Luego de las últimas elecciones legislativas salteñas y ya con los ánimos más calmados, se puede sacar algunas conclusiones de estos enigmáticos resultados.
Enigmáticos porque sencillamente los resultados favorables a un partido trotskista, como el PO, traen un mensaje a la comunidad democrática de la provincia.
Lev Davídovich Bronstein es el nombre real de “León Trotski”, que es el pseudónimo que se atribuye y es el nombre de un carcelero de este judío-ruso nacido en Ucrania el 7 de noviembre del año 1879. Varias veces exiliado tuvo controversias con Lenin, quién lo llamó el “Judas Trotski”. Finalmente alineado con este en la revolución de Octubre de 1917, su participación deja muchos beneficios desde sus distintos puestos en el partido comunista ruso.
Con la desaparición de Lenin del politburó, Trotski queda como principal miembro del partido, pero las internas lo acusan de traidor y finalmente es exiliado siendo recibido por el gobierno de México en 1937. Stalin, su férreo opositor y perseguidor, da la orden de asesinarlo, cometido que luego de un primer fracaso se logra el 20 de agosto de 1940.
Trotski, fundador de la cuarta internacional fue el promotor de la revolución marxista desde una postura antiburocrática y se consideraba y muchos lo consideran hoy una especie de mártir del Marxismo entre los mismos marxistas. Es decir, que es la máxima expresión de la traición en un proceso socialista que se considera mundial e imparable, según los puritanos seguidores del socialismo inspirado en el pensamiento de K. Marx.
¿Qué hará y no hará el PO en su participación legislativa en Salta, tanto en las cámaras como en el Concejo Deliberante de la Ciudad?
En primer lugar, seguir expandiendo su doctrina y pensamiento retrógrado ya que las sociedades actuales no funcionan como las de antaño rusas o europeas. Hoy existe la globalización, la informática y una avanzada y descollante tecnología que llevan a la persona humana a horizontes realmente desconocidos.
Por el tema de ser una corriente ideológica nacida de la permanente oposición, desconfianza e idealismos y por lo tanto dogmática en sus creencias, no tendrá buena convivencia con las demás fuerzas políticas, es decir, cero en pluralidad, y esto de hecho acarrea un riesgo para la democracia. El PO no tendría el más mínimo problema en minar el sistema democrático para imponer sus dogmas sociales. Su clamada revolución no se da de manera natural y en armonía. Siempre se retroalimentó de violencia, muerte e imposiciones.
En el ámbito moral de la ciudadanía nunca estará de acuerdo con la vida, al menos antes de nacer y en los últimos días de una persona. En ambos extremos se desprecia la debilidad humana por la fallida idea del súperhombre Nietzschista. No apoyará jamás las creencias religiosas de las personas porque estas también expresan debilidad, pues pregonan la necesidad de un ser supremo, trascendente y absoluto, el totalmente perfecto, fuerte; el totalmente amor, redentor,
etc…todas características muy necesarias para que el hombre se sienta pleno, pero allá lejos de esta vida.
El PO hablará de justicia y bregará por ella condenando a muchos que actualmente hacen y trabajan por esta. Luchará contra la corrupción viendo corrupción en todo aquello que represente poder y no esté de acuerdo con la forma de vivir que plantean. Intentará exterminar el capitalismo y la propiedad privada.
El PO se pone al lado de los desposeídos, los humillados, los que sufren injusticias, pero sólo como una voz que en definitiva lucra para sí aspiraciones de poder político…y así…
Si bien los perdedores máximos de esta elección fueron las fuerzas de oposición, también el gobierno de la ciudad, de signo oficialista, fue barrido. La senaduría provincial es un llamado al actual partido gobernante y nadie de la clase política salteña puede considerarse exento de este oleaje rojo.
Ya lo advertía de alguna manera Mons. Cargnello en su homilía del pacto 2013 del Milagro Salteño:
“La celebración del bicentenario de nuestra patria nos está reclamando actitudes capaces de transformar los vínculos entre los que habitamos nuestra tierra. Jesucristo amó a su patria. ¿Qué significa para nosotros, en esta hora de la historia, ser ciudadanos responsables? Más allá de las situaciones nuevas o viejas que nos tocan vivir, sigue siendo necesario que cultivemos el respeto por el vecino, la capacidad de realizar bien el propio trabajo, la contribución honesta de tributos y servicios, la exigencia de la buena administración, la voluntad firme de no doblegarnos ante las dádivas partidarias, la capacidad crítica para advertir las vanas promesas, y para situarnos con libertad ante quien se ofrece para gobernarnos y ante nosotros mismos. Es urgente que los candidatos funden sus aspiraciones en la probidad moral demostrada a lo largo de sus vidas, en el valor de sus proyectos, en el compromiso por el bien común y no en propagandas vacías tan cargadas de emotividad cuanto carentes de propuestas”.
