Con coraje, con cuidado, con integridad, con valentía femenina (que no es poca cosa), con la potencia que careció De la Rúa, incluso el mismo R. Alfonsín, nuestra Presidenta enfrentó este frustrado intento golpista.
Una carrera de las descalificaciones a la presidenta, a cualquier precio. Una vez lanzada las nubes “desorganizantes” , éstas se expanden como los gases tóxicos.
Me parece que la mujer está muy pendiente de la forma. Muchas veces repara en una atención caballeresca, como una flor, un cumplido, un perfume, un paseo, una salida al cine, a la confitería...