Un analista atento de la realidad política de Salta hacía mención de que votar a Urtubey, Romero u Olmedo, inspiran una sensación de temor en la ciudadanía
“de modo general, la democracia política es tan sólo una de las formas posibles (aún cuando sea teóricamente normal para el capitalismo “puro”) de la superestructura del capitalismo. Como lo prueban los hechos, el capitalismo, lo mismo, que el imperialismo, se desarrolla bajo cualquier forma política y subordina todas estas formas”. V I LENIN
Un analista atento de la realidad política de Salta hacia mención de que votar a Urtubey, Romero u Olmedo, inspiran una sensación de temor en la ciudadanía, porque en el ejercicio del gobierno en algo les pueden cambiar la vida, por su capacidad de hacerles daño o de beneficiarlos con sus políticas; y que el Partido Obrero (PO), no genera ningún temor porque está la impresión de que no pueden hacer nada. Es interesante llevar hasta el fondo esta lógica y poder a partir de allí, hacer un análisis del escenario político de la provincia de Salta.
¿Por qué pueden hacer daño Urtubey, Romero, Olmedo? ¿Porque son malos, porque practican boxeo o algún arte marcial, etc.? La respuesta es no. Pueden hacer daño porque ellos representan el poder en la provincia y el poder tiene una larga tradición de daño, porque nació chorreando lodo y sangre. Si uno apunta al poder concentrado en la provincia y señala, Ingenio San Martín del Tabacal, La Moraleja, Salta Forestal, se puede recorrer la historia del saqueo a los recursos públicos en beneficio privado, con democracia o dictadura, siempre con muertes en el medio producto de represiones o explotaciones brutales (los aborígenes muertos el ingenio como mano de obra regalada, las villas miseria que poblaron la periferia del Galpón, luego de la cesión a precio vil de Salta Forestal a Olmedo, Romero y CRESUD), la entrega del Petróleo y el gas, a manos de las multinacionales, el desguace de YPF, la lucha de los piqueteros de Mosconi y Tartagal y Romero que se cargó cinco muertos junto el desastre social que significaron esas privatizaciones, y por supuesto la entrega del Bco. Provincial de Salta a Brito que a través del Macro maneja el 94% del movimiento financiero de la provincia, este es el poder en Salta, del que se habla poco y esta claro que no hicieron sus fortunas “trabajando”, las forjaron apropiándose del aparato del estado. (Sobre este tema recomiendo mis notas, sobre la trama mafiosa del poder económico en Salta).
A partir de construir poder, es decir fuerza material para dominar a la sociedad, desarrollaron y se apropiaron, dominando también la superestructura jurídico-política (poder judicial, escuelas, universidades, iglesia, medios de comunicación, aparatos culturales, etc) y la cargaron de su sentido de clase.
Vale precisar aquí el concepto de ideología entendido como concepción del mundo; hay una forma de mirar el mundo que tiene una metodología, una coherencia, una sistematicidad, que puede ser positivista, funcionalista o marxista; y hay otra ideología que se expresa como sentido común, y que es caótica, contradictoria, sin método y que son las ideas dominantes, que pertenecen a la clase en el poder y que se reproducen en las cabezas de las mayorías populares. Es decir las ideas conservadoras, ultramontanas de derechas son dominantes en la provincias, para no irnos lejos en el tiempo, no porque Ulloa, Gómez Diez, Romero, Urtubey u Olmedo, nos hayan ganado a los hombres de izquierda un debate en el Teatro Provincial, sino porque hubo una dictadura que eliminó cientos de militantes y dirigentes populares y de izquierda, algunos de estos personajes luego se reciclaron en democracia y por ultimo fueron los verdugos y no las víctimas los que hicieron los “balances» y lo pasaron en «limpio ”; el caso del gobernador Ragone, tal vez sea paradigmático en este sentido, en la nómina de todos los gobiernos peronistas (como mínimo) posdictadura, figuraron personajes que impulsaban la intervención de la provincia y la destitución de Ragone; son los responsables políticos de su desaparición y en muchos casos se los ve rindiéndole sentidos homenajes. Así es el poder, es fuerza material y fuerza cultural.
En estas circunstancias es donde alcanza plena vigencia la cita de Lenin, cuando ven en riesgo sus intereses los capitalista subordinan las formas del funcionamiento democrático a la defensa de sus intereses.
