Los padres pueden hacer mucho para prevenir la acción de las pandillas juveniles, evitando que sus hijos ingresen a ellas o bien contribuyendo a erradicarlas de su vecindario. Conozca los caminos para evitar la formación de patotas y mantener su barrio libre de ellas.
Las patotas y su actividad
Los jóvenes se unen a grupos marginales para cubrir necesidades y expectativas no satisfechas en el ámbito familiar, escolar y de su anterior grupo de amigos. Alguna de las razones para hacerlo son: el deseo de pertenecer a un grupo, en búsqueda de excitación, para conseguir protección, para obtener dinero o para lograr una forma de identidad.
Signos de hallarse involucrado en una de ellas
El uso de emblemas y colores determinados.
“Señales de manos” especiales.
Símbolos sobre paredes, libros, y ropa. Grafittis
Uso de determinada ropa.
Posesión de sumas de dinero o compras de artefactos como TV, estéreos o costosa ropa deportiva sin explicación de su origen.
Cambio de actitudes, reacciones violentas, conductas negativas, desagrado hacia todo lo que simbolice orden (maestros, policía, padres).
Conductas ocultas y reserva acerca de sus actividades.
Cambio de amigos, que las nuevas amistades no ingresen a la casa.
Faltas injustificadas al colegio y decaimiento en la aplicación.
Recepción de llamadas telefónicas de personas que evitan identificarse, o lo hacen con un apodo y a la vez preguntan usando un apodo en vez del nombre de su hijo.
Rechazo a la autoridad.
Evidente subordinación a reconocidos miembros de algún grupo.
Interés por las armas de fuego, armas blancas u objetos inusuales.
– Por Lic. Jorge Sáenz
– Fuente: RBC profesionales