La película demandaba más por desprenderse de El conjuro, considerado como uno de los mejores films de terror de la última década y catalogado como el más destacado del 2013. Además, el director de la película de la horrorosa muñeca, John R. Leonetti, fue el director de fotografía de El conjuro.
Quizá el terror pase por el ambiente familiar que se construye, un espacio inmaculado apto para la recepción de un bebé que espera la pareja protagonista, el cual parece imperturbable salvo por la presencia de la muñeca, objeto que en sí mismo produce rechazo por lo horrible que es, aunque a Mia (Annabelle Wallis) le encante el regalo de su esposo John (Ward Horton), sólo porque engrosa su colección de muñecas de las que Annabelle, para los espectadores, es la número uno en fealdad. La actriz protagonista lleva el mismo nombre del macabro juguete que conocimos de su antecesora, objeto de colección puesto en una vitrina que los Warren guardaban entre las reliquias demoníacas.
En lo que a nombres respecta, los protagonistas de ficción de este film llevan el nombre de pila de los actores Mia Farrow y John Cassavetes de El bebé de Rosemary (1968). Si bien esta película aprovecha el éxito que produjo la lograda El conjuro, se remite en forma casi directa al film de Polanski con varios paralelismos: el clima de cotidianeidad y familiaridad, la ambientación que recrea el año 1969, la presencia de una secta satánica que ataca a una embarazada que se enlaza con las imágenes que Mia ve en la tv sobre el asesinato de Sharon Tate por la “familia” Manson. Al momento de la tragedia de 1969 en que muere Tate, su marido, Roman Polanski, se encontraba en Londres preparando otro largometraje, El Día del Delfín, que jamás terminó.
¿Será Annabelle un tributo al director polaco nacido en Francia?
La macabra muñeca tiene condimentos de otras cintas del género, como La profecía, de Richard Donner, debido a la presencia de un sacerdote que intenta ayudar a los Gordon contra una especie de posesión demoníaca que habita el cuerpo de plástico; y a la popular Chucky, de Tom Holland, eso sí, Annabelle no anda con un cuchillo en la mano como el muñeco, ni camina, sino es una especie de fuente. En este sentido, el juguete satánico pierde protagonismo y es su presencia la que inquieta. La realización de la muñeca es lo más logrado del film.
El argumento está basado en lo que ocurrió antes de El conjuro, es decir, es la historia del elemento con pelos que aparece en el gabinete del sótano de aquella casa, guardado celosamente por los psíquicos. Aquí, los hechos paranormales presentan un clima de tensión por lo que esperamos que pase y no pasa, hasta que en un momento comienza a pasar. De a ratos parece detenerse la acción en planos de la casa de Mia, en su rostro, en la muñeca, en la máquina de coser, en un libro de rituales… hasta que durante una media hora llegan algunos sobresaltos. Mia se enfrenta prácticamente sola a los extraños sucesos diabólicos y busca dar con la respuesta. Todo ocurre a partir de que una pareja de una secta comete varios asesinatos, uno de ellos hiere en el vientre de Mia quien se convierte en vulnerable porque está embarazada. Estos “raros” mueren en manos de la policía, pero la mujer se “mete” en la muñeca y busca el cuerpo del bebé de Mia para el alma del demonio, así que la persigue incesantemente.
Creo que lo malo del film es el subtexto: si eres un buen cristiano estás a salvo. La parejita “feliz” que aguarda la llegada de su primer bebé, va a misa. El final con fondo de iglesia sugiere muchas cosas. ¿Y la maldita Annabelle? La película es un poco lenta, pero el final es retro. Mejor esperar El conjuro2, pero falta mucho, será en el 2016. Puede ir conformándose con esto, al menos se asustará un poco.
– Dirección: John R. Leonetti. Guión: Gary Dauberman. Fotografía: James Kniest. Música: Joseph Bishara. Edición: Tom Elkins. Diseño de producción: Bob Ziembicki Elenco: Annabelle Wallis, Ward Horton, Tony Amendola, Alfre Woodard, Kerry O’Malley, Brian Howe, Eric Ladin. Producción: James Wan y Peter Safran. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 99 minutos.