– Por Hugo Luis Daher
NdR: Para Salta 21 Cargnello no es santo de su devoción. Salta 21 celebra la derrota del oficialismo y considera que el triunfo del PO es un síntoma de hartazgo del pueblo salteño frente a una política no representativa de la mayoría. Salta 21 considera que el PO sigue siendo minoría. Salta 21 no vaticina tremendos pronósticos con respecto al PO, partido de la democracia. Si bien su base ideológica no es la mejor ni es la admitida por muchos, consideramos que el PO ha de hacer una lectura positiva de los nuevos tiempos. Salta 21 está a favor del aborto y de la libertad de cultos. Salta 21 considera que la religión debe enseñarse en los lugares afines.
¿Otra vez, Marx declarado «caduco»?…
Estimados lectores:
Antes que nada y a pesar de no ser un marxista leninista y que considera que el leninismo, no es fiel en más de un aspecto al pensamiento del nacido en Tréveris, mis humildes y sencillas felicitaciones a los del PO por los objetivos electorales que se propusieron conseguir.
No me detendré en si el PO, el leninismo y el trotskismo, como una rama dentro de ese inmenso campo que es el leninismo…, serán lo que fueron en el Siglo XX, cuando las mal calificadas «revoluciones socialistas», fueron dudosamente, revoluciones y de socialistas no tenían sino el nombre y nada más. Al menos, desde cierta lectura no blindada de las teorías de Marx.
Me ocuparé de las sentencias que declaran implícita e indirectamente, que Karl no supo entrever los cambios actuales y que sus hipótesis son eurocentristas.
Respecto al etnocentrismo de Marx, yo mismo lo indiqué en numerosos textos de mi autoría, que van desde artículos periodísticos de «divulgación» hasta mi propia Tesis Doctoral. Es una de las cosas que hay que diluir en el oriundo de Prusia.
Sin embargo, el eurocentrismo no es todo Marx, como los yerros de Freud y de Lacan, no son todo el Psicoanálisis…
Con relación a que las colectividades del Siglo XXI cambiaron tanto, que no sirve o es inútil, caduco, etc., lo que pueda provenir del pasado, comenzaré por recordar lo que enunciaba Jay Gould, en un libro sobre Darwin, en el que se aludía a quienes declararon concluyentemente, superado a Sir Charles Robert y al darvinismo, en cualquiera de sus facetas.
Dice pues, Gould:
«… pocos sucesos atraen más la atención que la proclama de que han muerto (determinadas) ideas … La teoría de Darwin de la selección natural ha venido siendo un candidato perenne para el enterramiento» –Gould, Jay Stephen (1983): Desde Darwin. Reflexiones sobre Historia Natural. Madrid: Hermann Blume Ediciones, p. 25.
Marx no es Sir Charles; verdad. Al contrario de lo que supone el leninismo e innumerables comentadores de Karl…, el amigo de Engels NO PRETENDIÓ FUNDAMENTAR NINGUNA CIENCIA ni tampoco, la inevitabilidad del socialismo o la inexorabilidad del fin de las sociedades escindidas en clases.
Lo que no significa que Marx no fuera científico o que no practicase la ciencia, en sus denuncias contra el capitalismo, que es un modo de producción que, por más transmutaciones que sufra…, se mantiene con base en la oposición entre capital y trabajo. Karl fue crítico y ejecutaba lo que denominé, crítica deconstructiva.
En lo que hace a que el orden burgués se conserva en su «esencia» más o menos, a pesar de las enormes permutaciones que sufrió desde sus orígenes…, cabe recordar que no es el único método de producción que se alteró y no obstante, mantuvo lo que podría denominarse como «contradicción principal», que me suena a un maoísmo que me desagrada. El feudalismo no se conservó tal cual durante sus mil años de duración, pero en lo sustancial, el modo de producción feudal se apoyó en las diferencias de clase entre terratenientes nobiliarios (señores feudales) y campesinos siervos de la gleba –los que pagan en faenas, especies o dinero a los terratenientes por el uso del suelo.
