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jueves, octubre 10, 2024

El formador de públicos, Jorge Dubatti, integrará el Jurado de la Fiesta Provincial de Teatro Salta 2014

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Desde 1989 ininterrumpidamente realiza labor como crítico teatral en diversos medios. Es historiador, coordinador de artes escénicas y docente universitario especializado en teatro. Fundó y dirige, desde 2001, la Escuela de Espectadores de Buenos Aires. Esta es la segunda vez que Dubatti llega a Salta en el transcurso de este año, la primera fue para la realización de un Posgrado Teatral dictado en la UNSa durante el primer cuatrimestre.

Su libro de reciente publicación que se dio a conocer en la Feria del Libro de Buenos Aires, “Panorama teatral. Nuevo teatro argentino”, propone una reflexión filosófica que articula el acontecimiento teatral con los estudios comparados (“la Poética comparada es el estudio de las poéticas teatrales en su dimensión territorial, supraterritorial y cartográfica”, según Dubatti). El volumen engrosa la larga lista de libros referidos al teatro que el especialista ha publicado en más de tres décadas hasta hoy, ya que tiene en su haber alrededor de cincuenta volúmenes de y sobre teatro (antologías, ediciones, ensayos, compilaciones de estudios, libros de conversaciones), entre ellos: “Batato Barea y el nuevo teatro argentino” (ensayo, 1995); “Teatro Comparado. Problemas y conceptos” (ensayo, 1995); “Samuel Beckett en la Argentina” (compilación, 1998); “El teatro jeroglífico. Herramientas de poética teatral” (ensayos, 2002); “Estudios críticos sobre Harold Pinter” (compilación, 2002); “El convivio teatral. Teoría y práctica del Teatro Comparado” (ensayos, 2003); “El teatro sabe” (ensayos, 2005); “Filosofía del Teatro I” (ensayo, 2007).

Quizá, una frase que interprete globalmente la actividad de Jorge Dubatti pueda ser “pensar el teatro” y desde ese lugar es posible abarcar al espectador y a los creadores. El crítico e investigador pone el acento en el espectador al que coloca en el lugar de un productor activo. De esta manera se convirtió en un ícono en la formación de públicos sobre todo a partir de la fundación de la Escuela de Espectadores de Teatro cuyo objetivo es ampliar y enriquecer el horizonte cultural, emocional e intelectual y producir pensamiento crítico. Esta modalidad comenzó a trabajarse en diversos lugares, de hecho en Salta también con su propio formato, a partir de la gestión de Cristina Idiarte en el INT.

Sin lugar a dudas, el historiador siente que tiene una misión en la vida, y es desterrar del imaginario colectivo el prejuicio que se tiene contra el teatro. Para él, es tanto o más valioso que el cine y la televisión según cree que “el teatro absorbe”. Eso significa que el teatro puede pensar la realidad desde todos los ámbitos y que además, invita a pensarla. Según Dubatti el teatro pone en juego “saberes técnicos, metafóricos, conviviales, terapéuticos, sociales, políticos, filosóficos”. Su valor radica en que se trata de un “acontecimiento cuerpo a cuerpo”, es lo que él llama “cultura viviente” y que se da justamente en la reunión de los artistas y el público, en el “convivio”.

Su contacto con el teatro de Buenos Aires donde se presentan mil obras por año le ha permitido concebir ese espacio como un “laboratorio teatral”. Buenos Aires ocupa un lugar importante a nivel mundial por su producción teatral no sólo abultada sino de excepcional calidad.

Para Dubatti el teatro “es una herramienta de resistencia” y podemos agregar, a todo tipo de contingencias.

En esto de evocar el pensamiento crítico el intelectual da un giro al valor del crítico y a la construcción significativa que realiza el espectador sobre la obra. Entiende que el boca a boca llena o vacía las salas. Es una concepción que entronca con la nueva mirada que se ejerce también sobre el lector, quien construye su propia lectio desde su función activa, desde su experiencia lectora. El espectador, según entiendo, ofrece una resistencia frente a la obra de teatro, se coloca frente a ella, entra en juego con los significados y produce su interpretación. El teatro es masilla transformada por el público/los públicos.

Dubatti se refiere a un “teatro comercial de arte”, que es de buena calidad, caro, hecho con actores de renombre que se produce con dinero de varias empresas, con dramaturgia importada, al cual puede entenderse como un producto; y al “teatro independiente” que es el que para él, produce la renovación de la dramaturgia nacional. Es decir, hay teatros y hay públicos. Dentro del mapa teatral argentino, Dubatti ubica “una polifonía de teatros”.

Este año en Salta, la Fiesta Provincial de Teatro viene recargada. Participarán más de una veintena de obras que incluye producciones de capital y del interior, se suma Cafayate y estará presente la localidad de Güemes como cada año, un espacio con actividad sostenida al menos en la última década. La Fiesta estará para alquilar balcones por la diversidad de estéticas, la cantidad de obras y elencos y porque este año, la dramaturgia local parece imponerse.

El plus de la Fiesta será sin dudas, la presencia de Jorge Dubatti como miembro del jurado.

