestra, late la Audaz Melancolía

Donde

me

ahogan

las estrellas;

en los

lugares en

que

mueren

los perros;

en las noches

de

no callar

ni dormir;

cuando hay

nostalgia

o sangre;

donde yo

no soy

mañana;

ahí,

los ojos

de mi

pasado,

atormentan

mi Soledad,

con la luz

tísica

de una

palabra

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