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jueves, julio 17, 2025

Argentina peligra!: ofensiva «Malvinas jurídico-financiera» de los «fondos buitre»

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¿Están preparados los mandatarios de Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya empezó contra Argentina?

Argentina sufre una embestida brutal a la que ha dado mucho vuelo The Financial Times (FT, 9,12 y 23/11/12), lo cual equivale, a mi juicio, a unas «Malvinas jurídico-financieras» de la dupla anglosajona de Wall Street/la City.

Si no se entienden los depredadores alcances unilaterales de la desregulada globalización neoliberal, puede sonar descabellado que una sola empresa especulativa de «fondos de cobertura de riesgos» (hedge funds) Elliot Capital Management/NML Capital, que busca recuperar 182 millones de dólares de deuda argentina mediante los ignominiosos «fondos buitre» (vulture funds) que adquirió antes de 2002, gracias a una sentencia muy leonina del «juez» Thomas Griesa –muy locuaz, visceral y vituperante (literal) para su investidura– de un distrito de Nueva York, haya sido capaz de poner en jaque a Cristina Fernández, lo cual puede concluir en su «mate» el próximo 15 de diciembre por incumplimiento de pagos que el enjuiciador obsequió dadivosamente en mil 330 millones de dólares.

Suena inverosímil en el siglo XXI (que rememora los embargos coloniales pasteleros del XIX), que Elliot Capital Management/NML con activos por 15 mil millones de dólares pueda arrodillar a la tercera economía de América Latina (PIB medido por poder adquisitivo: 716 mil 500 millones de dólares y un per cápita de 17 mil 700 dólares), salpicada por el insólito embargo precautorio del barco Libertad (sic) de su Armada en Ghana (¡supersic!).

Elliot Capital Management/NML Capital, con sede en las islas Caimán, pertenece a los «fondos buitre» cuya característica consiste en comprar deuda a precio de remate para cobrar en su totalidad al afectado. Su polémico dueño es Paul Singer, íntimo de Israel, quien ha hecho fortuna con estas escandalosas y dolosas transacciones.

Según The Guardian (15/11/12), los polémicos «fondos buitre» usan a los tribunales «para reclamar centenas de millones de los países más pobres del mundo». Por lo visto, ahora no respetan, gracias a la connivencia judicial neoyorquina, ni a un miembro prominente del G-20.

Argentina se volvió «paria» del financierismo israelí-anglosajón a partir de su imperdonable incumplimiento de pagos, lo cual fue acentuado con la temeraria nacionalización de YPF que había saqueado la parasitaria petrolera «española» Repsol (ver Bajo la Lupa, 4/4/12).

Russia Today (12/11/12) asevera que Repsol es la petrolera de paja de la británica BP, lo cual facilita la deglución de muchas cosas insólitas, como otras trasnacionales «españolas» que operan en AL como «caballos de Troya» de Gran Bretaña (GB): Banco Santander (propiedad real del banco británico RBS) y el periódico neoliberal El País, con máscara socialdemócrata de una aseguradora inglesa.

Muchos se preguntarán por qué figura un distrito legal de Nueva York en este asunto. Sucede que Bank of New York fue el fiduciario y el contratante de la anterior deuda argentina que detonó en su previo incumplimiento de pagos en 2001. Dos expeditas moralejas posmodernas: 1) nunca contraer adeudos bajo jurisdicción extranjera, menos en las plazas chacales de Wall Street y la City, y 2) a los países que preserven aún un mínimo de «soberanía» (whatever that means) se les aconseja con urgencia restructurar y relocalizar bajo jurisdicción local las deudas y/o reclamos israelí-anglosajones.

Jude Webber y Robin Wigglesworth, del FT (23/11/12), ultrajan la «reacción furibunda» de Fernández sobre el letal fallo legal en medio de la protestas contra su gobierno en Argentina. Embisten contra Cristina Fernández, quien «ha hecho de la confrontación (sic) su sello de marca»: con las empresas agrícolas (por las tarifas a las exportaciones); la clase media; con Repsol (sic); con GB sobre las Malvinas (sic), «y ahora con la huelga generalizada de los sindicatos». Juzgan que en nombre de la «soberanía económica nacional, Fernández está dispuesta a otro juego dramático (sic) de todo o nada”.