Algo más sobre el visitante:

Nació el 20 de mayo de 1963. Doctor en Historia y Teoría de las Artes de la Universidad de Buenos Aires. Docente por concurso e investigador en la UBA, Cátedra Historia del Teatro Universal. Ejerció el periodismo cultural en medios gráficos, radiales y televisivos: Clarín (PK), Radio Municipal (PK), CVN, Radio América, El Cronista, Canal (á) (PK), Suplemento Cultura de La Nación (PK), Radio Nacional (PK), FM La Tribu y Revista Ñ (PK), entre otros. Coordina el Área de Historia y Teoría Teatral en el Centro Cultural Rojas (PK) de la UBA. Secretario General (2008-10) de la Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral (AINCRIT). Dirige la Publicación especializada Théatron y la Colección Biblioteca de Historia del Teatro Occidental. Ha sido distinguido con el Diploma de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003) por “sus investigaciones en el campo de la cultura”. Ha sido designado “partenaire privilégié” de los Fondos de Archivo de la Académie Expérimentale des Théâtres (Francia) en la Alliance Française de Buenos Aires; recibió la Distinción de ATEACOMP (2007) y el Premio Konex Diploma al Mérito Periodismo-Comunicación 2007 en la categoría Crítica Literaria.

Reflexión final:

(Cita textual) La Filosofía del Teatro nace de la necesidad de cuestionar y superar las definiciones de teatro incluidas en los diccionarios y manuales de teatrología más utilizados.

También, de la necesidad de desenmascarar la concepción monista de teatro que implica la actitud académica de evitar una definición. Efectivamente, en muchos casos, manuales y diccionarios omiten formular una definición, como si no fuese relevante para la teatrología precisar qué es lo que llamamos teatro, o como si fuese imposible acceder a una aproximación del problema. Cuando incluyen definiciones, éstas suelen ser de base semiótica: definen el teatro como un sistema de lenguaje, —expresivo, comunicativo y receptivo— del hombre.

La Filosofía del Teatro afirma que el teatro es un acontecimiento (en el doble sentido que Deleuze atribuye a la idea de acontecimiento: algo que acontece, algo en lo que se coloca la construcción de sentido, por extensión, existencia y habitabilidad), un acontecimiento que produce entes en su acontecer, ligado a la cultura viviente, a la presencia aurática de los cuerpos; a partir de esa proposición, elabora argumentos fundamentales que cuestionan el reduccionismo de la definición semiótica del teatro:

El teatro, como acontecimiento, es mucho más que el conjunto de las prácticas discursivas de un sistema lingüístico, excede la estructura de signos verbales y no verbales, el texto y la cadena de significantes a los que se lo reduce para una supuesta comprensión semiótica. En el teatro, como acontecimiento, no todo es reductible a lenguaje.

El teatro, en su aspecto pragmático, no se ciñe a la función expresiva de un sujeto emisor; como señala el teatrista chileno Ramón Griffero [2007], porque la expresión de un sujeto no es garantía de acontecimiento artístico. Y cabe agregar que, cuando lo artístico efectivamente acontece, excede ampliamente la sujeción al sujeto emisor. El acontecimiento de creación o producción teatral supera la expresión del sujeto productor. Otras veces, el sujeto creador no se “expresa” en el teatro, sino todo lo contrario: reprime el teatro, lo inhibe. Otras, el sujeto advierte que la obra “habla” por sí misma, autopoiéticamente, se expresa a sí misma y no representa al sujeto creador como expresión.

En su aspecto pragmático, el teatro no comunica estrictamente: si se considera que la comunicación es “transferencia de información” o la “construcción de significados/sentidos compartidos”, el teatro más bien estimula, incita, provoca (Pradier), implica la donación de un objeto y el gesto de compartir, de compañía. Si además comunica, el teatro nunca se limita de manera exclusiva a esta comunicación, mezclándose con elementos que favorecen en amplio margen el “malentendido”. Beckett ha sido elocuente al respecto: “Signifique el que pueda” [Cerrato, 2007]. Mauricio Kartun [2006] ha señalado que hacer teatro consiste en “colonizar” la cabeza del espectador con imágenes que no comunican, sino que habilitan la propia elocuencia del espectador, porque incluso el mismo creador no sabría muy bien precisar qué está comunicando. Tal vez, la mejor metáfora de esta función del teatro (y del arte en general) pueda hallarse en la adivinanza sin respuesta del Sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas (1865) de Lewis Carroll: “Me preguntaron tan a menudo si hay una respuesta para la adivinanza del Sombrerero que bien puedo indicar una […] Ésta es sólo una ocurrencia, porque la adivinanza original no tiene respuesta” [prólogo a la edición de 1897, en Carroll, 2005:23]. También puede hallarse en el cuento de invierno sin moraleja que Bernard-Marie Koltès incluye en su Sallinger [2005:53-57, Escena IV].

Hay sujeto emisor, hay mensaje, hay sujeto receptor, ¿pero qué enmarca y hace posibles esas presencias en el tiempo, el espacio y el acontecer?, ¿cuál es la condición de posibilidad última de la existencia y del vínculo de esos sujetos y su dinámica? ¿El lenguaje es el fundamento último del acontecer vital o está inscripto en una esfera mayor y autónoma al lenguaje, la cual involucra el orden de la experiencia? (en Introducción a los estudios teatrales, Jorge Dubatti).

– Fuentes varias

– Nota relacionada:

Destacados de Salta 21: Dubatti, Villafañe y Díaz Bialet
http://www.salta21.com/Destacados-de-Salta-21-Dubatti.html

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