Este poder de selección vertical puede sacar de la escena cualquier noticia molesta para ese poder, sea por vía negativa o positiva.
Una teoría comunicacional bastante madura, la del gate-keeper, propone entender la construcción de la agenda noticiosa de los medios como un proceso en el que la irrupción al medio, o a la sección de un medio, de las noticias está regulada por un portero que selecciona, valora, filtra y censura aquello que se pondrá a la vista y al oído del consumidor mediático. El poder del portero, el que controla el derecho de admisión mediático, es tan imponente cuanto más poderoso es el medio. En la sociedad de los conglomerados multimediáticos, este poder de selección vertical puede sacar de la escena cualquier noticia molesta para ese poder, sea por vía negativa o positiva.
Así el dueño o los dueños o el empleado de jerarquía de aquellos indican con toda claridad el tono general de una línea editorial y precisa que sólo las noticias “negativas” sobre alguna área de gobierno o, en reversa, las “positivas” de la oposición a un gobierno sean colocadas en escena. El portero, que es un gran pedagogo, adiestra a sus auxiliares, quienes rápidamente ejecutan la tarea y que, en la mayoría de los casos, se adelantan a las previsiones de sus mandos naturales por convicción adquirida o como medida de autopreservación.
La política ha sido común a los sistemas informativos y se ha exacerbado en la Argentina de los últimos años. Uno de esos casos de borratina organizada es la cantidad y, sobre todo, el modo de lo que se dedica al área de la Defensa. Dos no-noticias lo ilustran. Hace pocos días, Agustín Rossi informaba sobre una sorprendente noticia. Después de una visita a Puerto Belgrano, el Campo de Mayo naval, el funcionario comunicaba que el género del 60 por ciento de los aspirantes a dar el examen de ingreso a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA) era… el femenino. La información denotaba un hecho revolucionario en la estructura militar, pero no mereció línea, ni siquiera retorcidamente crítica, del complejo mediático dominante. Este episodio es parte de la larga lista de objetivos alcanzados por la activa política de género en las FF.AA. intensamente desarrollada por el curso kirchnerista. Es consecuencia y se suma a los cambios que liberaron los matrimonios entre oficiales y suboficiales, protegieron el desempeño de las madres en guardias y diversas funciones, el enfrentamiento a la violencia de género, la jerarquización del desempeño militar de las mujeres en la historia argentina, la apertura de oficinas específicas para el tema en las fuerzas, la habilitación de la mujer para las más diversas funciones, entre otras. El ministro Rossi también anunció que, por primera vez, una mujer desempeñará el cargo de agregada militar. Será en la embajada en España.
Otro botón para la muestra. El pasado día 15, el funcionario inspeccionó la Guarnición Militar Junín y allí le fueron exhibidas nuevas armas para la Artillería del Ejército. Son cuatro coheteras, un equipo artillero popularizado por los rusos durante la Segunda Guerra Mundial como “el órgano de Stalin”. Rossi afirmó que este equipamiento supone “un salto cualitativo en la modernización del sistema de armas del Ejército Argentino” y lo calificó como “el material más nuevo que posee la fuerza”. Los equipos fueron producidos por Fabricaciones Militares y diseñados por el Citedef (Centro de Investigaciones Tecnológicas para la Defensa). Las armas que están en el Grupo de Artillería 10 y el Grupo de Artillería Sistema de Lanzadores Múltiples (Gascm) 601 constituyen un ejemplo de ejercicio de la autonomía en la provisión y/o reparación de material militar, como lo son la modernización integral del buque rompehielos Almirante Irízar en los astilleros Tandanor en Costanera Sur o el desarrollo el avión Pampa de instrucción en la Fábrica Militar de Aviones Brigadier Juan Ignacio de San Martín en Córdoba.
Sin revolución de género y la mayor autonomía tecnológica resultaría difícil pensar en una defensa con perspectiva nacional y sudamericana, bajo control político civil. El tema es también que el pueblo o la opinión pública sean informados de que ello se está haciendo.
– Por Jorge Luis Bernetti – Ex director de Comunicación Social del Ministerio de Defensa (Texto enviado por el equipo de Carta Abierta)