Primera Declaración Indagatoria.
Gracias a mi maltratado inconsciente, que me proteje con olvidos, lapsus, etc., creí que la Declaración Indagatoria a la debía asistir en abril, por disposición de la Dirección de Sumarios, era el próximo 09, cuando au fond, era ¡el 07! El despiste fue tal, que tuve que suspender el encuentro que había arreglado con mi abogado Sebastián Cardó para horas del mediodía, ese mismísimo 07. Así que, el domingo y a toda máquina, con el asesoramiento telefónico de mi patrocinante, tuve que redactar un texto de 6 (seis) páginas donde niego todos los cargos y todos los motivos por los cuales se anhela continuar con una instrucción sumarial, a los fines de obtener una sanción.
Una vez que quede fuera de la universidad por seguir perdiendo concursos de manera sistemática y sintomática, me perseguirá for ever el fantasma, no de la Ópera…, sino el de haber sido sumariado y sancionado en una «Alta» Casa de Estudios. Lo que dará origen al comentario de «si así terminó en una universidad, imaginate cómo debe ser el tipo…».
Tempranito en la mañana, casi con media caja de químicos encima (para el stress, las vitaminas, los desangustiantes), y a la par que conversaba con mis atemorizados hijitos lo que me podría esperar con la bendita Instrucción Sumarial, me puse mi mejor traje, como para aguardar elegante y perfumado a la Muerte, por si venía sin tener ni mi teléfono, que no uso, ni mi dirección, que casi no frecuento, por temor a que mis devenires se bloqueen, y me institucionalice y me torne «simpático», tal cual algunos «foucaultianos», «nietzscheanos», «ecologistas», «indigenistas» y «deleuzianos» que no existen, por supuesto, como Spinoza, puliendo lentes (es más, destruyen no sólo las perspectivas ajenas, sino que intervienen activamente en la aniquilación de los que son genuinos Vivientes y procuran no tener Amos…).
La primera sorpresa, ya en la oficina de la sumariante, fue la excelente disposición a escuchar mis impresiones. Aceptó incluso, añadir al expte. el escrito de 6 (seis) páginas, para que si lo que pudiera enunciar de manera oral, se «tergiversara», con la palabra escrita las ambigüedades, etc., pudieran contrarrestarse.
Por supu, los tres grandes ejes de la Indagatoria fueron la existencia de las «camarillas», las presuntas «irregularidades» contables y lo vinculado con el psicoterror laboral. Acerca de lo primero, sostuve que son impresiones subjetivas y por lo tanto, relativas y que son cuestión de opinión en un sistema democrático, pero que en mi fuero interno, estaba convencido de su existencia.
Sobre los «faltantes» sostuve que desconozco a los presuntos involucrados y que en ese terreno, yo no adjudiqué delito alguno, ni difamé, etc., etc., porque empleé expresiones generalizantes, en potencial, ambiguas, sin individualizar a ciudadanos concretos, etc. Agregué que me negaba, en una suerte de «Quinta Enmienda» a la criolla, a proferir nada más sobre este punto, que pudiera ser empleado para autoincriminarme.
Respecto del acoso, di numerosos ejemplos; por empezar, el expte. sobre Salta Libre. Luego, el infame expte. 4437/05, por el que un grupo de «colegas» solicitaron que se me impida concursar por «falta de rectitud académica». Los tres inauditos exptes. que gestaron las Auxiliares, acusándome sin pruebas, de ser un cretino machista. Etc., etc.; le informé a la sumariante, que son más de 15…
También la anoticié respecto a que toda esta situación de violencia laboral, me están enfermando a tal extremo, que para poder desempeñarme en mis tareas, debo «empastillarme» con multitud de medicamentos, lo que es muy peligroso, no únicamente en virtud de que puedo adquirir dependencia del consumo de desangustiantes, sino a raíz de que puedo llegar a ser internado por largo tratamiento…
Charlando con mis queridos hermanos de lucha de la Agrupación Estudiantil «Todo un palo», que son para mí, más marxistas que los que sin conocer siquiera el apellido completo de Marx, me tildan de «peque bu», de «revisionista», cuando no de «contrarrevolucionario»…, me advirtieron que estemos alertas y que no nos confiemos de la «buena onda» que pueda haber aquí y allá, porque lo real es que a estas alturas de los acontecimientos, me quieren FUERA de la institución, para que jamás regrese…
Volviendo a lo que anticipaba, cierto que la Declaración duró más de lo que sintetizo, pero desearía transcribir el texto que solicité expresamente agregar al expte. de marras: (ver en blog personal)