Un buen libro es una excelente herramienta que ayuda a los chicos a desarrollar su capacidad de investigación, mejora la ortografía, y aumenta la creatividad y memoria.
¿Quién no exclamó de chico “Mamá, ¿me lees un cuento?» Generalmente a los chicos les resulta fascinante sobre todo antes de dormir, que algún familiar les lea un cuento, ¿pero qué pasa cuando ellos solitos pueden empezar a observar o leer un libro?.
Por más interesante que pueda ser escuchar todas las noches un cuento, el eje de la lectura está en que sea el niño quien tome el libro en sus manos.
La lectura tiene más funciones que el solo hecho de aprender un nuevo cuento, o mirar hermosos dibujos: desarrolla la imaginación, enriquece notablemente el vocabulario, agudiza la memoria y la creatividad, es el mejor ayudante para aquellos que padecen de “horrores” de ortografía (mayores incluidos).
Sin embargo, son muchos los niños que no terminan de animarse a tomar un libro por placer. Ya sea por los juegos, la televisión, videos, algunos libros de lectura poco atractivos, elegidos por algunas maestras, etc. en los libros pueden aparecer miles de maravillas, pero es tomado por algunos niños como una pesada obligación que impone la escuela.
Especialistas en psicología infantil sostienen que es conveniente acostumbrar al niño desde sus primeros años a “manejar cuentos”, el tema es como y cuando.
A continuación, una guía que lo orientará en la elección de los libros:
Al principio, para niños de hasta 2 años, es conveniente empezar con grandes ilustraciones, (imágenes sin textos) y si es posible que tenga una sola imagen en cada página, de modo que ayude al niño a descubrir el mundo que lo rodea.
Desde los 2 hasta los 4 años, los dibujos deben ser familiares al niño, abuelos, familias y ya pueden tener un pequeño texto, pero con letra muy grande, al pie de la página.
Desde los 4 hasta los 7 años, el texto comienza a adquirir mayor importancia. Las imágenes pueden ser más elaboradas y según los conocimientos de escritura que tengan, comenzarán a valorar los cuentos infantiles, aquellos que a través de los años continúan siendo populares, como Caperucita Roja, Blanca Nieves y los Siete Enanitos, Cenicienta, Robin Hood, entre otros.
En plena etapa escolar, de 7 a 11 años, los relatos pueden ser más complejos, humor, fantasía, misterios o aventuras.
A partir de los 11 años pueden seleccionar solos los libros que deseen leer, aunque una orientación nunca está demás. A esta edad, son recomendables donde descubran cosas nuevas, novelas de aventuras, como Julio Verne, o novelistas de amor (para niñas) y cuentos de ciencia-ficción para ambos sexos.
No olvidemos que los libros son una inmensa y riquísima fuente de aprendizaje. Los protagonistas de los cuentos, cada vez son más reales (se parecen más a los niños) y suelen transformarse en ejemplos de heroísmo para los más pequeños. A leer entonces.
– Fuente: rbcprofesionale
