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martes, julio 22, 2025

En Salta se compran los medios convertidos en engendros oficialistas

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El oficialismo de turno monta todo tipo de medios símil periodísticos para conformar la opinión de la población en función de sus intereses.

Es necesario, con frecuencia, observar la coyuntura política de la provincia de Salta, no sólo para criticar denodadamente a sus gobernantes y a sus ingenuos electores sino para ejercitar la capacidad de análisis y procesamiento de datos. Informaciones que circulan esmirriadamente a causa de los portentosos medios de propaganda del gobierno urtubeycista y del ex gobernador Romero.

Y en este punto sería bueno hacer el primer estero, la prensa en Salta: la verdad de perogrullo es que “En Salta no se puede tener un medio si no es con la pauta oficial”, que es lo mismo que decir que el oficialismo de turno monta todo tipo de medios símil periodísticos para conformar la opinión de la población en función de sus intereses, además de los que compra con la pauta y algún que otro favorcito, sin descontar los acuerdos millonarios con los medios tradicionales. Es paradigmática la relación del diario El Tribuno, a saber, el gran diario salteño, con el poder de turno, analicemos nada más que el gobierno de Juan Manuel Urtubey y el de su antecesor (con la tarea pendiente y necesaria de hojear un poco más diacrónicamente el andar de este medio). Juan Carlos Romero, hijo de don Roberto Romero, fundador de diario El Tribuno, suficiente información para discernir que el principal diario de la provincia fue el gran aparato de propaganda de su gobierno. Juan Manuel Urtubey, hijo político de Romero, mentado joven del PJ salteño, ex funcionario de Romero, suficiente información para intuir que el gran diario seguiría siendo lo que fue. Pero como la política burguesa, como su clase, se define por su insaciable capacidad de rapiña, Urtubey, cometiendo un, nada disimulado parricidio, basó su campaña proselitista despotricando contra Romero y negando su ADN política, con lo que le bastó para cooptar el nada mínimo voto bronca y hasta progresista salteño. En esa intemperie arrancó el gobierno urtubeyciano, en los primeros pasos de su gestión logró controlar al gran diario con abundantes cifras de pauta oficial, pero cuando esto ya no bastó porque, claro, la familia (como dicta la mafia) es lo primero, comenzó el ataque denostado a la gestión del novel emergente del Opus Dei. La punta de lanza fue y sigue siendo la corrupción dentro del gobierno, acusación tan eficaz para hablar y acusar todo el tiempo como inútil para mellar al poder de turno más allá de una seguidilla de denuncias periodísticas, no legales. Como no se puede sostener una guerra sin cuartel el joven Urtubey no sólo salió a plagar de publicidad hasta al más precario pasquín de politiquerías sino que mandó a fundar el diario que pretende ser “la verdad” en Salta (como pretenden serlos todos, vale decir), para ello no escatimó en inversiones al punto de designar como director al polifuncional Antonio “Gringo” Marocco. Lanzado con toda la pompa “Punto Uno” engendro oficialista de propaganda, al momento fue relegado, por razones inherentes a la circulación, la distribución y la promoción del nuevo y verídico diario pero sobre todo por la aplastante tradición de que en Salta hay un solo diario “El Tribuno” y bueno otro del que sólo se leen los clasificados. Contra esta tradición en la prensa salteña es titánica la batalla, pero como ya ha demostrado el gobernador Urtubey que no tiene el temple más que para aplicar recetas remanidas de su mentor no le vayan a hablar de férreas convicciones y luchas a ultranza.

Apenas si vale la pena mencionar a la retahíla de pasquines políticos endogámicos que tienen como destinatario a funcionarios de las oscuras oficinas provinciales y municipales y a algún que otro grupo de políticos de café y cuyo principal objetivo, cuan fundación, es recoger las migajas de la repartija oficial.

Todo este circunloquio para decir que está dura, muy dura la mano para instalar un medio crítico que pueda hacer base en el centro político de la provincia, vaya más allá de la denuncia autocomplaciente y pueda invitar a la socialización de la palabra y la información. ¿Para qué? Para pensar diferente, para tener un humor distinto del que imponen los medios dominantes, para mirar la vida de una forma propia.

– Por TDP

– Fuente. El revés de la trama

NdR: El análisis es incompleto. Falta ahondar en el engendro «chiquito» y su reconversión oficialista.

Salta 21 no recibe (y jamás recibió), dinero de la pauta oficial. Creemos que somos un medio alternativo e independiente.

2 COMENTARIOS

  1. En Salta se compran los medios convertidos en engendros oficialistas
    En Salta se replica lo que sucede en el Gobierno Nacional: se utilizan fondos del Estado para comprar medios amigos. Se forma así un aparato de propaganda para sostener las políticas gubernamentales. ¿O acaso Urtubey y su banda no son kircheristas?

  2. En Salta se compran los medios convertidos en engendros oficialistas
    Muchas gracias por la publicación. Justamente el artículo es un disparador del debate y busca generar respuestas polifónicas y fundamentadas a esto que se llama «prensa salteña». El análisis del engendro «chiquito» queda pendiente para una pronta nueva entrega. Saludos. TDP

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