Como portavoces del financierista chantaje vil, Webber y Wigglesworth, en forma muy superficial y tomando en cuenta sólo los intereses de los chacales de Wall Street/la City, consideran que Fernández puede pagar a los tenedores 93 por ciento de la deuda de 2001 que fue restructurada en 2005 y 2010: «Argentina corre el riesgo de un nuevo incumplimiento de pagos».

Sacan a relucir lo que Fernández meditaba como la madre de todas sus batallas para el 7 de diciembre: la aplicación de la nueva ley de medios para poner en orden al oligopolio de Clarín (propiedad del banco de inversiones Goldman Sachs) a quien la presidenta acusa de «mentiroso».

Webber y Wigglesworth aducen que el jaque de Elliot Capital Management/NM Capital junto con el fallo del «juez» Griasa encajonaron a la presidenta Fernández.

Buenos Aires considera apelar la flagrantemente leonina sentencia perentoria del «juez» neoyorquino mientras arremete contra los «fondos buitre».

Hans Humes, presidente de Greylock Capital (otro hedge fund) y anterior copresidente del comité de tenedores de bonos argentinos, fustigó a Argentina como «país y deudor canalla (¡supersic!)» y da por «acabada» a Fernández, a quien no le queda más que «arrojar la toalla» o practicar la guerra de la «tierra quemada».

Como que en este delicado asunto financierista el conglomerado israelí-anglosajón aplica los mismos términos propagandísticos que en geopolítica contra Irak, Libia, Siria y ahora Irán.

Según Webber y Wigglesworth, otro incumplimiento «intensificaría su aislamiento del mercado internacional de capitales» que le arrinconaría a sobrevivir con sus propios medios (algo así como una Cuba más Irán más Gaza).

El think tank FIEL (muy «fiel» a la cosmogonía neoliberal) expone que el gasto público de Argentina se disparó a 43.5 por ciento del PIB: en casi 200 mil millones de dólares, con el fin de reducir la pobreza y crear empleos.

Webber y Wigglesworth vituperan el «modelo estatista (sic) económico» (con «restricciones» de importaciones y en la compraventa de divisas) de la presidenta argentina, el cual, por cierto, fue elogiado por Joseph Stiglitz como paradigmático por haber disparado el crecimiento: ¡8.9 por ciento en 2011 y 9.2 en 2010! Tampoco le perdonan a Fernández haber nacionalizado los fondos de pensiones y haber usado las reservas de divisas del banco central para financiar sus políticas «nacionales y populares». Martín Redrano, anterior director del banco central argentino, coloca la suerte de Fernández en manos de la «cosecha de soya» que le puede perjudicar si suceden calamidades climáticas en medio de 25 por ciento de inflación. Por ahora puede resistir con elevados precios de soya y la alta demanda china.

Acabo de dialogar con un ex ministro de Economía de un relevante país de Sudamérica (que exigió anonimato) quien me comentó que contemplan en el radar dos escenarios: 1) una deliberada baja brutal especulativa del petróleo para golpear a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador y Argentina, y 2) una guerra financiera multifactorial (guerra de divisas, fuga de capitales, etcétera). ¡Uf! ¿Están preparados los mandatarios de Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya empezó contra Argentina?

A mi juicio, detrás del asalto financierista «buitre» contra Argentina se encuentra cercar a Brasil, su primer socio geoeconómico sudamericano.

Alfredo Jalife-Rahme

La Jornada

1 COMENTARIO

  1. Argentina peligra!: ofensiva «Malvinas jurídico-financiera» de los «fondos buitre»
    Al pan hay que llamarlo «pan» y al vino, «vino». La expresiòn «Fondo Buìtre», no tiene otra razòn de ser que confundir y enmascarar ciertas realidades. No existen buìtres que se alimenten con «Fondos» financieros. Los fondos financieros son el alimento principal de la clase màs despreciable de humanòide que existe, los banqueros y especuladores financieros. Por otra parte, los buìtres no son malos, al contrario, son muy ùtiles y, en todo caso, no hacen daño a nadie. Los llamados «Fondos Buìtres», son en realidad, «Sionistas Buìtres», como el de la foto, un tal Singer, banquero y, sobre todo, especulador, de ese orìgen y con sede en Wall Street.

