Del caos al orden. Un domingo cualquiera en un lugar particular, ocho esperan un tren. Quiénes son, de dónde vienen y a dónde van. De la alegría a la angustia, de la risa a la tristeza. Del caos al orden. Pero, cuál es el orden.
Miriam Díaz presentó un trabajo de taller en el segundo piso de la calle Mitre 37, en El Ático. Se inició hace cuatro meses atrás. Esta muestra fue abierta al público y gratuita.
Lo que vi: ocho participantes del Taller de Creatividad en un espacio extraño. Curiosamente extraño. Pero tenía una particularidad: era mágico. Por allí pasaba la vida, el amor, la falta, el deseo, los prejuicios, la necesidad, el hambre, la angustia, la muerte, la risa. Quizá el orden estaba impuesto por la necesidad de una meta. Estar en un andén sin saber si vendrá el tren… la espera “absoluta”… la espera “definitiva”, la espera “eterna”. No esperaban a Godot, ¿o si? Trabajaron la metáfora y la metonimia, las dos formas del sueño.
Miriam Díaz comentó que el texto y la música fueron trabajados por los participantes y que usó la Teoría del caos, de la física, para proponer material teatral. La segunda parte del taller se iniciará el 4 de agosto por pedido de los alumnos.
Para englobar este trabajo, podría decir que se trataba de “teatro experimental”, aunque posiblemente nunca hayan tenido ni siquiera la menor intención de hacerlo. Es una búsqueda y un logro.
Aunque no se llamaron “actores” por su puesta “informal” enmarcada en una muestra de taller, el trabajo tiene un altísimo valor creativo y artístico; creo que cabe preguntarse uno mismo como teatrista si esto en realidad tiene el valor de una obra de teatro. Podrían cuestionarme que no están dadas las condiciones de producción del trabajo. Sin embargo, las apariencias engañan como el teatro mismo.
De “participantes” a “actores”, de “profesora” a “directora”, de “muestra” a “obra”… hay un paso. Aunque no se los puede juzgar por ninguna de las categorías segundas, sólo en las primeras. Muy buenos participantes dirigidos por una muy buena profesora dieron por resultado una muy buena muestra.
“Que lástima pero adiós”, el título, es un recurso más que engloba todo. Pero hay un personaje que al parecer soñó lo ocurrido o simplemente, todo estaba en su cabeza.
Si cierras los ojos / y no haces trampa / te llevaré al acantilado, / sólo debes / dejar colgadas tus piernas / en el vacío. / Será como / estar sentado en casa / frente al televisor, / si abres los ojos / podrías caer / pero si miras / con tu pensamiento / nunca caerás.