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domingo, noviembre 24, 2024

Lanata denunció la ruta del dinero K

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Apuntan a Lázaro Báez. El programa Periodismo Para Todos reveló testimonios que lo vinculan en negocios con el matrimonio Kirchner. También, documentos de sociedades en paraísos fiscales.

La ruta del dinero empezaba donde empezaron tantas cosas, en Río Gallegos; hacía una escala operativa en Buenos Aires; y seguía su rumbo intercontinental hacia cuentas en Suiza de empresas radicadas en paraísos fiscales, como Belice.

El programa Periodismo Para Todos (PPT), de Jorge Lanata, reveló anoche que el empresario Lázaro Báez, uno de los mejores amigos de Cristina y Néstor Kirchner, sacó del país alrededor de 55 millones de euros que fueron transferidos al exterior por fuera del sistema legal, en maniobras típicas que usan quienes lavan dinero originado en ilícitos.

Uno de los involucrados en los hechos, nada más ni nada menos que quien solía transportar los millones K en efectivo, aseguró que Néstor Kirchner estaba al tanto de esas operaciones y que incluso era «socio» de Báez «en todo».

La información fue ratificada por uno de los perjudicados en esta historia, Federico Elaskar, quien acusó al entorno de Báez de haberlo amenazado para que venda la financiera mediante la cual se instrumentó la salida del dinero al exterior.

Báez, ex empleado raso del Banco de Santa Cruz, se convirtió en los últimos años en un empresario con inversiones en la construcción, la hotelería, el petróleo y los bienes raíces. «Es el testaferro de Kirchner», lo denunció la diputada Elisa Carrió.

La historia de la ruta del dinero K mezcla de modo asombroso a la política con el submundo de las finanzas paralelas y la farándula.
El hombre que estaba al mando de la logística de los millones de los Báez es Leonardo Fariña, esposo de la modelo Karina Jelinek.

Solía coordinar el transporte de millones de euros en efectivo, en billetes de 500, que se transportaban desde Santa Cruz a la Capital Federal en vuelos nocturnos de aviones privados.

«Yo manejé la fortuna de un tipo de 5.000 millones de dólares», reveló Fariña sobre el trabajo que realizó para Báez en entrevistas grabadas con cámaras ocultas que difundió PPT, y más adelante vinculó a Kirchner con el manejo de dinero que sería de la corrupción: «Vos no tenés la idea de la estructura que había armado Néstor. Yo te puedo asegurar que el tipo manejaba todo». Según Fariña, estas operaciones corresponden a «la red de lavado (de dinero) del Estado».

En un tramo de su testimonio, el «valijero» asegura que el ex presidente sabía de sus operaciones: «Me planteaban los problemas, yo planteaba soluciones. Lázaro llamaba, se juntaba, y después me decía ‘sí’ o ‘no’. Con Kirchner jugué partidos de fútbol y compartí un asado».

Fariña estudió Ciencias Económicas y vivió hasta la adultez en una casa modesta de La Plata. Su trabajo con Báez le cambió la vida. Él dice que lo consiguió por su astucia para relacionarse y hacer inversiones. Lo cierto es que no hay una versión fehaciente sobre cómo fue que llegó a tal nivel de intimidad comercial con Báez.

Según reconstruyó PPT, parte de los millones de la familia Báez que manejó Fariña fueron transferidos al exterior en la financiera SGI, ubicada en el piso 7 del complejo Madero Center, de Puerto Madero, el mismo edificio en el que vive el vice, Amado Boudou, y en el que la familia presidencial tiene dos departamentos y ocho cocheras.

Clarín accedió a la documentación de una empresa radicada en Belice, un paraíso fiscal, llamada Teegan Inc. Esa off shore tendría una cuenta en el banco Lombar Odier, de Suiza, a la que fueron girados 1,5 millones de dólares que llegaron a Buenos Aires en efectivo: los trasladó Fariña por orden de Báez.

Los facsímiles muestran que el principal accionista de Teegan Inc. es Martín Báez, hijo de Lázaro, director de la constructora Austral y presidente de Boca Juniors de Río Gallegos. En marzo de 2011, la Presidenta encabezó el acto de inauguración de una sede de ese club.

El ex dueño de SGI, el financista Federico Elaskar, confirmó que, durante el primer semestre del 2011, Fariña llevó a su empresa entre 50 y 60 millones de euros en efectivo que pertenecían a Báez. «Fariña envió decenas de millones de dólares y euros al extranjero a sociedades off shore que estaban vinculadas a Lázaro Báez y a sus hijos, Leandro y Martín», dijo Elaskar.

Esas transferencias millonarias se hacían por intermediación de un estudio contable radicado en Panamá. Quien hacía de nexo con esas oficinas -contó Elaskar- era uno de sus empleados de SGI, Fabián Rossi, el esposo de la vedette Iliana Calabró.

Este mundo de relaciones financieras cruzadas y millones sospechosos terminó mal.

Después de que creció su exposición pública junto a Jelinek, Fariña dejó de manejar la contabilidad de Báez. El empresario K le reclamó una suma muy importante de dinero: «Me sentí traicionado. Esto involucra a un grupo de gente que está en el medio y llega a la Presidenta. Pasé a ser un fusible de ellos. Conozco todos sus negocios», se quejó Fariña.

El ex «valijero» asegura que un contador empleado de Báez, Daniel Pérez Gadín, es quien hoy cumple «todas las funciones que yo tenía». Daniel Pérez Gadín asesora a empresas de Báez y maneja la financier SGI que antes pertenecía a Elaskar.