    Los especuladores financieros de Wall Street, los verdaderos buìtres humanos, han extendido sus garras a todas las actividades econòmicas. Pero, desde hacen 50 años, se han concentràdo en très: el tràfico de armas, el tràfico de drogas y la agricultura mundial. En los dos primeros casos lo hacen por su altìsima rentabilidad, en el otro: la agricultura, por el poder que les confiere. Todas las actividades de estos anormales, producen daños. Sin embargo, ninguno comparable con al que ocasionan al controlar el precio mundial de los alimentos.

    Los neoliberales (casi todos premiados con el falso Premio «Nobel» de Economìa, el Nobel de los banqueros), han provisto a los especuladores financieros de la Bolsa de Nueva York (hìbridos buìtre- humano) de los argumentos teòricos para su negocio con los alimentos. Tomando como base argumentos centrados en su famosa «Eficiencia» Econòmica, han logrado que los alimentos pasen, de ser un bièn especial y, por tanto, no sujeto a valoraciones economicistas exclusivamente, a ser considerados una mercancìa màs: una «commodity» en la jerga de los financistas. O sea, a ser una cosa màs, como el oro, u otros matertiales no vitales.

    El efecto ha sido terrible. Los «supercapitalistas» neoliberales, han logrado que el mercado mundial de alimentos, deje de estar sometido a la Ley de la Oferta y la Demanda (la ley suprema del capitalismo), para pasar a quedar sometido a las màs aberrantes especulaciones financieras exclusivamente.

    Los ingenieros agrìcolas y los de alimentos de la FAO, aseguran que, en las condiciones actuales, las ciencias agrìcolas estan en condiciones de alimentar a 10.000 millones de personas còmodamente. Còmo solo somos 6.000 millones, eso significarìa que habrìa un exceso de oferta. Por lo tanto, los precios deberìa permanecer bajos. En consecuencia, en el mundo- y aùn en condiciones de producciòn capitalista- no deberìan producirse las grandes hambrunas que, casi con regularidad anual, se producen en el Africa y otras regiones.

    ¿Porquè se producen las hambrunas entonces? Hay suficientes alimentos. Por tanto, y segun las leyes del mercado, estos no deberìan ser tan caros. Las hambrunas ocurren por que los especuladores de Wall Stret (ese Singer seguro què està entre ellos), se limpian el trasero con la ley de la oferta y la demanda (es decir con el capitalismo)y, arbitrariamente, perversamente, aumentan los precios mundiales de los alimentos a su antojo. Es decir, los millones de niños que mueren de hambre, sed y agotamiento fìsico, no lo hacen por falta de alimentos; mueren y sufren por que sus padres no pueden comprar alimentos y no los pueden comprar debido a que a los «genios financieros de Wall Street» no les convienen los alimentos baratos; ganan màs plata con los alimentos a precios altos. Que, como «efecto secundario», mueràn niños, no les importa en absoluto.
    En relaciòn con el artìculo y las esperanzas de què Latinoamèrica reaccione como una unidad en contra de Singer (de Wall Street, de Obama) y en favor de la Argentina, lo dudo. Pero, còmo dijo alguièn: » No crèo en las brujas, pero que las hay, las hay». Lo que pasa, es que en el caso de la Argentina, la cosa siempre es màs complicada. ¿Quìen se prestò esos fondos? ¿Què se hizo despuès con ellos? Singer no tiene doscientos años, en cambio, ladrones y especuladores, la Argentina los ha tenido siempre. Uno no puede aludir a su propia estupidez para eludir responsabilidades legales. Por tanto, tal vez haya que pagar esa plata. No porque Singer tenga razòn, sino porque la estupidez siempre se paga

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