Un mar de lágrimas se vuelca sobre un negro teclado. Llueve con una frescura de verano, en este otoño que nos acecha. Se fue la poeta, la escritora de los días cálidos del Tucumán querido. Se fue quien parecía ser un hilo que me ataba a un pasado que construimos con poesía. Lloran las letras del norte y mi alma, en una soledad irreparable en esta noche de nostalgias largas. Partió el sábado 2 de abril, rodeada del afecto de mi primo Rodolfo Chávez Díaz y de sus queridos sobrinos. Lulú y Nicky, sus mascotitas, hicieron sus días más felices en la casa del barrio Kennedy.
El músico Julio Lazarte me trajo la noticia en unas líneas, sobre la muerte de mi tía. Amigo entrañable de Ariadna y quien compartiera su vida hasta el final de sus días. Me duelen las voces de la distancia. Pero nuestro último encuentro con Ariadna hace años ya, sintetizó una vida. Aquel “Retrato” que dedicó y escribió para mí es la fuente de mi alegría, para siempre, para siempre.
Retrato
A Romina Chávez Díaz
Tu presencia
corporiza el aire
en la vibrante y sonora
escala de tu risa,
cuerpo transparente del sonido
Así te recordamos:
Imperial, dueña
de tu imperio
casi constructora
de tus sueños:
¡Salud!
Ahora me toca a mí dedicarle estos versos que salen de mi garganta empañada:
La casa amarilla
A Ariadna Chávez
…donde tu rostro se enluta de flores
la casa!
donde el amor traspone el umbral
sediento de manos.
Pureza escondida
aflora en tus labios
poeta dormida.
Te vistes de espumas
y arrancas el velo
de una novia de letras
de una novia!
Rebelde… sin prisa ni pausas.
La casa que cubre tus ojos de espera
es otra puerta, es otro mundo
es otra línea
de un poema mudo.
Te llevas el silencio
de los amantes profundos
y la cálida sonrisa
de un verso lúcido.
Amaneces toda vez que miras
pues tu mirar es la mágica sombra
de un día eterno
en la casa amarilla.
Su obra
Su poesía ocupa un lugar importante entre los autores de su generación y se consagró en las letras tucumanas y en la literatura argentina. Ariadna, durante su vida, le cantó al amor. Sus poemas absorben una profunda filosofía de la vida. Su poesía figura en antologías argentinas entre las que merece destacarse la Antología de la poesía argentina, con selección y prólogo de Raúl Gustavo Aguirre.
En una entrevista que le hice en 2011, ella dice:
“No fue a partir del amor físico que comencé a escribir. Me enamoré del amor, me doy cuenta a esta altura de la vida. Cuando tenía 14 años hice el poema “Mensaje” a partir del cual entro en la literatura, en el lirismo. Es un mensaje que le hago a la noche y comienzo a usar elementos cósmicos ‘Oh noche, lleva hasta sus oídos el eco de su voz’ dice un verso. Estaba muy rimado, al estilo del soneto. Yo estaba hablando con el amor que me despertaba un hombre que vi desde la ventana y creí que era Lord Byron: ‘Dile noche que desde entonces no lo he podido olvidar’. Fue mi primera experiencia amorosa, sentí la pasión y la quería como experiencia en mi vida. En mí ardía ese fuego y desperté al amor: ‘galopan siete jinetes a tu encuentro…’, dice uno de mis versos”.
Su foto de cuando Ariadna tenía un año era para ella bastante paradigmática. De pequeña, la poeta era una fémina: su ingenuidad era casi adolescente, y su mirada madura, anticipaba la mujer en la que iría a convertirse, nacida para el amor, nacida para el canto, nacida para la inspiración de quienes admirados por su belleza, la retrataron.
Ariadna, “La musa de los pintores”, me inspiró a estudiar la Carrera de Letras cuando supuse que mi camino era escribir. Conservo como pieza de valor, una medalla de plata con las iniciales de mi nombre que me obsequió cuando nos conocimos en el año 1994. Fue en una oportunidad en la que viajé a Tucumán con mi madre, Alicia Mercedes, quien siempre me había referido anécdotas sobre “la Mecha Cháves”. Por aquel entonces, me habían anticipado que su carácter era fuerte. Sin embargo, su fortaleza me conquistó y descubrí a una mujer cuyo interior derramaba pasión por el arte. Su fascinante mundo bohemio se volvía para mí un anhelante hallazgo. El hilo de Ariadna me condujo hacia las letras, irreversiblemente. Pero de algún modo, constituyó el nexo que me faltaba con la familia de mi padre. Y ella logró abarcar la ausencia. Hoy, es un divino tesoro en la historia de mi vida.
