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domingo, noviembre 24, 2024

Teatro militante: «Árbol sin sombra” de César Brie o la Masacre de Pando

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¿Cuáles son los límites de un artista? Los muertos hablan. Y de eso trata la obra de Brie, que, si bien es un maestro de la actuación y de la dirección, pudo con “Árbol sin sombra”, transformar el arte en un testimonio histórico. La nueva forma del arte es la materialización de la verdad. Una obra reveladora, justa, conmovedora. Brutal.

“…haz tu diligencia que Dios te ayudará…” Miguel Racua (sobreviviente)

Anoche en la Sala Juan Carlos Dávalos, vivimos una historia contada por los de abajo: en una Bolivia polarizada, Pando es un pueblo olvidado en donde los campesinos no tienen derechos y los hijos de sus hijos heredan las deudas sociales y económicas. Allí, el 11 de septiembre de 2008 se inicia un genocidio por el que cívicos y campesinos se enfrentan sin Dios en pequeñas guerrillas por una ruta que abarca los pueblos de Porvenir, Cobija y Tres Barracas. Campesinos indefensos, estudiantes torturados, mujeres con niños en los brazos y en el vientre, son asesinados a sangre fría. Bajo la supervisión de Torres Balanza, tres médicos forenses: Cuiz, Pizarroso e Hinojoza Saavedra, alteran la identidad de los muertos, omiten heridas, cambian autopsias y determinan la causa de muerte de muchos de los campesinos sin haber realizado la autopsia a los cadáveres y no detallan en sus informes que de haber sido asistidos a tiempo hubiesen sobrevivido. Con la complicidad del gobierno nacional, la policía y los militares, desaparecen a los campesinos para hacer circular una versión conveniente. La prensa calló, tergiversó, mintió.

Esta es la historia de los derrotados, de ella forma parte quien lo atestigua: el artista que pone el cuerpo en el escenario para mostrarnos el horror de los escombros de las guerras. Esta es la historia de un viento de balas y del sueño inconcluso de los humillados.

“Árbol sin sombra” es producto de la investigación de César Brie. arbol-2.jpgPero ya no es más “Tahuamanu”, el documental que realizó sobre la historia, es la metáfora de los muertos, de los que hablan y cuentan sus verdades con sus balas en el pecho, en la cabeza, en la frente, en los ojos, en los pies, en las manos que detienen el pulso. La polifonía dramática de sus representaciones es una elegía perfecta, y asume en la voz narradora que se autorreferencia, el valor de la palabra que da un testimonio. Brie como el personaje y Brie como la multiplicidad de los caídos y algunos sobrevivientes, te desollan en vivo y en directo.

Díter Tupa Mary, Pedro Oshiro, Raúl Lucas Pajarito, Sebastián Mamani, Alfonso Cruz Quispe, Wilson Castillo, Arnoldo González, Céspedes y tantos otros…regresan del hades o somos nosotros quienes ingresamos en el inframundo. Quizá fue Eneas quien nos condujo a sus moradas a través del Averno. Creo que hay, de manera implícita, un paralelismo entre estos héroes y los de la Odisea, y que Pando es como los Campos de Asfódelos.

Brie dedica la obra a la memoria del perito forense Alberto Brailovsky, argentino, quien fue destituido de su cargo y perseguido por realizar correctos informes sobre la muerte de 11 campesinos.

Quizá este árbol sin sombra, haya dado por fin su fruto. El castaño, árbol que menciona el protagonista en la obra, es originario de Italia, la otra patria de César Brie. Su significado puede tener que ver con la historia de palos y balas y por el desamparo de los collas… también podría referirse al árbol del monte boliviano, espacio del campesino refugiado. La ausencia de sombra sería la sinécdoque de la falta de justicia para los derrotados, héroes y torturados del territorio de Bolivia; pero su fruto, la reconstrucción de la historia.

En la puesta, los recursos escénicos forjan imágenes y las imágenes se convierten en resonancias internas. El director y autor maneja el escenario con absoluta maestría a un extremo tal, que fue capaz de detenerse al sonido de un celular y de hablarle a quien lo portaba, retomando con la misma concentración anterior, su trabajo. La ironía juega entre el lirismo dramático su mejor papel al entrecruzarse con cierto humor negro. La tragedia ya está escrita. Y no es shakespeareana. Es brieneana.

Creo que Brie representa el arte por el arte ya que el artista no sólo BrieC1.jpgpone su empeño en el lenguaje del arte y la relevancia del medio, sino que muestra actitudes abiertamente críticas y analíticas, tanto hacia el fenómeno del arte como de su incidencia en la vida. En la epidermis de su creación, flota un compromiso ideológico. Su libertad creativa y sus puntos de vistas reconstructivos, cortan los hilos de corsés sociales, culturales y hasta políticos de esta época. Su teatro tiene peso histórico pero no “lee” la realidad, la “escribe”. Ficcionaliza desde su propio cuerpo, y asume el riesgo. Su teatro es “postural”, no queda en el discurso. La acción teatral se asume como un proceso revelador que involucra teatralidad e historicidad.

Cuando coloca un número reducido de espectadores sobre el escenario (y el resto en la platea), se potencia la experiencia al convertirnos en personajes espectadores y logra mantener una visión especular del público que se mira a sí mismo mientras contempla la obra.

Cruda. Ácida. Dramática. Fuerte. Dura. Un teatro que se resiste a la indiferencia. Una pieza que instala la tragedia latinoamericana.

Afuera de la sala, se podía adquirir “Tahuamanu”, el documental sobre la masacre realizado por César Brie: “en realidad hago esta obra de teatro para mostrar el documental y todo lo recaudado es para las familias de los campesinos olvidados”– dijo al cierre con la simpleza de siempre.

Al inicio, pide que destruyan los celulares si es posible, al menos por una hora… Y aunque no le agrada que se tomen fotos “porque esto no es un desfile de modelos”, pude robarle unas imágenes antes del inicio. Además, él mismo te ofrece fotos de mejor y más calidad, las que puede enviarte por correo a pedido. Creo que sólo un maestro detiene la función un instante (y continúa como si nada) para llamar-le
la atención sobre el maldito celular que sonaba en la platea.

Si alguien puede mostrarte ríos de sangre sin que haya una sola gota real de ella en el escenario, es un genio. Y Brie lo logra.

¿Cuál es nuestro deber? Es la única pregunta que prevalece al salir de la sala.

– Notas relacionadas:

Karamázov, a la manera de César Brie

http://www.salta21.com/Karamazov-a-la-manera-de-Cesar.html

La obra del año: todas las voces todas con “El Ulises” de César Brie

http://www.salta21.com/La-obra-del-ano-todas-las-voces.html

– Programación:

http://www.salta21.com/Detalles-y-programacion-del-8o.html

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