A la película que se encamina a ser una comedia romántica le sobran unos 40’, casi de manera paralela a lo que le falta a León para ser alto: 40 cm.
León Godoy (Guillermo Francella) sonríe todo el tiempo, es feliz full time, millonario, exitoso, gran padre, excelente ex marido, es perfecto. Un play boy del que claro, es fácil enamorarse por su magnetismo y al cual sólo una imbécil podría rechazar. Sobre todo si en la primera cita te pasea en avión y con él se pueden tener las aventuras soñadas que el dinero pueda comprar. La imbécil podría ser una abogada, hastiada de su laburo, aburrida de la vida, cuyo minuto más divertido es arrojar el celular al cuerno, se trata de la estresada Ivana Cornejo (Julieta Dìaz), quien recibe todas las pálidas juntas por dudar de la relación con un enano.
Ivana es el primer blanco del tamaño del protagonista, quien se hace cargo de la discriminación; y el segundo es el espectador, en quien recae la culpa por reírse del enano, en un doble juego moral planteado por Marcos Carnevale: por un lado, ver a la persona tal cual es y no por su apariencia física; y por el otro, matarse de risas de sus desventuras, en este caso, de su enanismo. Con la misma soltura con que el film te dice no a la discriminación, te hace el jueguito humorístico del enano simpático y gracioso y verbaliza las agresiones a su aspecto físico.
Además, el hombre de 1.36 m es un plomazo: no llevan casi nada de la relación y ya quiere ser el novio formal, que ella lo presente a todos en su círculo y en un momento dado pregunta si debe o no apostar a la relación. Sería fácil obtener garantías del amor para no equivocarse, pero hete aquí que ni para el bajito ni para el alto, hay garantías de ese tipo. No se es ni más ni menos víctima de un desplante por el tamaño de una persona. El planteo está errado. León es más bien un egocéntrico, ¿pero hay que bancárselo porque es pequeño?
Me parecen subrayables las actuaciones de Mauricio Dayub, Nicolás Francella y Nora Cárpena quienes aparecen más sueltos y en papeles menos forzados.
En cuanto a la técnica, algunas escenas están logradas y en otras se nota el desnivel al querer generar ángulos aplicables a la altura de los personajes. Ciertas imágenes se asemejan a la Nueva Comedia Americana pero terminan por perder elegancia visual.
La historia de amor se convierte en un planteo ético que se vuelve predecible. La excesiva simpatía de Francella vs. la cara de temor de Díaz, los ubican en un plano irreal en el que lo liviano de la vida le gana a la profundidad del tema que quisieron tratar en el film.
– Ficha técnica: Corazón de León (Argentina/2013). Guión y dirección: Marcos Carnevale. Con Guillermo Francella, Julieta Díaz, Mauricio Dayub, Jorgelina Aruzzi, Nicolás Francella, María Nela Sinisterra y Claudia Fontán. Fotografía: Horacio Maira. Música: Emilio Kauderer. Edición: Ariel Frajnd. Dirección de arte: Mariana Sourrouille. Sonido: José Luis Díaz. Distribuidora: Buena Vista International. Duración: 100 minutos. Apta para todo público.