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sábado, noviembre 23, 2024

Adolfo Pérez Esquivel: “Es una buena ley para el país”

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El Premio Nobel de la Paz, arquitecto y escultor Adolfo Pérez Esquivel comenzó a involucrarse en movimientos de lucha por la paz, la justicia, por los derechos humanos en todo el mundo y por la no-violencia, en 1971.

Entre 1977 y 1978, fue torturado, encerrado sin juicio e incomunicado en cárceles de la dictadura militar argentina. Estando prisionero, le otorgaron el Premio Memorial de Paz Juan XXIII de la Pax Cristi Internacional. Y en 1980 el Premio Nobel de la Paz.

Con una altura que apenas ronda 1,60 m, enormes ojos a través de sus lentes, próximo a cumplir 78 años, Pérez Esquivel habla bajito pero tiene fuertes convicciones y una claridad mental envidiable. Luego de la aprobación en Diputados de la ley de Servicios Audiovisuales, interrumpió una importante grilla de entrevistas con medios internacionales para hablar con Miradas al Sur sobre los medios, del tratamiento que tuvo la ley y de sus expectativas en el Senado.

–¿Por qué se manifestó en favor de la ley de medios?

– Después de más de 25 años de la ley de la dictadura militar en que ningún partido político tuvo nunca el coraje ni la voluntad política de proponer algo así, pero este gobierno sí. Y a pesar de todas sus dificultades, presenta avances muy positivos. Además, estoy en contacto con gente que desde hace más de 20 años está peleando por una ley de radiodifusión. No tengo compromisos con ningún sector. Soy libre para decir lo que tengo que decir. Si me equivoco, lo voy a corregir. Esto de la ley de medios es muy bueno y es muy importante que salga ahora.

–¿Por qué cree que presentan a ésta no como ley de medios sino como “ley K”?

– Esto no es “ley K”. Esto es una ley de todos los argentinos. Pero lo plantean así para poder atacar a los Kirchner. Y a mí no pueden decir que soy kirchnerista, bajo ningún punto de vista. Yo soy muy crítico con ellos, porque no son gente de diálogo, tanto Cristina como Néstor. Y eso les juega en contra. Es como un “quiero avanzar, pero soy derrotista por convicción”. Soy muy crítico de este gobierno pero no soy opositor. No quiero que este gobierno fracase. Estamos todos en esto.

–También hablan de “revancha K”. ¿Cree que hay algo de eso?

– Para nada. No hay nada de eso. A Clarín le duele porque va a perder el monopolio. Y por suerte, que lo pierda. Pero tampoco queríamos las telefónicas, y esto el Gobierno lo sacó. Lo que sí hay que generar es un ente autónomo, que sea creíble y donde estén el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y la sociedad, para poder regular. Y no sólo regular la ley de prensa sino los contenidos. Y esto no es censura. Porque a los jóvenes no se les debe dar mierda a la mañana, tarde y noche. Y es responsabilidad del Estado transmitir valores, contenido. Vos fijate que en ninguno de todos los programas de este gran monopolio de Clarín se ve ni una sola película de la cultura de los pueblos originarios. No tienen espacio en ningún medio, y no sólo audiovisuales, tampoco gráficos. Están invisibilizados.

–¿Qué opina de los medios que fogonean un golpe de Estado?

–Por suerte, cuando aparecen algunos escritos en La Nación y Clarín, uno sabe de qué lado están. Gente que habla de democracia y no cree en la democracia. Están apoyando a la Sociedad Rural donde Biolcati habla de la situación de los pobres y tiran miles y miles de litros de leche en las rutas, tiran los alimentos… yo he denunciado esto y Clarín no sacó una palabra. Cuando habla “el campo” no habla el campesino y oculta que si aumentaron las villas miseria es porque desplazaron al pequeño productor rural, a la producción familiar y a las cooperativas transformando el país en granero del monocultivo sojero exportador. Y no es fortuito, es porque son sus aliados. Por eso digo que no es libertad de prensa sino manipulación de los medios de comunicación.

–Y si controlan todo, ¿cuál cree que es la opción?

– Los medios alternativos. Durante la dictadura, nosotros inventamos la “noticia del ping pong”. Recordemos que en esa época no había computadoras, ni Internet, ni celulares, no había nada. Nosotros manejábamos un mimeógrafo a manómetro, le dábamos manija para poder hacer copias de nuestras denuncias. Hacíamos 15 o 20 y las repartíamos y volvíamos por más. Si alguien viajaba le pedíamos que llevase una cantidad a una provincia… y así retransmitíamos. Y a las embajadas llevábamos cada semana un informe. Y lo del ping pong llega porque era tan fuerte la censura que había que teníamos que enviar la noticia afuera, para que las tomaran las agencias internacionales, y llegaran al país de rebote. Además, habíamos armado redes en Europa, Estados Unidos y Canadá. Nos jugábamos la vida, porque si nos agarraban con esos papeles, adiós. Y si hoy no se hubieran desarrollado las comunicaciones como se desarrollaron, para transmitir nuestras cosas deberíamos seguir con el mecanismo del ping pong.

–¿Qué cosas aprueba y qué desaprueba de esta ley?

–Creo que son clave estos dos ejes que planteé: por un lado, la participación de las telefónicas, cosa que el Gobierno ya las sacó porque generaría otro monopolio. Y por otro lado, que este proyecto no quede únicamente en manos del Ejecutivo y el Legislativo, porque da lugar al manijazo político. Tiene que ser tripartito, e incluir a las universidades, con representantes de la sociedad, y debe ser un ente autárquico. Y otro tema a tratar es el de las publicidades. Creo que este Consejo debería regular también esos contenidos desde el Ministerio de Educación y desde las universidades.

–¿Pudo ver el canal Encuentro?

–Sí, claro. ¡Es excelente! Pero es sólo un canal. Hace falta dar una mirada latinoamericana, para saber quiénes somos. Hay un proverbio zen que dice: “Si no sabes adónde vas, regresa para saber de dónde vienes”. La dominación no comienza por lo económico sino por lo cultural. Y hoy tenemos una dominación cultural perversa.

–¿Qué expectativas tiene del tratamiento de esta ley en el Senado?

–Espero que los senadores discutan la ley y que la aprueben. Vamos a trabajar para que los senadores tengan conciencia crítica y que no trabajen para su grupo político, sino para el país, para el pueblo. Que dejen de lado las pequeñas cosas partidarias. Esta ley es buena para el país. Tenemos que ver esto con esperanza.

– Foto: Sur
– 30-09-2009 / Por Felipe Deslarmes
– Fuente: el argentino

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