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sábado, noviembre 23, 2024

El Lobo de Wall Street: mafia, fraude y ambición extrema

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Leonardo DiCaprio recibió el Globo de Oro días pasados por su actuación en el film. Una cosa es enterarse de la noticia y otra, muy distinta, verlo en pantalla. The Wolf of Wall Street está nominada a cinco premios Óscar: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Principal, Mejor Actor de Reparto y Mejor Guión Adaptado (Terence Winter).

Cuando uno sale de la sala después de 3 horas aproximadamente, si alguien estuviera parado allí para encuestarte o para preguntarte si te gustó el film, la respuesta no sería tan simple como sí o no. Y resulta de esta manera porque la película te deja con una fuerte inquietud, y necesitas al menos unos minutos para reponerte. Instantes posteriores puedes decir que sí, pero no es una afirmación sencilla, tiene matices, y la parte reflexiva es lo que le da el tono necesario a la respuesta.

Introducirse en esta película es como subirse a una montaña rusa, produce la misma sensación de vértigo y adrenalina. Cuando Jordan Belfort, Leonardo DiCaprio, se convierte en un nuevo rico, cada escalón en su vida debiera causarte alegría, pero provoca una ambivalencia casi insoportable, celebras en tu interior pero al mismo tiempo sientes pesadumbre. Hay en el mundo del protagonista un exitismo abrumador, la pobreza cambia al lujo y de momento admiras la capacidad del tipo para volverse extremadamente rico. Pero lo que rodea su vida, la adicción al sexo y a las drogas, la vulnerabilidad ante la ley, los estados delirantes producto del consumo, las orgías con prostitutas y la lluvia de dólares, recalan en un lugar poco deseable, que de lo sacado y loco pasa a lo riesgoso y enfermo. De la noche a la mañana, Jordan se transforma en un excéntrico estafador.

El contenido del film es de alto voltaje. De paso sea dicho, fue vetada en Malasia y Nepal. De la mano de Martin Scorsese, el director, la historia de unos corredores de bolsa se convierte en un obsceno retrato de la ambición, que surge con todas sus fuerzas y cuyo único límite es la cárcel. Por otro lado, es un master class sobre cómo engañar a la gente. Esta obra maestra de Scorsese muestra sucesos de los 90 desde la autobiografía de Jordan, quien cuando se “gradúa” de corredor de Wall Street, pierde su empelo después del conocido lunes negro. Eso marca su inicio en la empresa que monta personalmente.

DiCaprio es sencillamente extraordinario. Acompañan con notoriedad a este animal de la bolsa, un elenco integrado por Jon Berntal, conocido por su papel en la serie The Walking Dead, Mathew McConaughey, Jonah Hill, Spike Jonze, Margot Robbie, Joanna Lumley y el francés Jean Dujardin.

La australiana Margot Robbie de apenas 23 años, quien ya DiCaprio.jpgacapara la atención de muchos cineastas y de la prensa mundial, deslumbra por su belleza, su exótica sensualidad y sus cualidades interpretativas como la mujer de El Lobo, Naomi Belfort. Pero ni el deseo ni la pasión ni aún la paternidad, ponen un freno al duro hombre de negocios, quien se ha echado una fama poderosa en New York. Por el contrario, potencian sus instintos.

Como anécdota, les contamos a nuestros lectores que la película en DVD y Blu-ray, se verá íntegra, es decir, con 4 hs. de duración, y promete mostrar más sexo entre Robbie y DiCaprio. También es de destacar que lleva recaudados 200 millones de dólares desde su estreno mundial en salas convencionales, lo que habla de un verdadero récord para un film de este género. También marcó récord la palabra Fuck, que se pronuncia 506 veces a lo largo de la cinta.

Cocaína, metacualona y otras drogas, marcan el deterioro y crisis total del protagonista, quien parece una fuente inagotable de recursos para generar dinero. El triunfo marca su derrota, el precio es alto y El Lobo está dispuesto a pagarlo centavo a centavo, millón a millón.

En la escena final, con Kyle Chandler como el Agente Patrick Denham, el gran cazador de estafadores, Martin Scorsese traza la paradoja más increíble de esta historia. En un colectivo, el tipo viaja como de costumbre, en la más asquerosa pobreza, imagen que se opone por completo al lujo y a la lujuria desmedida que llenaron nuestra vista por 180 minutos. Denham, quizá, saborea el triunfo de lo único que las grandes fortunas no pueden comprar: la honestidad.

Un film excitante hasta la médula. La pelota para cuando te sientas a pensar lo que acabas de ver.

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