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domingo, noviembre 24, 2024

A «Falta y Resto» lo consagra su trayectoria antifascista

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Por anárquicos e insolentes, se les puede perdonar todo. En tiempos dictatoriales se atrevieron a murguear por los barrios, a ritmear entre la negrada y a acompasar los corazones dolientes, entonces viva Falta y Resto. Anoche en el Teatro Provincial de Salta, Viruta fue el personaje central.

Viruta, de los pobreríos, es el personaje más emblemático de Falta y Resto. Es más: es EL PERSONAJE. Les pudo faltar espectacularidad y sobrar media hora en sus inicios, pero realmente este personaje es un geniecillo de este género, nacido por el 1917.

El humor satírico y burlesco sobre la política, es una nota en la murga rioplatense. Pero en realidad, afecta al poder y no es partidista. Muy de moda está hoy, hablar del de derecha y el de izquierda; para ellos de plano sólo es una ubicación en el escenario, bien jugado irónicamente.

Sus integrantes son: Leonardo Monteverdi, Federico Marinari, Damián Dewailly, Andrés Vázquez, Eduardo Arteaga, Jorge Vidal, Gerardo Dorado, Orlando Da Costa, Ricardo Viera, Raúl Castro, Jair Pérez, Gastón Angiolini y Freddy Bessio. Pero bien sabemos que Raúl y Orlando, acaparan la escena. El «Negro», es Viruta (Orlando).

Diez al micrófono y tres a los instrumentos típicos: platillos, bombo y redoblante.

Interesante pensarnos como que todos somos Viruta. Pero en realidad hay escasez de estos enigmáticos hombrecillos: un Minguito, un Charles Chaplin, un Cantinflas, un Quijote, un Sandrini… Estos personajes críticos en esencia, han quedado como íconos universales. Quizá el único representante actual sea el Viruta de los murgueros uruguayos. Pero convengamos que sólo existen en la ficción. Habría que buscar algo más del lado de “lo real”. Mezcla de inocencia y locura, mezcla de popular y rebelde, mezcla de bondad e ironía, mezcla de provocación y risa… atributos que parecen pertenecer siempre a personajes de la literatura, del cine, del teatro, del carnaval…

Desde el primer tablado el vestuario de Julio Martínez, rojo, negro y blanco, le da sus colores distintivos a la murga.

Anoche el blanco furioso de Raúl llamaba la atención, y toda la murga se iba entre el negro y el rojo.

Las músicas elegidas, casi todas con letras originales prohibidas, y la forma de decir y de cantar entre joven y experimentada, le dan su impronta propia. Bautizada por Tarzán García, nace Falta y Resto, voz del truco criollo que se da cuando parece que el partido está perdido. Cuando lo único que queda es jugarse el todo por el todo.

jpg_falta_1.jpgUna noche oscura y asesina, mala noche, del año 1980, nacía La Falta para consolidarse contra la dictadura. Una veintena de muchachos afiebrados le dijeron no al fascismo con su arte.

Se despidieron con la Retirada Falta y Resto, canción murguera, no sin antes alegrar al público (con algunos lugares vacíos en las primeras butacas), hablar del carnaval, mandarse un tango, hacer diálogos picarescos y decir que está mal visto ser un burgués (aunque la mayoría lo parezca).

Las premisas de la murga son atacar la realidad para cambiarla, proponer, provocar, crear constantemente, influir en la sociedad para mejorarla.

Esperamos que así sea, y no es una plegaria, es un deseo.

Rajemos porque viene la cana, Viruta…

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