Audio de la entrevista a Eduardo Saguier sobre la Corrupción de la Ciencia Argentina

La Nomenklatura universitaria comienza con los Concursos
Hoy es domingo 14; acabo de ingresar a la página de Salta 21 y me encuentro con un audio del Dr. Eduardo Saguier, en donde se denuncia lo mismo que explicité respecto a la Universidad Nacional de Salta y en torno a la Facultad de Humanidades, pero a más gran escala, llegándose a involucrar al CONICET, a la CONEAU, a jueces, políticos, ministros y hasta periodistas. El historiador Saguier está entonces y hasta cierto punto, un paso adelantado en lo que planteé, englobando en su denuncia a diferentes niveles administrativos del Estado nacional.

Explicita muy bien que lo que se instauró fue toda una red genuinamente mafiosa, que ejerce un verdadero y comprobable «tráfico de influencias» entre los que se benefician con el ingreso a instituciones como el CONICET y que diseminó el miedo, el miedo a hablar de lo que lamentablemente, ocurre en la «Corporación» académica, puesto que el que dice algo, por más leve que sea (y mis acusaciones fueron suaves en comparación con lo que argumenta el Dr. Saguier…), es condenado al ostracismo intelectual, gestándose alrededor suyo no únicamente, una genuina «conspiración del silencio» (consistente en que nada de lo que produce sea comentado o reseñado…), sino una exclusión lisa y llana.

Ahora bien; el tema es que la Nomenklatura universitaria principia por formarse a partir de la escasa o nula transparencia en la abrumdadora mayoría de los concursos en todos los estratos: de alumnos, de PAU y por supuesto, de Auxiliares docentes y de profesores. Es vox populi que los concursos de Auxiliares y de profesores (a los cuales me ceñiré por ser yo actualmente, Adjunto interino en Sociología, Carrera de Ciencias de la Educación), son casi todos, amañados desde antes de la designación efectiva de los Jurados que intervendrán: los Tribunales sencillamente, se confeccionan con el propósito deleznable de hacer ganar al Caballo de Comisario, que generalmente, es un animal, nomás.

Lo que acabo de explicitar es moneda corriente en casi todos los concursos de Auxiliares y de profesores, en todas las carreras de la Facultad de Humanidades, en particular, y de todas las carreras de las diferentes unidades académicas de la UNSa., en sentido amplio.

Los concursos en la nueva carrera de Ciencias de la Comunicación (que tuvo un antes y un después a partir de la conducción de la Prof. Amalia Carrique, a la que se le dio un «golpe de Estado», detrás del cual estuvieron los Profs. Alejandra Cebrelli y Víctor Arancibia, pero no sólo ellos…), vienen siendo arreglados de manera vergonzosa, perjudicándose a los que no sean del agrado del «matrimonio feliz» (el que en la actualidad, cual si ellos fueran los «todólogos» que me acusaron a mí de pretender ser…, dicta una buena cantidad de asignaturas de la mencionada carrera -en Semiótica de la Cultura, se desempeñan juntos, incurriendo en un flagrante, clarísimo y patente nepotismo). La última víctima propiciatoria de esas maniobras de acoso y de exclusión, fue el Prof. Alejandro Ahuerma, al que le hicieron perder un concurso, habiendo vicios de forma que debieran haber conducido a su anulación (¡qué va!, si el Mgr. Alejandro Ruidrejo -un verdulero que lucra con los pobres de Foucault y Deleuze- y los que le responden «incondicionalmente», querían reventar al prestigioso fotógrafo a causa de que el cargo estaba destinado desde el Génesis, para la pareja de la candidata a Vice/Decana, Prof. Liliana Fortuny, en las próximas elecciones en la Facultad -y que se enojen o molesten los que lo anhelen, que bastante tengo mis panditas como para un numerito de malambo).

Al negro panorama de los concursos, se suma la cuestión no menor de los ejemplos de mobbing. En control médico de la Nación, existen cientos de casos de licencia por carpeta médica, por los efectos destructivos que suscita el hostigamiento. La citada dependencia, tiene en su haber, incluso situaciones de acoso sexual, formalmente denunciadas frente a ese organismo.
De todo ello y más, la universidad estatal se desentiende… Y así estamos «y vamos por más», como decía Al Pacino, personificando a Satanás en el film El abogado del Diablo.

No es azaroso que después de la Solicitada de 06 de diciembre de 2009, en la que la Sra. Rectora y el Superior negaban lo que había «destapado» el diario grande (que ya lo había ventilado Salta 21…), la academia se haya llamado al silencio, no sea que más asuntos salgan a la luz a raíz de investigaciones y/o denuncias. «No conviene» en momentos electorales; seamos comprensivos…

Supongo que para la «gente» que puebla el campus, el Dr. Saguier sería un «desequilibrado», un «loquito» y demás epítetos que le «cuelgan» a quien se atreve a opinar que «suceden cosas raras», muy raras en la Alta Casa de Estudios y en el ámbito intelectual…

Cordialmente,

Dr. A. López

DNI: 24.138.809