La prensa
La Gaceta de Tucumán fue uno de los diarios que más habló de ella. En la nota por su fallecimiento dice:
“Falleció Ariadna Chaves, la musa de los pintores
La poetisa tenía 92 años y fue una de las figuras de la literatura tucumana del siglo XX.
La literatura tucumana perdió el sábado a una de sus exponentes más importantes del siglo XX: Ariadna Cháves falleció a los 92 años dejando su obra y unas cuántas historias de amor por las que era conocida como ‘la musa de los pintores’.
María Mercedes Cháves, su verdadero nombre, había nacido en Tucumán el 24 de septiembre de 1924. Provocativa y sensual, la ‘Mecha’ fue integrante de una generación que marcó la literatura tucumana durante las décadas del ’50 y ’60 y que estuvo integrada entre otros por Guillermo Orce Remis, Antonio Palacios, Arturo Álvarez Sosa y Leonor Vasena.
Pasó su infancia en su casa de Congreso 553, antes de emigrar con toda su familia hasta Chaco. Ya en la adolescencia estudió Filosofía y Letras y en 1951 publicó su primer libro, Poemas (Canciones de la víspera). ‘Representa, ante todo, la pasión. A mi niñez aún la tengo que rescatar. Desde que he venido a esta casa me dedico a la construcción, y a cuidarla. Pero todo eso continúa en mí’, había confesado hace cuatro años en una entrevista concedida a LA GACETA Literaria, de la que fue ocasional colaboradora.
Sus primeros poemas la marcaron para siempre. ‘Los muchachos andaban con este libro bajo el brazo, porque era un libro de amor, audaz para la época. Y ellos recitaban de memoria los poemas. Te imaginarás que en la Facultad era considerada una ‘diosa’. A partir de entonces ya no podía estudiar. Todo ese mundo de bohemios y artistas que comencé a frecuentar no me permitía estudiar. A veces entraba a clases, tarde, con un vestido rojo, de una tela que se ajustaba al cuerpo y que llegaba hasta debajo de rodilla. Te imaginas, ¡ahí nomás se interrumpía la clase! Me reía, me divertía con los relatos de mis compañeros cuando entraba a la facultad. Pero ya había publicado un libro y, para ellos, era famosa’, recordó con su tono siempre provocativo.
Por sus brazos sucumbieron pintores tan afamados como Lino Spilimbergo y Antonio Berni, que incluso la retrató para la tapa de su libro ‘La flor al dueño’. ‘Él (por Berni) nunca había hecho el amor de día. En cierta forma, yo lo inicié, en medio del monte, tirados en la tierra entre las pencas y los árboles, bajo el cielo santiagueño’, se vanagloriaba Cháves sobre sus conquistas.
Siempre activa y fiel a su costumbre de quitarse años, la ‘Mecha’ dejó una huella en el arte y, sobre todo, en toda una generación de artistas tucumanos.
Su obra literaria:
– Poemas (Canciones de la víspera), 1951.
– Las Otras tierras, 1961.
– El Arco, 1962.
– Intemperie, 1977.
– La Flor al dueño, 1983
– Río Circular (Antología), 1987”
Un poema de Ariadna
Terrible Alianza
Estar de paso
en las cosas,
en los seres,
de paso
solamente.
Pero esta necesidad
humana de aferrarse
aun al más pequeño
ruido de este cuarto.
Un pequeñó objeto mío
conoce mi estructura,
ha aprendido de mí
la terrible alianza
con el mundo.
El Arco, 1960.
Homenaje
Este próximo sábado el Maestro Julio Lazarte le rendirá un homenaje a las 11:00 horas en el Hotel Tucumán Center con sus poemas y música de Juan Bautista Alberdi y Johann Sebastián Bach.
Este escrito es mi adiós, la manera que tengo de dejar caer sobre mí las páginas de sus versos. Mi forma de recordarla y de abrazar un destino, acaso un puente que me conecte directamente a su indomable espíritu. Hoy, no somos más que palabras…
– http://salta21.com/Ariadna-Chaves-el-mundo-esta.html
– http://salta21.com/Ariadna-Chaves-La-musa-de-los.html
Adiós Ariadna Chávez, mi musa eterna
La escritura desborda sensibilidad y admiración. Está presente, también, la sensualidad. Sería un buen inicio de una posible, probable y soñada… «Historia de las Sensibles»…
Adiós Ariadna Chávez, mi musa eterna
Mis sentido pésame. Muy tierno y sentidas palabras en este articulo. Abrazos
Adiós Ariadna Chávez, mi musa eterna
Un estrecho abrazo por tus sentimientos. Con el afecto de siempre. José Mario.