Suelo esmerarme en las citas que abren mis endebles artículos de un columnista sui generis de “Salta 21”, página web que permite esparcir mis razones, pero en la ocasión tales epígrafes no figurarán.
Las citas son buscadas incansablemente, para procurar hacer de lo que tipeo, algo que pueda ser leído con musicalidad; sin embargo, no deseo tales epígrafes en un escrito que enfocará una vírgula de un intelectual que justificó el terrorismo de Hitler, así haya sido en los inicios de Adolf y cuando, según Martin, no se podía saber que el nacionalsocialismo se convertiría en un espanto –excusa que es, por sus giros, una auto acusación inconsciente de Heidegger… (a confesión de parte, aunque sea inconsciente, relevo de pruebas).
El asunto es que cuando era aprendiente o estudiante y asistía gustoso a las clases del Doctor Piñeyro y del Licenciado Germán Giménez, consulté al pensador nazi más allá de lo que en “Introducción a la Historia de la Filosofía” se demandaba, lectura que fue sistemática a lo largo de mis años, a pesar que haya elaborado una única ponencia respecto a Heidegger y criticando su grueso error respecto a que Hegel poseía una interpretación aristotélica del tiempo, cuando el autor de la Fenomenología… era muchísimo más complejo que lo que el intelectual nazi, había enunciado de Hegel no sólo en Ser y Tiempo, sino en su curso acerca del que escribiera La Enciclopedia… –http://www.eumed.net/rev/cccss/25/infinito.html (pesquisa que fue diseminada con innumerables defectos de edición en relación con el original, al que agregamos en archivo).
En esa época, había tenido una comprensión “anómala” o “aberrante”, respecto al Dasein del distanciado con Husserl.
Por lo menos, en Ser y Tiempo, uno de los sentidos del “Dasein” heideggeriano, no es el de abocetar que la esencia de los hombres es estar situados como el Ser que es Ser en un marco o que es Ser–ahí, sino que el “Dasein” se predica TAMBIÉN para los otros entes que rodean a los individuos, sean o no modelados por mujeres y varones.
Los “objetos”, las “cosas”, nociones que no son idénticas ni que tampoco son análogas al ente…, son el Ser que es Ser en cada caso; son Ser–ahí.
Para un heideggeriano ortodoxo eso no es únicamente, un dislate, sino que no merece siquiera el privilegio de una refutación, porque para los analistas autorizados del intelectual nazi, es indiscutible que el Ser–ahí es lo que define a los hombres como aquellos que pueden desandar el Olvido del Ser, en el que trastabillaron la Filosofía y la Metafísica hasta que Martin asomó en Alemania. El Ser–ahí sólo se predica de varones y mujeres.
Por la narrativa de Ser y Tiempo y por el aludido curso de Heidegger en torno a Wilhelm, conocemos que Martin dominaba al autor de la Fenomenología…, de la que efectué un estudio inédito y manuscrito, que esgrime en uno de los pasajes de mi análisis que ese Hegel, había pincelado una dialéctica que no era tripartita, en una oración fulgurante, al inicio de la Fenomenología…, que acabó desapercibida por la obvia preeminencia de la “διαλεκτική” en tres instantes en la que la obra de Wilhelm se estructura.
Por otro lado, Hegel en una frase minúscula de su comentario del Teorema de Euclides sobre el triángulo, dice que el saber matemático representa externamente, el devenir de la Cosa, empleando la palabra vinculada a “Dasein” en calidad de sinónimo de “Ser–ahí” para el Ser–Cosa de la “Sache”. Por lo que filológicamente, en Hegel y en alemán, Dasein tiene más de un sentido.
El conocimiento de Heidegger de Wilhelm, quizá haya influido en que el “Dasein” pueda adjudicarse por igual, al Ser–Cosa en tanto ese Ser es Ser–ahí [1].
Por Hegel, queda demostrado que Dasein en alemán puede albergar el significado que especificamos [2].
Las frases de Ser y Tiempo, pero no únicamente, en ese libro, pueden ser ambiguas alrededor del “Dasein” y por esa multivocidad en Heidegger o en el Martin de Ser y Tiempo, “Dasein” puede no predicarse en exclusiva del Ser del Hombre [3].
Si [3] es así, entonces Dasein puede ser el Ser–ahí de los entes cuya idea, la de ente, lo reiteramos, no es equivalente a “objeto” ni a “cosa” (la noción de ente, es más amplia en Heidegger que la de “cosa” y las cosas son reducidas a objetos por la técnica).
Si [1], [2] y [3] son ciertos, al menos, en Ser y Tiempo y en determinados contextos, el “Dasein” es el Ser–ahí de los entes con los que están los individuos.
Aunque quizá defectuosamente, la interpretación herética de uno de los significados del “Dasein” en Ser y Tiempo, queda argumentada.
– Archivo adjunto: EL CORAZÓN TRANSFINITO DEL TIEMPO