Obras que surgen del fondo de una soledad que sufría el compositor por propia decisión.
Salta, domingo 9 de junio de 2013. Teatro Provincial. Dúo de María Fernanda Bruno (piano) y Martín D’Elía (vilonchelo) y luego se agregan Miguel Buchhalter (violín). Grabierla del Cid (viola) y Gonzalo Alvarez Cstelo (contrabajo). Obras de Schubert: Cuatro Lieder para violonchelo y piano y Quinteto “La Trucha” D.667 en la mayor.
El quinteto “La Trucha”, dentro de la producción de Schubert no ocupa un lugar de relevancia. En rigor de verdad y a pesar de lo dicho, esta página es muy apreciada por ejecutantes y oyentes. Su nombre proviene del que tiene el cuarto movimiento que incluye un bello tema dedicado a la trucha y sobre el cual Schubert desarrolla no pocas variaciones. Su capacidad melódica, casi infinita permite al autor un desarrollo agradable. Para iniciados es preciso recordar una antigua versión del quinteto por un grupo de instrumentistas jóvenes por aquellos años, pero que apuntaban lo lejos que irían a llegar. Barenboim (piano), Perlman (violín), Zuckerman (viola), Du Pré (violonchelo) y Mehta (contrabajo) hacen de esta obra una maravilla sonora. Esto se repite desde su conocido “allegro” donde el contrabajo justifica su presencia duplicando la línea del violonchelo pasa por un dulce “andante”, el animado “scherzo”, luego lo mejor, el cuarto movimiento con el bellísimo tema de la trucha y sus variaciones maravillosamente imaginadas para llegar al “allegro” final cuya estructura viene imbuida de la poderosa sonata nº 120 D.664. El grupo liderado por Bruno hace una muy buena lectura de la obra que sugiere pasar por el protagonismo de cada instrumento.
Previamente cuatro lieder de distintos momentos de Schubert, para piano y barítono, pero en esta oportunidad transcriptos por su amigo, el músico Franz von Schober para piano y violonchelo. De ellos surgen espléndidos la “Stendchen” (Serenata) archi-conocida pero no por eso menos atractiva en su melódico canto y el cuarto, “Tú eres el reposo” de inocultable hermosura. Aquí Bruno y D’Elía concretaron una valiosa conjunción en estas obras que surgen del fondo de una soledad que sufría el compositor por propia decisión.
Fue bueno este repertorio que homenajea una figura que en Viena está cuarta detrás de Strauss, Mozart y Beethoven lo cual no es de extrañar a poco que se conozcan detalles de su vida, desde que decidió dedicarse totalmente a la música no obstante carecer de patrocinantes que lo apoyen aunque pudo contar con amigos que lo ayudaron en su corto transito por este mundo.
Final, creo que lo dije antes, esta idea de Claudio García Bes que ejecuta el Departamento de Música de Cámara con su conductora a la cabeza, la pianista María Fernanda Bruno, merece apoyo no solo por su arte, sino por su aporte al conocimiento mas profundo de la música.