La película de Lucía Puenzo (de los Films “XXY” y “El niño pez”) incursiona esta vez por las aberraciones realizadas por un criminal de guerra nazi, el ángel de la muerte, instalado en Bariloche, quien “toma” a los miembros de una familia como cobayos.
Elena Roger como Nora Edloc es la actriz que mejor interpreta a un personaje en la película “Wakolda”. Es una voluntaria del Mossad, grupo de agentes israelíes que se dedicaron a la cacería de los nazis y que venía persiguiendo a Josef Mengele en la Argentina. El médico macabro vivió en Buenos Aires y llegó a poner su nombre verdadero en la guía telefónica. Inclusive se casó en Uruguay con la mujer de su hermano fallecido, datos que no aparecen en el film pero se comentan aquí para contextualizar mejor a uno de los principales protagonistas. Sus experimentos no fueron científicos y se obsesionó con los conceptos de la raza pura y la herencia, de allí su interés por los gemelos que lleva en el vientre una mujer (Eva) de origen y familia alemana nacida en Argentina, interpretada por Natalia Oreiro, esposa del inventor interpretado por Diego Peretti (Enzo), padres de Lilith (Florencia Bado), una niña menuda y nacida prematura, en quien posa los ojos Mengele (Alex Brendemühl) para practicar con la hormona de crecimiento.
El film tiene un buen argumento: en 1960, una familia se instala en la Patagonia para reabrir una hostería a orillas del Lago Nahuel Huapi. Los sigue por la ruta, en caravana, Mengele, quien se adhiere a sus vidas y a sus proyectos para hacer sus experimentos con humanos, tal y como los hizo en la Alemania nazi de tiempos hitlerianos. Lilith queda fascinada con su figura masculina y la atracción perversa, es correspondida por este sujeto.
Con buena toma panorámica, la película va introduciéndonos en un suspenso aterrador aunque en partes hace una meseta y se vuelve pesada a nivel del ritmo narratológico. Creo que Mengele en el film no tiene el sustrato necesario para encarar la figura de lo que fue el verdadero médico alemán, y aunque el 60 % de los parlamentos son alemanes, no se reconoce la época por el aspecto lingüístico. Hay muchas puntas sin resolver, como el maltrato a Lilith en la escuela alemana de Bariloche, los romances de los personajes secundarios, la casa de los vecinos donde hay refugiados e incluso la profundidad histórica del mismo Mengele quien cuenta con asistentes, cómplices, dinero, súbditos y encubridores; entre otras. La tensión está puesta en la sensualidad que provoca el despertar sexual de la pequeña de 12 años más que en la ejecución y en los resultados de las experimentaciones del médico. Sí, en el misterio de su identidad y en lo taciturno de su figura sombría.
Entre el 13 y el 20 de septiembre de 2013 se celebró en la ciudad de San Juan el Segundo Festival Internacional Unasur Cine, donde recibió cuatro premios: mejor película, mejor dirección (Lucía Puenzo), mejor actriz (Natalia Oreiro) y revelación (Florencia Bado). Esta película fue elegida por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas como precandidata a «Mejor Película hablada en idioma extranjero» para los premios Oscar por Argentina.
Merece un reconocimiento por el interés que suscita la historia y porque es muy buen cine hecho en Argentina, con guión original sobre una temática que encierra el tópico nazi de cómo modelar genéticamente a una nación.
La asociación entre las muñecas que fabrica Enzo y la búsqueda de la perfección humana es un hallazgo de Puenzo que produce escalofríos. La muñeca favorita se llama Wakolda, como Lilith, la preferida del ángel de la muerte para transferir su maldad.