El capitalismo, y otra vez, a contrapelo del leninismo…, es un método de producción JOVEN Y NO SENIL, y lamentablemente, si las cosas siguen su curso, le queda por lo bajo, 3 siglos más de supervivencia. La revolución que demuela el capitalismo, no está a la vuelta de la esquina. Y ESO LO SABÍA MARX. Demostrarlo con las citas pertienentes, haría la glosa interminable y es prohibitivo en el marco de un comentario.
Lo que puedo afirmar humildemente, es que los que sostienen livianamente, que el amigo de Engels desconocía que el capitalismo podía perdurar durante unos siglos más de lo que el Marx de El Manifiesto Comunista, pensaba…, IGNORAN gran parte de los libros sustanciales del oriundo de Tréveris, como son los Grundrisse y Teorías sobre la plusvalía.
Insistí en otros sitios, que son los Borradores y Teorías sobre la plusvalía, que ni siquiera los eruditos consultan…, las obras PRINCIPALES del amigo de Engels, aunque no estén acabadas como el tomo I de El capital. No es entonces, El capital el proyecto cumbre de Marx. Aunque suene escandaloso, el volumen 1 de El capital, es relativamente, simple en comparación con El capítulo VI (Inédito), y con relación a los tomos 2 y III de El capital. Sin embargo, estas obras no son nada con respecto a la complejidad de los Grundrisse y de Teorías sobre la plusvalía, si es que deseamos indagar al «genuino» Marx, que no es el de los manuales ni el de las sentencias rápidas y fulminantes en su contra.
Precisamente, en los Borradores el amigo de Engels muestra un futuro del orden burgués que en, cierta escala, ya se concretó PERO QUE EN OTRA, NO. Ni cerca se encuentra de eso.
Y aquí sí son precisas las citas, para que no se vea en lo que digo una defensa de creencias a las que no me resigno a abandonar, por una apego psicoanalítico a ellas.
Con respecto a que el capitalismo es una sociedad del conocimiento, tal cual lo afirmaron muchos postmodernos…, el esposo de quien fuera LA CO AUTORA de El Manifiesto Comunista, i. e., de «Jenny», anuncia que el despliegue del capital en su complejidad, supone la circulación del saber, de la información y un desarrollo acorde de los mass–media (volumen 2 de los Grundrisse, p. 33 y ss.).
En lo que hace a que el régimen burgués todavía está en pañales ante un futuro hipertecnológico, también el tomo II de los Borradores nos sorprende.
En las pp. 227 a 230, Marx establece que habrá un capitalismo con un despliegue tal de ciencia y técnica, que el trabajo humano quedará reducido a la mera supervisión y en el que el automatismo de la producción será casi completa.
El amigo de Enges había leído a Babbage, que como se conoce, es uno de los fundadores de la robótica y de la cibernética. Por ende, lo que Marx está diciendo es de una enormidad incalculable: el capitalismo será capaz de un nivel de desarrollo similar al de Star Wars, en el cual las máquinas interactúen con los humanos en la producción de riqueza. ESO NO ESTÁ NI PRÓXIMO EN EL ORDEN BURGUÉS ACTUAL. Por ende, la vigencia del esposo de «Jenny», la co redactora de El Manifiesto y que fue la que dijo «¡Proletarios del mundo, uníos!», es incontestable, hasta que fallezca el capitalismo.
Para mí y por argumentos que no puedo desempolvar acá, Marx será contemporáneo allende el socialismo, porque su postura crítica deconstructiva y su llamado a la liberación global de los hombres de todo lo que nos oprime actualmente, como el tiempo…, es algo que no caducará jamás. Y seguirá siendo vigente porque él mismo dijo que no era marxista y que en consencuencia, alguna vez, podría no servir.
NINGÚN PENSADOR DIJO DE SÍ MISMO, que podría caducar. Como el amigo de Engels lo hizo, eso lo hará paradójicamente, actual y contemporáneo, cualquiera sea el momento histórico.
Así pues, no dejo de asombrarme de las necrológicas de un Marx que no es leninista, porque Il’ich tuvo que ser marxista Y NO LO FUE…, y que es un muerto demasiado vivo. Y no muchos tienen esa suerte… –http://www.youtube.com/watch?v=88kZIM6zXn0.
Fuera de glosa: ¿Por qué lo hermoso nos cuesta la vida?
¿Será la sangre posible, la fiesta posible, en la nada imposible,
como expresa Gelman…, en un mundo que no sea de ciegos caminantes, en una noche eterna de pena o de melancolía gris? (http://www.youtube.com/watch?v=UNXM1LC2-Oc).
¿No vendrá una época de luz en medio de tantas oscuras sombras que rodean la niebla que somos, la nada que somos, la tristeza que somos?