El gobierno afectó a los dueños del poder y los «pobres millonarios» se indignaron, pero si no avanza en lo social puede ser otro De la Rua. En el campo viven en ranchos, la inflación afecta a las clases más bajas. Distingamos al enemigo principal.
Estamos frente a un embate reaccionario de la oligarquía terrateniente
El Gobierno actual, creyó que todo iba bien, primero con su política de Derechos Humanos, a través de la cual adhirió militantes de relevancia, después logró neutralizar relativamente el Movimiento de Desocupados, luego apuntaló un techo a los aumentos salariales con el acuerdo piloto de los camioneros, Moyano de por medio, con un 19 % de máximo.
Había conformado a los popes de la Unión Industrial argentina (UIA), manteniendo tranquilos a los oligarcas de la sociedad rural con el precio alto del dólar, la subvención del gasoil y el pago efectivo del salario familiar y ayuda escolar, reivindicación ganada por los trabajadores sobre la base de organizaciones y luchas obreras populares.
Aunque hoy en el campo, con la complicidad de la burocracia sindical de la UACRE, no se cumplen con varias normas de la ley. Esto provoca que las familias vivan hacinados en barracas y ranchos. El gobierno no asumió un entero compromiso, y fue, en parte, cómplice con la suma indiscriminada de los precios de los alimentos, transporte y servicios, que provocan una inflación en detrimento de las clases más bajas.
Sin embargo, ante las necesidades presupuestarias del Estado, decidió decretar un aumento en las retenciones (impuestos) a los grandes exportadores que estaban ganando cifras millonarias. Esto , con todo el derecho que le asiste como gobierno constitucional. Con esta medida, el gobierno afectó a los intereses particulares de los dueños Históricos del poder, y, como era de esperar, saltaron indignados los «pobres millonarios».
De ahí, el conflicto. El gobierno no quiere tomar una posición clara en contra del neoliberalismo, en consecuencia, lleva hoy las de perder. Si no avanza en las reivindicaciones sociales y posicionamiento frente a los sectores de poder puede encontrar la suerte de De la Rúa y Cavallo.
Repudiamos a la Sociedad Rural y a sus aliados por realizar este paro con claras connotaciones golpistas, en contra de todo el pueblo trabajador argentino. Reprochamos la actitud de los dirigentes de la Sociedad agraria, que se adjudica la representación de los pequeños y medianos productores para avivar la reacción contra el gobierno.
Finalmente, Llamamos a la reflexión a ciertos sectores populares para que analicen correctamente la situación del país, para poder distinguir en la coyuntura al enemigo principal.
Movimiento Obrero Campesino Estudiantil Popular