Balance positivo porque el objetivo, que es convocar al público para que este participe de los espectáculos, fue cumplido. La idea de federalizar los escenarios y llegar a más gente es sumamente importante. El público entendió que no hay que ir a la peluquería para asistir al teatro ni tomar una clase extra para entender una obra.
Fue emocionante ver a los espectadores de todas edades, hombres, mujeres y niños, disfrutar de las obras, de unas más que de otras. Quiero resaltar el valor teatral de las obras, creo que no debemos perder de vista que si bien algunas obras acaparan la atención del público, lo más importante es el teatro y no el show.
También quisiera destacar, que el INT (Instituto Nacional de Teatro) propició que este evento, “Escenarios de verano”, se realice en forma gratuita en distintos puntos del país: Salta, Córdoba, Mar del Sur y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con un total de 56 obras preseleccionadas y estrenadas hasta fines de 2013. De allí, un jurado nacional, seleccionará lo que considere son las mejores obras que estarán integrando el catálogo del INT Presenta, que luego veremos en próximos festivales del Instituto. A la par del INT, trabajó el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia, con el aporte necesario para los fines en lo que se denomina co-gestión.
Y como dato fundamental, importa subrayar que de Salta, participa el grupo La Faranda con sus exquisitos muñecos, lo cual no sólo debe ser considerado un orgullo para la Cultura local, sino un paso importante del grupo en su pleno acceso a la Cultura nacional.
Con respecto a las obras que cerraron la jornada artística del domingo 23 de febrero, puedo destacar el trabajo en mayor medida de «Rodando a Saco» (foto de portada) de la Compañía Circo Eguap (CABA) con las actuaciones de Dolores Ruiz (Minimi) y Roque Niklison (Roquecycle), ambos, unos verdaderos maestros de la acrobacia quienes recibieron el reconocimiento del público presente con el aplauso y los “bravo”. Actuaron en Plaza 9 de Julio y la gente colmó el lugar.
También se presentó en la plaza, “Arlequín, servidor de dos patrones” del Grupo Tablas rodantes (Santa Fe), que imprimió mucha energía en su presentación, especie de parodia de la Comedia del Arte. La Compañía cuenta con músicos en vivo (Alejo Castillo y Matías Casadey) y varios actores en escena. En mi opinión, se basa más en aspectos externos que le quitan calidad al espectáculo, el cual exagera los gajs y la obra pierde la esencia que el autor de la obra marcó.
Por último, “Las González” (Tucumán), adaptación de Máximo Gómez de la obra de Hugo Luis Saccoccia, subió al escenario de la Dávalos en Casa de la Cultura para cerrar Escenarios de verano. Se visualizó un trabajo puesto en las actuaciones de Rosita Ávila, Emilia Guerra y Melina Hernández, con una puesta sencilla y una historia que por lo absurda, causa humor. Los signos teatrales están puestos en su lugar y agrada al público.
La experiencia de ver teatro en la calle derribó muchos prejuicios que tiene la gente con el teatro: comer panchos, tomar mate, comentar en voz alta, levantarse si no le agrada o quedarse si le gusta, generó una especie de movida popular más amplia. El público se dio cuenta que un tema de Rodrigo, una puteada, lindos cuerpos, talento, música, trabajo físico, clown, circo, títeres, canciones, poesía, bagajes culturales múltiples en cuanto a visiones de mundo, vienen de la mano con el teatro, pero con un plus que no involucra lo mediático ni lo convencional.. El teatro no es lo ceremonioso, lo acartonado, lo “irreal”, sino que el teatro es la vida misma puesta en el escenario. Los artistas son personas comunes, sólo que con habilidades trabajadas y con una proyección de vida que involucra la preparación, el entrenamiento, el aprendizaje, la elevación de la mente a través del arte, la apertura de las sensaciones y emociones, el manejo del cuerpo, de la voz y del escenario, etc. Es un trabajo.
Por otro lado, dejó el pancho, el mate, el comentario en voz alta y la idea de irse si le viene en ganas, cuando ingresó a la sala. El teatro necesita de ciertos códigos que no son otros que los comunes a cualquier tipo de representación, sea en vivo o no, que requiere la atención y el respeto por el trabajo.
Una vez leí en un artículo que el público de cine come y comenta porque en casa ve televisión y hace esas cosas, entonces traslada esas acciones a la sala. La diferencia con el teatro de sala es que el silencio es necesario, la desconexión con los celulares y con el afuera, también; porque al frente nuestro hay seres humanos mostrando un trabajo.
El público de teatro lo sabe, y el que se suma, lo va aprendiendo.
En síntesis, las posibilidades se abrieron, nuevo público se sumó y quien quiso, estuvo. Se piensa que el teatro es elitista, pero no lo es porque quiera. Es una decisión que escapa a su intencionalidad, es menos masivo diría yo, por el formato, por el tipo de representación, porque va contra la tecnología que muestra el cine, porque requiere algo más que sólo sentarse, y es pensar; porque no bombardea con imágenes y porque depende de la Cultura de un pueblo, de su fomento, y de su particular mirada sobre el hecho artístico. Es arte en vivo que toca las emociones y apela a la inteligencia. Quien no lo elige tampoco desaprueba, sólo pierde la oportunidad de conectarse con el mundo, desde otro lugar. Debemos también olvidarnos de los juicios aquellos que consideran que si alguien no va al teatro vive una vida horrible o a medias. Cuando el teatro se vuelve una necesidad, es porque al espectador se le ha generado un deseo. Para ese público deseante, está hecho el teatro.
– Fotos del interior de la nota, tomadas por Salta 21
– Notas relacionadas:
Escenarios de verano Estación Salta 2014: el festival más innovador de la temporada
http://www.salta21.com/Escenarios-de-verano-Estacion.html
Escenarios de verano: Los Zarabella, Las Amaro y Llórame un río en el arranque
http://www.salta21.com/Escenarios-de-verano-Los-Zarabella.html