Así las cosas, la excelente elección del PO en la ciudad capital de Salta es posible entenderla en una perspectiva que combina por un lado la inutilidad tanto del gobierno provincial como municipal, y por otro una presencia sistemática desde el año 83 en las compulsas electorales y en el acompañamiento de los conflictos sociales, que le posibilitaron luego de la debacle del 2001 y el acceso posterior a representaciones institucionales, instalarse como una marca registrada en el mapa político de la provincia.
La inutilidad de los gobernantes y el proceso de cooptación del PJ (Partido Justicialista) de partidos como el Radical y el PRS (Partido Renovador de Salta), dejaron sin sustentación a la idea de una democracia de partido, sobre la base de un pluralismo competitivo, forma pomposa con la que se denominaba el bipartidismo en la argentina (pluralismo entre dos partidos del establecimiento claro está), explican en buen medida cómo una fuerza, que no tiene fuerza (no dirige sindicatos, ni centros estudiantiles, ni tiene extensión territorial) haya salido segunda en la capital.
En estas circunstancias el voto al PO recorre todos los registros posibles, desde el
– 1) voto bronca contra la partidocracia tradicional, hasta un componente de representación
– 2) al hombre común (en una sociedad conservadora como la salteña este es un registro peligroso), es aleccionador en este sentido la experiencia de Italia en 1942 con la constitución del Partido del Huomo Cualunque, los lugares comunes aquí son:
– a) que se vayan todos ¿y que venga quién? ¿Los milicos, los empresarios?,
– b) la política no me da nada, y el más complicado el que plantea que,
– c) la política no sirve (ejemplo de esto es lo que cortaron boleta Olmedo senador, López diputado) y genera una enorme anomia social, caldo de cultivo para propuestas ultramontanas de derechas, marco en este sentido que si bien en estas elecciones penetró sectores populares de la ciudad, todavía sus mejores performances se producen en los sectores mas acomodados ) ,y en una proporción mínima
– 3) un voto ideológico de izquierda.
La denominación Partido Obrero, se presenta ante la sociedad como un significante vacío, es decir no enuncia nada (como por ejemplo si lo hacen otras denominaciones de izquierda ej: Partido Comunista, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Izquierda Socialista, Partido de los Trabajadores por el Socialismo etc.) y así es pasible de ser llenado ese vacío por quien toma dicha marca, a esto hay que sumarle una práctica política-gremial economicista, entendida sólo como lucha reivindicativa inmediata, forma y contenido que lo acercan mas a las maneras de un partido laborista, que a una fuerza revolucionaria.
Claro está que en la concepción de partido que se autoproclama vanguardia la idea de articulación de lo político y lo social se da en el seno del mismo.
Su exitoso desempeño electoral lo coloca ante la posibilidad cierta en el 2015 de disputarle la intendencia de la capital al partido justicialista (este es un ejercicio interesante de hacer) y ante ese trance histórico, con un gobierno provincial y nacional en contra, con gobiernos latinoamericanos a los que combate, (ej Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, etc.) con masas populares que lo votarían pero que no dirige, con dificultades para armar el plantel jerárquico y administrativo por carencia de cuadros, lo pondrían ante la “paradójica” situación de tener que acordar con el Isismo para poder funcionar, salvo que se piense que con la solidaridad de la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires) y de la LIT (Liga Internacional de los Trabajadores) alcance.
El problema del poder está asociado a la construcción de fuerza organizada, el 2001 evidenció claramente los límites de todas las izquierdas que fuimos incapaces de catalizar la furia del pueblo que tumbó a cinco presidentes y mucho tiene que ver nuestra anorexia e incapacidad de parar una alternativa amplia y profunda, amplia por su composición y profunda por su programa; que se planteé desarrollar transformaciones estructurales, de carácter socialista y antiimperialista que es lo que se abre paso en América Latina y que es lo que esta vacante tanto en la Argentina, como en Salta.
Escribo estas líneas a sabiendas de que va a tener cero impacto en la voluntad de los electores, pero con el convencimiento de que el éxito electoral del PO, interpela más a las fuerzas de izquierda que a las clases dominantes y con la responsabilidad de advertir que ningún partido en la historia Argentina por mas poderoso que haya sido, pudo resolver por si solo el problema de muscular una fuerza poderosa que dispute con posibilidades de éxito el Poder en nuestra Patria.
En este sentido por ahora el éxito del PO es sólo del PO…
– Fuente: www.elrevesdelatrama.com (Enviado en colaboración a Salta 21, para su edición)
