Qué gran paradoja en la vida de Nazarena: esto de hacer humor y dejar atrás un pasado doloroso e incomprensible. El público respondió de manera multitudinaria y fue a ver su regreso, así como a las figuras que la acompañan en esta gira nacional que marca un antes y un después en el camino de la artista.
Las palabras finales de Nazarena al término de “Los locos Grimaldi” en el Teatro del Huerto, según pude notar, produjeron gran emoción en los espectadores. A mí también me llegaron. El “te amo Fabián”, “te voy a honrar el resto de mi vida” y “esta leona herida está de pie” conmueven porque nacen desde los profundo de su ser. Su vida tuvo una gran exposición mediática y el dolor no sólo por la pérdida de su hermana sino por la casi reciente muerte trágica de su esposo, conmovió a muchos argentinos de todos los ámbitos. Siento que Nazarena quiso cerrar un capítulo de su vida y ponerse de pie no es fácil frente a la pena más insoportable que debe enfrentar un ser humano: la pérdida del ser amado. Y como dijo Charles Chaplin “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…”
Su manera de ponerse de pie es trabajando y haciendo lo que sabe hacer: comedia. De alguna manera, resignifica la importancia del trabajo que es lo que dignifica a una persona. De allí también el agradecimiento a Javier Faroni.
El elenco que la acompaña en este resurgimiento es notable. Sobresalen en la escena el Negro Álvarez, Luisa Albinoni, Miguel Rodríguez, el Tano Ranni, José María Muscari como Cuki y Dorys del Valle. En el centro, Nazarena Vélez como Dora, la hija preferida del Sr. Grimaldi. Nazarena es una muy buena comediante, como ya lo ha demostrado en reiteradas oportunidades. Tiene un ángel particular y se luce en el escenario. En papeles secundarios se destacan Vico D’Alessandro y Jimena Campisi, quienes aportan la belleza y la frescura de la juventud.
La obra tiene recursos extraescénicos como la intromisión del Papa Francisco y de Minguito, personajes muy bien interpretados por Miguel Ángel Rodríguez. Son tipo sketch que no se unen con la historia pero se relacionan con uno de los personajes, Don Domenico Grimaldi, en un diálogo cortito.
Los locos Grimaldi reaparecen para mostrar cómicamente el interés que algunos tienen en la plata del patriarca mayor; y por otro lado, que la familia, pese a todo, puede volver a reunirse. Los trapos al sol relucen y después de un intento de Francesca de pretender encajarle una hija de 25 años a su ex marido Domenico, todo vuelve a la “normalidad”, que en realidad es la locura de cada uno de los integrantes de la familia. Un ex convertido en trans (Muscari) resulta novedoso en la escena cuando el público se divierte tanto con este personaje. Como con Albinoni haciendo de beoda o Álvarez de licenciado. Una comedia a medio enredo que descubre el telón para poner en la vidriera, cómo es el interior de una familia acomodada.
La definiría como una comedia de personajes, y por detrás de ellos, estrellas que se popularizaron por su aparición en tv, cine y teatro del género. Este es el gancho de la obra que dirige y escribe Atilio Veronelli.
– Fotos tomadas por Salta 21
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A la Veronelli: “Las obras de teatro son como barquitos de papel que uno tira al arroyito»
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La comedia de Los Grimaldi pasó por Salta
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