El ex propietario de esa empresa denunció que se vio obligado a venderla cuando Pérez Gadín lo amenazó para que lo haga: «Me dijo que me había quedado con dinero que era de un cliente suyo, Lázaro Báez». Elaskar jura que eso es falso: «No tengo nada que ver. Me amenazaron de muerte: tenía que firmar la transferencia de las acciones de mis empresas. Vendí obligado y por muy poca plata».

Después de deshacerse de su financiera, Elaskar dejó el país durante un año. Báez siguió compartiendo la intimidad de los Kirchner. Y Fariña bajó su perfil. Hasta anoche.

Puerto Madero, meca del kirchnerismo enriquecido

La financiera SGI, por la que según una investigación periodística presuntamente se fugaron millones de dólares de Lázaro Báez tiene oficinas en el piso 7mo. del complejo Madero Center, de Puerto Madero. Casualmente en ese edificio se advierte una concentración inusual de funcionarios kirchneristas o de empresarios ligados al Gobierno. Incluso la presidenta Cristina Kirchner tiene allí dos departamentos y cocheras.

– Clarín

Fariña: «No fue una cámara oculta, sabía que me estaban grabando»

Una de las personas más salpicadas por las sospechas de lavado de dinero de Lázaro Báez habló con Rial; «Le di ficción a Periodismo Para Todos», aseguró; contó como habría conocido al empresario santacruceño.

Leonardo Fariña, la persona que quedó bajo todas las miradas tras revelar que el empresario kirchnerista Lázaro Báez habría sacado del país 55 millones de euros «negros», rompió hoy el silencio en otro programa de televisión. A más de 24 horas de que explotara el caso, con un informe de Jorge Lanata en Periodismo Para Todos (PPT), el contador fue al piso de Intrusos, de Jorge Rial y le aseguró: «Te voy a contar la verdad y te la voy a probar». Negó que le hayan hecho una cámara oculta.

Fariña dio una nueva versión sobre su relación con Báez, embistió contra Jorge Lanata y aseguró que está «a disposición de la Justicia». «No hay pruebas para que me denuncien», se confió.

Lo primero que hizo Fariña fue desmentir que hubo una cámara oculta en PPT. «Yo sabía que me estaba grabando. Nunca fue una cámara oculta», dijo. Y agregó: «Si yo peco de soberbio, Lanata peca de más soberbia que yo. De la misma manera que él me hizo una operación periodística a mí, yo se la hice a él».

«Yo estoy hablando para lavar mi imagen», le manifestó Fariña a Rial. «Lanata quería ficción, yo le di ficción.Todo lo que yo dije, desde cómo se lava el dinero y como venía, toda esa ficción que le di a él, está acá, ya lo dijeron los periodistas», agregó señalando papeles con archivo periodístico.

En simultáneo, desde su programa en Radio Mitre, Lanata le respondió: «Lo único que le digo a Fariña es que vea el programa del domingo que viene [por PPT] y que le mando un abrazo».

En una nota con Lanata, emitida el domingo a la noche, Fariña, marido de la modelo Karina Jelinek, se había presentado como el hombre de confianza de Báez, uno de los mayores contratistas durante el kirchnerismo, e involucró al ex presidente Néstor Kirchner en supuestas transferencias millonarias de dinero a paraísos fiscales.

El testimonio de Fariña fue ratificado en una entrevista emitida en el mismo programa con Federico Elaskar, dueño de una financiera a través de la cual, según su testimonio, Báez y Fariña transfirieron fondos al exterior en cuatro meses por 55 millones de euros.

«Yo nunca manejé bolsos con plata. Quiero ver como Elaskar, que afirmó que iba conmigo, lo prueba. Nunca vi un bolso», apuntó.

«Estoy a disposición de la Justicia. Lo del domingo fue una ficción para caer en esto», concluyó.

La relación con Báez

En el programa de Rial, Fariña dio una explicación del comienzo de su vínculo con Báez. El contador dijo que se acercó a la empresa Austral Construcciones SA, la constructora del empresario, para asesorarlo porque «necesitaba una renovación de bienes de capital».

«Austral me pagó el pasaje al Sur, y me presentaron a Martín Báez. Les propuse que utilicemos al Banco Nación para que les de un crédito a ellos, como contratistas del Estado. Les dije que hagamos un descuento vía un fideicomiso, a través del Banco Nación», señaló.

«A partir de ahí empecé a tener reuniones y asesorarlo», dijo Fariña. No amplió cómo continuaron los negocios con Báez tras ese primer acuerdo, y sólo se remitió al final de la relación. «Cuando se concretó yo ya no estaba con él por mi supuesto problema mediático», dijo.

Fariña dijo que conoció a Néstor Kirchner a través de Báez -reiteró que comió asados con el ex presidente- y lanzó: «Yo estaba impresionado por Lázaro, porque es un groso». Luego, agregó: «Yo al tipo le tengo aprecio, tengo una cuestión personal con él».

«De Lázaro Báez solo cobré alguna que otra regalía, mi mejor cobro fue que me abrió muchas puertas», agregó. Luego, le pidió «disculpas» a él y a la presidenta Cristina Kirchner por las revelaciones que hizo.

Luego, Fariña afirmó: «Me pongo a disposición de la Justicia. No hay pruebas para que me denuncien».

– La Nación

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